Boca y River, las claves del duelo definitivo por la Copa
Se enfrentan en la Bombonera desde las 21 (TV Pública y Fox Sports).
a está. Ya no hay espacio para los dos. Uno seguirá hacia los cuartos de final y el otro, hacia el diván... Porque, irremediablemente, dejará secuelas la eliminación copera. Este Boca-River, desde las 21 en una Bombonera en ebullición, se definirá en este manojo de cuestiones determinantes.
1 Alta tensión. Boca ganó en la Bombonera el duelo por el campeonato doméstico con aquel 2-0 que llegó en los últimos seis minutos. Pavón y Pablo Pérez no sólo abrieron todas las bocas al gol sino que estiraron el invicto a 18 partidos. Nada menos. Pero llegó la segunda cita de esta saga de tres Superclásicos en once días. Y en el Monumental cambió de mano la situación. Sánchez convirtió de penal. River 1-Boca 0. Pero si hubo tensión en la ida de estos octavos de final, si hubo rispideces de principio a fin, está claro que la noche de la definición pondrá a prueba a los temperamentos. La fortaleza anímica será un jugador indispensable. Con y sin pelota. Y en todos los sectores de la cancha.
2 Presión contra presión. Arruabarrena y Gallardo juegan su partido y los dos anunciaron una postura ofensiva. El Vasco piensa ir a buscar de entrada porque, claro, el cero a cero lo deja afuera. Pero pretende hacerlo con mucho control de pelota y sin perder la calma. El Muñeco anunció una intensidad similar a la expuesta en el primer tiempo de la ida. Si pega primero River, obligará a su anfitrión a meter tres. Planteado así, habrá un choque frontal de trenes en los primeros minutos.
3 El nudo del medio. Tránsito fluído o embotellamiento. A espaldas de Fernando Gago de un lado, y de Leonardo Ponzio y Matías Kranevitter del otro, podrán surgir los huecos camino a los arcos. El doble cinco de River fue de lo mejor en el Monumental. Gago naufragó el jueves pasado y deberá emerger como ese faro indispensable que necesita el juego de Boca para alumbrar la búsqueda.
4 El árbitro. Darío Herrera tendrá una prueba de fuego. Su primer partido de Copa es un Superclásico. Y llega después del papelón que se armó en torno a la designación de los jueces. Hasta se pensó en el chileno Enrique Osses para que dirigiese el Boca-River de esta noche. Su capacidad a la hora de tomar decisiones y su propia fortaleza para no flaquear ante los recurrentes reclamos de los protagonistas resultarán esenciales para que el desarrollo del juego no se vaya a la banquina.
5 El regreso de Daniel Osvaldo. Suplente en la ida, en Núñez, el delantero recién entró por Calleri a tres minutos del final. Hoy, dentro de otro planteo, de otra disposición táctica, como punta ofensiva de un equipo que debe descontar la ventaja que le sacó River en los primeros noventa minutos, la influencia de Osvaldo tendrá un peso específico especial. Para bien o para mal. Boca necesita que esté encendido y si responde a sus pergaminos, podrá ser el héroe. De lo contrario, podrá convertirse en uno de los padres de la frustación.
link: https://www.youtube.com/watch?v=CeWJIo9en4I
Se enfrentan en la Bombonera desde las 21 (TV Pública y Fox Sports).
a está. Ya no hay espacio para los dos. Uno seguirá hacia los cuartos de final y el otro, hacia el diván... Porque, irremediablemente, dejará secuelas la eliminación copera. Este Boca-River, desde las 21 en una Bombonera en ebullición, se definirá en este manojo de cuestiones determinantes.

1 Alta tensión. Boca ganó en la Bombonera el duelo por el campeonato doméstico con aquel 2-0 que llegó en los últimos seis minutos. Pavón y Pablo Pérez no sólo abrieron todas las bocas al gol sino que estiraron el invicto a 18 partidos. Nada menos. Pero llegó la segunda cita de esta saga de tres Superclásicos en once días. Y en el Monumental cambió de mano la situación. Sánchez convirtió de penal. River 1-Boca 0. Pero si hubo tensión en la ida de estos octavos de final, si hubo rispideces de principio a fin, está claro que la noche de la definición pondrá a prueba a los temperamentos. La fortaleza anímica será un jugador indispensable. Con y sin pelota. Y en todos los sectores de la cancha.
2 Presión contra presión. Arruabarrena y Gallardo juegan su partido y los dos anunciaron una postura ofensiva. El Vasco piensa ir a buscar de entrada porque, claro, el cero a cero lo deja afuera. Pero pretende hacerlo con mucho control de pelota y sin perder la calma. El Muñeco anunció una intensidad similar a la expuesta en el primer tiempo de la ida. Si pega primero River, obligará a su anfitrión a meter tres. Planteado así, habrá un choque frontal de trenes en los primeros minutos.
3 El nudo del medio. Tránsito fluído o embotellamiento. A espaldas de Fernando Gago de un lado, y de Leonardo Ponzio y Matías Kranevitter del otro, podrán surgir los huecos camino a los arcos. El doble cinco de River fue de lo mejor en el Monumental. Gago naufragó el jueves pasado y deberá emerger como ese faro indispensable que necesita el juego de Boca para alumbrar la búsqueda.
4 El árbitro. Darío Herrera tendrá una prueba de fuego. Su primer partido de Copa es un Superclásico. Y llega después del papelón que se armó en torno a la designación de los jueces. Hasta se pensó en el chileno Enrique Osses para que dirigiese el Boca-River de esta noche. Su capacidad a la hora de tomar decisiones y su propia fortaleza para no flaquear ante los recurrentes reclamos de los protagonistas resultarán esenciales para que el desarrollo del juego no se vaya a la banquina.
5 El regreso de Daniel Osvaldo. Suplente en la ida, en Núñez, el delantero recién entró por Calleri a tres minutos del final. Hoy, dentro de otro planteo, de otra disposición táctica, como punta ofensiva de un equipo que debe descontar la ventaja que le sacó River en los primeros noventa minutos, la influencia de Osvaldo tendrá un peso específico especial. Para bien o para mal. Boca necesita que esté encendido y si responde a sus pergaminos, podrá ser el héroe. De lo contrario, podrá convertirse en uno de los padres de la frustación.
link: https://www.youtube.com/watch?v=CeWJIo9en4I