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El argentino fue galardonado con el premio al mejor futbolista del año 2012, por sobre Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta. De esta manera, a los 25 años, el delantero del Barcelona se convierte en el futbolista que más veces recibió el mérito



Era un secreto a voces, solo restaba aguardar por la confirmación. Finalmente, Lionel Messi fue el gran ganador del Balón de Oro en la ceremonia realizada por la FIFA en Zúrich. El delantero del Barcelona se quedó con el galardón al mejor futbolista por cuarto año consecutivo y es el primer jugador en la historia en obtener ese mérito más de tres veces.

Los otros dos ternados eran Cristiano Ronaldo, quien ya se había quedado con el premio en el 2008, y Andrés Iniesta, compañero de “La Puga” en el Barcelona, que iba por su primer galardón.

Con sus cuatro trofeos, el rosarino supera a figuras de la talla de Michel Platini, Marco van Basten y Johan Cruyff, quienes lo habían obtenido en tres oportunidades cada uno.

Al subir al escenario al recibir el premio de manos de Fabio Cannavaro, el delantero del Barcelona no pudo esconder su felicidad y nerviosismo.

"Es increíble poder recibir este premio. Ganarlo cuatro veces seguidas es impresionante", expresó el delantero.

A la hora de dedicarlo, no dudó: "Quiero compartirlo con mis compañeros del Barcelona, especialmente con Andrés (Iniesta), es un orgullo jugar todos los días a su lado".

"También quiero agradecer a mis compañeros de la Selección y a los que votaron", añadió.

FInalmente, "La Pulga" nombró a quien todos esperaban: "Se lo dedico especialmente a mi familia, a mis amigos, a mi mujer y a mi hijo, que es lo más lindo que me dio Dios".

En un año en el que con su club sólo ganó la Copa del Rey, Messi supo brillar de manera individual. A su récord histórico de 91 goles, con el cual superó una marca de 85 conquistas que ostentaba el alemán Gerd Müller desde 1972, el delantero le sumó su definitva consolidación dentro de la Selección argentina. En el equipo de Sabella, "La Pulga" asumió la capitanía con entereza y se convirtió en el referente futbolístico y moral, algo que fue altamente retribuido por el público.