TODO LISTO PARA EL PARTIDO DE VUELTA CONTRA CENTRAL POR LA SUDAMERICANA
El PF Gustavo Roberti parece ser el centro de la escena, sentado en el pasto de la cancha principal de Casa Amarilla. Gigliotti escucha apoyado sobre una heladerita de bebidas, Orion aparece recostado a un lado y Fuenzalida sigue todo de pie. Pero no son los únicos. Casi medio plantel rodea al preparador físico de Arruabarrena en el final de la práctica, casi media hora después del final de la práctica. Hay sonrisas, también miradas que siguen la charla con atención, en una imagen que se repite. Los triunfos traen paz y felicidad.
En distintos momentos de los entrenamientos queda claro cómo el cambio de aire (llámese al cambio de cuerpo técnico) y, principalmente, la vuelta de campana de los resultados genera un clima de convivencia mejor. Las risas al inicio de la práctica, cuando Gigliotti y Acosta terminan en medio de una dura manteada, sirve de ejemplo. Lo mismo que cuando los jugadores realizan unos ejercicios con pelotas gigantes o con las manos. Hay montoneras, tackles y empujones con buena onda... Es que al nuevo preparador físico le gusta que los comienzos y finales de las prácticas sean divertidos. Y en el medio queda el núcleo duro del entrenamiento, ya sea para lo físico, táctico o futbolístico.
“El Profe se preocupa mucho por la parte humana, por cuestiones privadas”, contaron varios jugadores, para explicar las charlas que suelen tener con el colaborador del Vasco. “Hay muchos jugadores contentos con su forma de trabajo”, agregaron desde adentro de Casa Amarilla. Sin que esto quiera decir, a pesar de la mala racha de lesiones, que con Juan Manuel Alfano trabajaban mal o incómodos. “Encontré al plantel muy bien físicamente, jugaron tres partidos en una semana y no hubo problemas. Alfano merece todo mi respeto”, reconoció Roberti, una persona algo más descontracturada que su antecesor. “Cuanto más entretenido sea el entrenamiento, mejor. Todos queremos que, sin sacarle seriedad, sea divertido para los jugadores. Las cosas sufridas no dan resultados”, completó el PF actual no bien llegó al club con el Vasco. La mejor fórmula para la felicidad, sin embargo, todos coinciden que es ganar.


El PF Gustavo Roberti parece ser el centro de la escena, sentado en el pasto de la cancha principal de Casa Amarilla. Gigliotti escucha apoyado sobre una heladerita de bebidas, Orion aparece recostado a un lado y Fuenzalida sigue todo de pie. Pero no son los únicos. Casi medio plantel rodea al preparador físico de Arruabarrena en el final de la práctica, casi media hora después del final de la práctica. Hay sonrisas, también miradas que siguen la charla con atención, en una imagen que se repite. Los triunfos traen paz y felicidad.
En distintos momentos de los entrenamientos queda claro cómo el cambio de aire (llámese al cambio de cuerpo técnico) y, principalmente, la vuelta de campana de los resultados genera un clima de convivencia mejor. Las risas al inicio de la práctica, cuando Gigliotti y Acosta terminan en medio de una dura manteada, sirve de ejemplo. Lo mismo que cuando los jugadores realizan unos ejercicios con pelotas gigantes o con las manos. Hay montoneras, tackles y empujones con buena onda... Es que al nuevo preparador físico le gusta que los comienzos y finales de las prácticas sean divertidos. Y en el medio queda el núcleo duro del entrenamiento, ya sea para lo físico, táctico o futbolístico.
“El Profe se preocupa mucho por la parte humana, por cuestiones privadas”, contaron varios jugadores, para explicar las charlas que suelen tener con el colaborador del Vasco. “Hay muchos jugadores contentos con su forma de trabajo”, agregaron desde adentro de Casa Amarilla. Sin que esto quiera decir, a pesar de la mala racha de lesiones, que con Juan Manuel Alfano trabajaban mal o incómodos. “Encontré al plantel muy bien físicamente, jugaron tres partidos en una semana y no hubo problemas. Alfano merece todo mi respeto”, reconoció Roberti, una persona algo más descontracturada que su antecesor. “Cuanto más entretenido sea el entrenamiento, mejor. Todos queremos que, sin sacarle seriedad, sea divertido para los jugadores. Las cosas sufridas no dan resultados”, completó el PF actual no bien llegó al club con el Vasco. La mejor fórmula para la felicidad, sin embargo, todos coinciden que es ganar.

