El conductor del bus que me trasladó de Casablanca a Marrakech, Ahmed El Bahyami, se confesaba del Barça y del Raja. Me decía que jamás apoyará al Real Madrid en el Mundial de Clubes que jugará en Marruecos a partir del 16 de diciembre como campeón de la UEFA Champions League. Pero compungido, aceptaba que sus hijos, y en general la generación veinteañera de este país estaba exultante por la visita del equipo blanco.
Casillas, Ramos y Cristiano Ronaldo, amén de Benzema por ser país francófono, arrasan entre la chavalería marroquí. La organización del evento, cuyo sorteo se celebra esta noche en el lujoso La Mamounia (20:00 horas) no puede atender la demanda de entradas para la semifinal que seguro jugará el Madrid, y la final.
Por la mundialmente conocida plaza de El Fna pasean chavales orgullosos con las camisetas nuevas del Madrid, seguramente no todas oficiales, y justo es decir que algunas del Barça y también del Bayern, último campeón del Mundial de clubes celebrado también en esta ciudad. Saben que el equipo de Ancelotti tiene el reto de anotarse un título que aún no luce en sus vitrinas en esta versión, pues sí lo ganó tres veces cuando era la Intercontinental (1960, 1998 y 2002).
Hierro y el Buitre. Como aperitivo del baño madridista que vive Marrakech (aunque el equipo jugará su semifinal en Rabat, la otra sede), hoy serán agasajados a su llegada Hierro y Butragueño, representantes del club en el sorteo. El Comité Organizador de FIFA cuida con esmero todo lo que tenga que ver con el Real Madrid.