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Durante la semana pasada, se habló de cambios en el Real Madrid, y se especuló con todo tipo de sospechosos habituales susceptibles de marcharse al banquillo. El derbi ante el Atlético de Madrid, que no trajo consigo modificaciones, convenció a los más críticos de esa necesidad, pero Ancelotti echó el freno.
En la rueda de prensa previa al compromiso de Champions contra el Basilea, el entrenador italiano cortó cualquier atisbo de revolución: "Cuando hablé de que debían cambiar cosas me refería a la actitud. Por eso no cambié la alineación contra el Atlético. Para mañana será igual. El problema está claro. Necesitamos continuidad".
Con estas palabras, además de cerrar la puerta a la revolución, cerró también las puertas de la titularidad a dos de las incorporaciones de este verano, y los que más fuerte habían sonado para entrar en el once: Chicharito Hernández y Keylor Navas.
El delantero mexicano ya disputó algunos minutos contra el Atlético de Madrid, pero su aportación fue meramente testimonial, con una tarjeta amarilla nada más salir al césped del Santiago Bernabéu. Después de que Benzema saliese pitado por el público, su estatus sigue siendo el mismo: suplente.
Por su parte, Keylor Navas sigue en el anonimato tras llegar como un aparente competidor real del puesto de Iker Casillas. Solo ha jugado en pretemporada, y el debate en la portería blanca no ha conseguido que el costarricense tenga una oportunidad.
Chicharito y Keylor, por lo tanto, se quedan en la recámara de Carlo Ancelotti, esperando una nueva oportunidad. Son las segundas opciones de un entrenador que, de momento, opta por la continuidad.