

La intimidad de Bianchi, en sus últimos minutos en Casa Amarilla


Luego de ser respaldado por el propio Daniel Angelici a media mañana, Carlos Bianchi se trasladó a Casa Amarilla para dirigir la práctica vespertina y tratar de revertir la imagen futbolística.
A los pocos minutos de arribar al club, los trascendidos ya indicaban que sería removido de su cargo y la práctica terminó siendo interrumpida apenas haber saltado al terreno de juego.

El entrenador reunió al grupo en el vestuario, pocos minutos antes de oficializarse su despido ante los medios, y tuvo un escueto dialogo con el plantel:
“Sigo confiando en ustedes, tienen todo el potencial para salir adelante y yo voy a gritar los goles por televisión. Muchas gracias a todos”.

De inmediato comenzó la conferencia de prensa de Angelici y los jugadores comenzaron a retirarse en fila del estacionamiento del Estadio. Cabizbajos y en silencio.
No tardaría, luego, en producirse la despedida final del máximo ganador de la historia boquense. Eran 19:43. Un pequeño puñado de hinchas aclamaban su nombre detrás de un portón mientras un cumulo de reporteros se empujaban por tomar su última foto.

El “Virrey” estuvo unos minutos en el playón, secundado de su cuerpo técnico, saludando colaboradores necesarios para el trabajo diario.
Del otro lado, los gritos se acrecentaban. “Muchas gracias Bianchi”, era un alarido constante sucedido de insultos para la Comisión Directiva. “No se preocupen, hay cosas más importantes en la vida”, habría deslizado el DT a través de ese portón.

Por cierre, llegó el mensaje formal de despedida. Habría sido a través del Diario Clarín, aunque rápidamente se viralizó en las redes sociales. “Sólo quiero decirle gracias a todos los hinchas de Boca por tanto cariño”, fueron sus últimas palabras.



