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En el primer partido sin Riquelme, el Xeneize jugó mal, perdió 1-0 ante Newell’s en la Bombonera y encima el gol lo marcó ¡Tévez! El juvenil leproso no tiene nada que ver con Carlitos, pero amargó a los de Bianchi, que arrancaron mal otra vez.


“Nunca pateo al arco, siempre doy el pase atrás. En esta cerré los ojos, pateé y se me dio”. Mauricio Tévez, de tan solo 17 años, fue el enemigo inesperado de Boca, que en la Bombonera, perdió 1 a 0 frente a Newell’s en el primer partido de la era post Juan Román Riquelme.

Volvió a jugar mal, mostró los mismos errores del semestre pasado y no supo cómo superar a su rival. El nuevo Boca se parece al viejo Boca, que con los refuerzos aún en adaptación, no pudo con el equipo rosarino y dejó una pálida imagen en su casa.

La tarde había empezado bien. Es que con más voluntad que fútbol, los dirigidos por Carlos Bianchi tomaron el control del partido y, con buenos movimientos en ataque del debutante Pachi Carrizo, eran más que su rival. Sólo le faltaba profundidad en ataque, porque ni el Burrito Martínez ni Emmanuel Gigliotti pudieron inquietar seriamente el arco defendido por Oscar Ustari. Newell’s, con el libreto de siempre: rápida transición de la pelota, prolijidad en el traslado y compacto en defensa. Sin embargo, el equipo de Gustavo Raggio tampoco tuvo su mejor tarde, ya que las presencias de Maxi Rodríguez y Nacho Scocco no pesaron en el trámite y sostuvo el triunfo gracias al buen trabajo defensivo.

Se diluía el primer tiempo y la Bombonera se lamentaba la clara situación de gol malograda por Carrizo, cuando en una contra bien manejada por los rosarinos, un fuerte remate de Tévez se clavó junto al palo de Agustín Orión y puso el 1 a 0 para la Lepra. Sería definitivo. Claro, quedaban 45 minutos más, pero Boca jamás pudo encontrarle la vuelta al partido. Con los ingresos de Andrés Chávez, José Pedro Fuenzalida y Gonzalo Castellani, el DT intentó darle mayor profundidad al equipo. Pero no le salió.

Con el final del partido, otra vez la hinchada cantó contra Angelici y coreó el nombre de Riquelme. Nada cambió. Y encima, les hizo un gol un tal Tévez. El colmo.