La dramática confesión de Batistuta: "Pedí que me cortaran las piernas"

El exgoleador argentino contó que, tras su retiro, los dolores eran tales que -al ver a Oscar Pistorius- pensó en esa solución para mejorar su calidad de vida.



Es uno de los referentes del último cuarto de siglo del fútbol argentino. Goleador inmisericorde donde jugó, desde su retiro poco y nada se sabe de Gabriel Omar Batistuta. Sin embargo, ayer concedió una entrevista al canal TyC de su país, en las que confiesa que, tras colgar los botines, los dolores en las piernas eran de tal cuantía que le pidió a su médico que, por favor, se las cortara. Literalmente.
En declaraciones que hoy reproduce el diario deportivo trasandino Olé, el "Bati" confiesa sus momentos más oscuros, aunque también muestra una faceta desconocida hasta ahora, como la posibilidad de convertirse en técnico.
"Dejé el fútbol, y a los dos días no podía caminar. Me he orinado en la cama, porque teniendo el baño a tres metros no me quería levantar. Estaba tan desesperado que tomé un avión, y fui a visitar al doctor (Roberto) Avanzi (reconocido traumatólogo argentino). Le dije 'cortame las piernas, que no puedo más'. Estaba sentado y el dolor era tremendo. En realidad, no lo puedo contar, no lo transmito... Yo había visto a Pistorius y pensé 'ésa es mi solución'. El doctor me dijo que él no me lo hacía. Yo le expliqué que, para mí, era calidad de vida. Al final, me sugirió una intervención. Mi problema es que no tengo cartílagos ni tendones. Mis 86 kilos están apoyados sobre los huesos. Y el hueso contra hueso me generaba dolor. Después, la situación fue mejorando, aunque pasó mucho tiempo. Empecé a caminar, a jugar al golf. Y me empezaron a invitar a algún partido. Hoy, todos mis compañeros tienen que tener más de 50 años y alguna rodilla rota. Si la pelota no me pasa cerca, no la alcanzo. Pero estoy mucho mejor. Esa fue la historia", relató Batistuta respecto de su situación tras el retiro.
Sorpresa también causaron sus intenciones de convertirse en entrenador. Algo que, hasta hace un tiempo, era impensable.
"Siempre tuve la vocación o las ganas de transmitir mis conocimientos y experiencia. Esa vocación estaba escondida, y ahora está saliendo. La estoy dejando fluir. No creo que pase mucho tiempo más sin trabajar. Quiero dirigir. Me alejé unos años. Necesitaba un buen descanso. Ahora me di cuenta de que pasaron unos años. Y estoy en la transición. Mi cuerpo técnico sería con el 'Flaco' (José) Chamot y 'Quique' (Enrique) Hrabina (otro ex jugador de Atlanta, San Lorenzo y Boca). Soy consciente de que tengo que hacer mis primeros pasos. Necesito dos bastones importantes. Creo que ellos lo son", comentó el recordado goleador de Fiorentina y la selección argentina.
"Nunca tenía las ganas ni la necesidad de dirigir. Y me está llegando ahora", continuó, agregando que hay dos equipos que le seducen a priori: "siempre dije que lo único que me podía mover era la Selección o Boca. Estuve dispuesto a sacrificar muchas cosas por esa posibilidad. Vale la pena meterse en el lío, porque se puede ganar mucho. Pero el fútbol vive de momentos. El de la Selección, se llama Martino. Y el de Boca, Bianchi. Hoy no es el momento. Los dos equipos tienen técnico. El de Boca es un momento delicado, y sería tonto postularse", reflexionó Batistuta.
Menos políticamente correcto fue a la hora de evaluar la labor de la Asociación de Fútbol Argentino, que estos últimos días tuvo un errático accionar con la fecha del torneo de Apertura, programando, suspendiendo y luego volviendo a activar la fecha. Ahí, disparó munición gruesa.
link: https://www.youtube.com/watch?v=Ae0b-iBclCM
"Es un desastre la organización. Lo que pasó esta semana no tiene nombre. En Colón me ocurrió que no se sabía si el próximo partido era el viernes o sábado. En Italia, yo podía programar un año antes mi vuelo de regreso. Acá no sabemos lo que pasará la semana que viene. Ahora se batieron todos los récords. No hay seriedad. El campeonato de ahora no se sabe cuándo termina. Está mal. Antes teníamos la excusa de que Grondona estaba hacía 30 años. Ahora no está más. Es el momento de cambiar. Es una gran posibilidad del fútbol para ser distinto. Ahora tiene ganas Verón.
Hay que darles la posibilidad a los jóvenes para arrancar. Basta de buscar jugadores al voleo. Un día Messi, Mascherano e Higuaín no van a salir más. Tenemos que ir a un Mundial con los mejores pero con una organización. Hoy estamos por el piso. Peor, imposible", dijo, lapidario, Batistuta.
El exdelantero también tuvo palabras respecto del reciente fallecimiento de Julio Humberto Grondona. "No tenía una relación estrecha, pero tampoco era mi enemigo. La muerte me sorprendió. La dirigencia que tuvo me pareció exagerada, porque 30 años no pasa en ningún lado. Tuvo cosas buenas y malas. Lo que analizo es que nunca dio la posibilidad de democratizar un poco el fútbol. Se adueñó de eso, y no lo largó hasta el último día. Quizá hubiese durado igual 30 años abriendo las puertas. La imagen que dejó fue la de un dictador, haciendo cosas buenas y malas".
Para cerrar sus frases más destacadas, Batistuta analizó el subcampeonato argentino en el Mundial de Brasil.
