
Se apasiona Alfio Coco Basile cuando el tema es el fútbol. Historia, actualidad, vivencias, anécdotas. Si es entrenador desde los 31 años cuando la rodilla le dijo basta y tuvo que dejar de jugar en Huracán después de haber sido campeón con aquel equipo inolvidable del Flaco Menotti, en 1973, y empezar la otra historia, detrás de la línea de cal, en Chacarita. Pero ya había pasado otra experiencia colosal con el Racing de José (Pizzuti), campeón en 1966 después de un invicto de 39 partidos, campeón de América y campeón Intercontinental, el primero de la Argentina (Campeón del Mundo, según se decía entonces), tras los tres tremendos partidos con el Celtic, en 1967, que culminaron con ese golazo del Chanco Cárdenas en el Centenario. La historia siguió como entrenador. Hasta que llegó la Selección y los 33 partidos sin derrotas. Y los dos últimos títulos internacionales logrados por el fútbol argentino. Las Copas América de Chile (1991) y de Ecuador (1993). La frustración en el Mundial 94. Y la resonancia máxima en Boca (cinco torneos, cinco títulos). Tiene cosas para contar Basile. Si lo sabrá el cronista, participante de cientos de eternas sobremesas en La Raya en todos estos años.
-¿Qué pasa Coco? ¿Se acabó el técnico, estás en retirada?
-En este momento, sí, estoy retirado. Eso no quiere decir que un día me agarre una calentura, me ofrezcan algo importante y, por ahí voy. No quiero decir nunca más, pero el 90 por ciento es no. ¿Quién me va a contratar aquí? Seguro que nadie.
-¿Cambió el fútbol, entonces?
-Sí, claro. Físicamente, sobre todo. En mi época de futbolista los martes corríamos 10 kilómetros, los miércoles hacíamos fútbol, los jueves tirábamos algunos córners, los viernes hacíamos un picado y los domingos jugábamos por los puntos. Están los torneos, la Copa Argentina, la Sudamericana, todo el Ascenso. Y cuando haya 30 equipos va a ser un quilombo. Es una locura tantos equipos. ¿Sabés la logística que se necesita y la plata que se va gastar?
-Hablando de "camas". También se dijo que a vos te la hicieron en la Selección... Aquel partido con Chile en la Eliminatorias...
-No, los jugadores siempre entran a ganar. Te pueden querer, no querer, pero ellos también se juegan su prestigio. A mí no me hicieron ninguna cama. No le encontramos la vuelta a ese partido y me pareció que me tenía que ir.
-Alguna vez dijiste que Messi era mejor que Maradona.
-No dije eso. No se lo puede comparar con Maradona porque Messi no es estratega, ni se pone el equipo al hombro. El es goleador, tiene más de 250 goles en la Liga de España. No lo analicen más. Juega por cualquier lado y hace goles por todos lados.
-Lo quisieron hacer líder de la Selección.
-Líder se nace. El no tiene la presencia de un líder.
-Pero pareciera que ya no es el mejor del mundo. ¿Quién te gusta más, Cristiano o Robben?
-Son distintos. Cristiano es un goleador extraordinario y Robben no tanto. El holandés hace diferencia por desequilibrio individual: tiene velocidad y una gambeta impresionante. Robben es un puntero y Cristiano, un delantero. Y Messi es un delantero que arranca de atrás. Si tengo que elegir el mejor, hoy por hoy, me quedo con Agüero. Ahora, sin las lesiones que lo afectaron en el Mundial está en un nivel fenomenal. En Brasil estuvo a un cuarto de sus posibilidades. Tiene habilidad y potencia. Di María también es cosa seria. Pero a mí me gusta más por derecha que por izquierda. No se lo pone en la misma escala de los otros porque no es goleador ni estratega. Pero es desequilibrante. Y además, ahora estará Tevez.