"Del número uno del mundo, porque a Messi lo considero el mejor, esperaba un poco más. No jugó mal ni súper. Jugó normal. Es culpa de él que uno espere más. Me acostumbré a eso. Yo acostumbré a los hinchas a hacer gol. Y cuando no los hacía, me puteaban. Me había ganado esa presión", concluyó Batistuta, en un momento de confesiones inmisericordes. Como cuando enfrentaba al portero rival.
En declaraciones que hoy reproduce el diario deportivo trasandino Olé, el "Bati" confiesa sus momentos más oscuros, aunque también muestra una faceta desconocida hasta ahora, como la posibilidad de convertirse en técnico.
"Dejé el fútbol, y a los dos días no podía caminar. Me he orinado en la cama, porque teniendo el baño a tres metros no me quería levantar. Estaba tan desesperado que tomé un avión, y fui a visitar al doctor (Roberto) Avanzi (reconocido traumatólogo argentino). Le dije 'cortame las piernas, que no puedo más'. Estaba sentado y el dolor era tremendo. En realidad, no lo puedo contar, no lo transmito... Yo había visto a Pistorius y pensé 'ésa es mi solución'. El doctor me dijo que él no me lo hacía. Yo le expliqué que, para mí, era calidad de vida. Al final, me sugirió una intervención. Mi problema es que no tengo cartílagos ni tendones. Mis 86 kilos están apoyados sobre los huesos. Y el hueso contra hueso me generaba dolor. Después, la situación fue mejorando, aunque pasó mucho tiempo. Empecé a caminar, a jugar al golf. Y me empezaron a invitar a algún partido. Hoy, todos mis compañeros tienen que tener más de 50 años y alguna rodilla rota. Si la pelota no me pasa cerca, no la alcanzo. Pero estoy mucho mejor. Esa fue la historia", relató Batistuta respecto de su situación tras el retiro.
Sorpresa también causaron sus intenciones de convertirse en entrenador. Algo que, hasta hace un tiempo, era impensable.
"Siempre tuve la vocación o las ganas de transmitir mis conocimientos y experiencia. Esa vocación estaba escondida, y ahora está saliendo. La estoy dejando fluir. No creo que pase mucho tiempo más sin trabajar. Quiero dirigir. Me alejé unos años. Necesitaba un buen descanso. Ahora me di cuenta de que pasaron unos años. Y estoy en la transición. Mi cuerpo técnico sería con el 'Flaco' (José) Chamot y 'Quique' (Enrique) Hrabina (otro ex jugador de Atlanta, San Lorenzo y Boca). Soy consciente de que tengo que hacer mis primeros pasos. Necesito dos bastones importantes. Creo que ellos lo son", comentó el recordado goleador de Fiorentina y la selección argentina.
"Nunca tenía las ganas ni la necesidad de dirigir. Y me está llegando ahora", continuó, agregando que hay dos equipos que le seducen a priori: "siempre dije que lo único que me podía mover era la Selección o Boca. Estuve dispuesto a sacrificar muchas cosas por esa posibilidad. Vale la pena meterse en el lío, porque se puede ganar mucho. Pero el fútbol vive de momentos. El de la Selección, se llama Martino. Y el de Boca, Bianchi. Hoy no es el momento. Los dos equipos tienen técnico. El de Boca es un momento delicado, y sería tonto postularse", reflexionó Batistuta.
Menos políticamente correcto fue a la hora de evaluar la labor de la Asociación de Fútbol Argentino, que estos últimos días tuvo un errático accionar con la fecha del torneo de Apertura, programando, suspendiendo y luego volviendo a activar la fecha. Ahí, disparó munición gruesa.
link: https://www.youtube.com/watch?v=Ae0b-iBclCM
"Es un desastre la organización. Lo que pasó esta semana no tiene nombre. En Colón me ocurrió que no se sabía si el próximo partido era el viernes o sábado. En Italia, yo podía programar un año antes mi vuelo de regreso. Acá no sabemos lo que pasará la semana que viene. Ahora se batieron todos los récords. No hay seriedad. El campeonato de ahora no se sabe cuándo termina. Está mal. Antes teníamos la excusa de que Grondona estaba hacía 30 años. Ahora no está más. Es el momento de cambiar. Es una gran posibilidad del fútbol para ser distinto. Ahora tiene ganas Verón.
Hay que darles la posibilidad a los jóvenes para arrancar. Basta de buscar jugadores al voleo. Un día Messi, Mascherano e Higuaín no van a salir más. Tenemos que ir a un Mundial con los mejores pero con una organización. Hoy estamos por el piso. Peor, imposible", dijo, lapidario, Batistuta.
El exdelantero también tuvo palabras respecto del reciente fallecimiento de Julio Humberto Grondona. "No tenía una relación estrecha, pero tampoco era mi enemigo. La muerte me sorprendió. La dirigencia que tuvo me pareció exagerada, porque 30 años no pasa en ningún lado. Tuvo cosas buenas y malas. Lo que analizo es que nunca dio la posibilidad de democratizar un poco el fútbol. Se adueñó de eso, y no lo largó hasta el último día. Quizá hubiese durado igual 30 años abriendo las puertas. La imagen que dejó fue la de un dictador, haciendo cosas buenas y malas".
Para cerrar sus frases más destacadas, Batistuta analizó el subcampeonato argentino en el Mundial de Brasil.
"Del número uno del mundo, porque a Messi lo considero el mejor, esperaba un poco más. No jugó mal ni súper. Jugó normal. Es culpa de él que uno espere más. Me acostumbré a eso. Yo acostumbré a los hinchas a hacer gol. Y cuando no los hacía, me puteaban. Me había ganado esa presión", concluyó Batistuta, en un momento de confesiones inmisericordes. Como cuando enfrentaba al portero rival.