Un "gringo" que quería ser celeste
Matías Fracchia es chileno y vive en Estados Unidos
desde los 5 años, pero quería jugar por Uruguay.
Matías Fracchia, tiene 18 años. Es hijo de Marcelo Fracchia, un volante de creación que se inició en Central Español y después emigró hacia el fútbol chileno donde defendió varios equipos. Fue justamente en Chile donde nació Matías, pero cinco años más tarde la familia se mudó a Estados Unidos donde sigue viviendo hasta hoy.
El juvenil, que supo participar en un campamento de la selección Sub 20 de Estados Unidos con "Tab" Ramos, tenía el sueño de vestir la celeste. De la mano de Eloy Carrizo, de Soccer Life, llegó para probarse en la selección dirigida por Fabián Coito. Realizó seis prácticas con los juveniles celestes y quedó en el grupo que viajó ayer a Perú para disputar dos amistosos.
"Esto es un sueño, lo que quise toda mi vida. Trabajé siempre muy duro para que esto pudiera ser verdad un día", contó Matías sobre lo que significa para él vestir la camiseta de la patria de sus padres.
"Viví toda mi vida en Nueva Jersey, soy un gringo más. je", agregó Matías sonriendo. "Pero me tira la celeste, porque toda mi familia es uruguaya. Vivo en otro país, pero para mí soy uruguayo, no americano", enfatizó.
"Creo que traigo el fútbol en la sangre porque mi padre fue jugador y mi abuelo también. Y ahora estoy yo", explicó con su tono "yanqui".
"Desde el primer día los compañeros me trataron muy bien. Me aceptaron y eso me dio mucha confianza para entrenar con tranquilidad. Era como si me hubieran conocido de toda la vida, me quisieron desde el primer día".
Matías juega como lateral izquierdo, un puesto que suele escasear por estos lares. "Me encanta tanto atacar como defender. También supe jugar como zaguero y delantero", explicó sobre el metro 88 que mide. "Pero ando mejor en el lateral y es lo que más me gusta porque puedo cumplir con las dos funciones", añadió.
"Me invitaron para probarme dos semanas y me dijeron que si lo hacía bien me llevaban a Perú", contó entusiasmado. "Di todo lo que tenía y ahora tengo esta oportunidad. Fabián (Coito) me pide que ataque mucho y lo he tratado de hacer, pero no tengo que dejar de estar seguro atrás".
En agosto Matías debe volver a Estados Unidos porque entrará a la Universidad de North Carolina State, donde está becado por el fútbol. "Me pagan todo, hasta la comida, para que juegue. Está muy bueno porque es una de las mejores escuelas y tienen un gran equipo y las mejores canchas", relató. De todas maneras, si Coito le dice que se quede en Uruguay está dispuesto a hacerlo. "Si me llegan a decir que me tengo que quedar, me quedo, pero tengo que conseguir un club", afirmó.
No venía a Montevideo desde que tenía cuatro años. "No conozco nada, es como si hubiera venido por primera vez. Pude ver a muchos de mis familiares", contó. "Lo que más me gusta es la rambla y ¡los chivitos!", admitió.
Su madre lo obligó a usar el español
Aunque con marcado acento norteamericano, Matías habla perfecto español. Y en ese sentido le está muy agradecido a su madre, Turmalina, que le prohibía, a él y a su hermano mayor Marcelo, que hablaran en inglés en casa. "Volvíamos del colegio hablando en inglés, pero ella se enojaba si no usábamos el español. Hoy lo entiendo".
Creció en tres años en "La Academia"
Matías estaba jugando en "La Academia" la liga que nuclea en Estados Unidos a los juveniles, desde los 14 hasta los 18 años. "Es la más competitiva, donde están los juveniles de los mejores equipos profesionales y de la selección. Jugué allí tres años y eso me ayudó mucho. Y desde junio estoy en un equipo de Tercera, semi profesional".

Matías Fracchia es chileno y vive en Estados Unidos
desde los 5 años, pero quería jugar por Uruguay.

Matías Fracchia, tiene 18 años. Es hijo de Marcelo Fracchia, un volante de creación que se inició en Central Español y después emigró hacia el fútbol chileno donde defendió varios equipos. Fue justamente en Chile donde nació Matías, pero cinco años más tarde la familia se mudó a Estados Unidos donde sigue viviendo hasta hoy.
El juvenil, que supo participar en un campamento de la selección Sub 20 de Estados Unidos con "Tab" Ramos, tenía el sueño de vestir la celeste. De la mano de Eloy Carrizo, de Soccer Life, llegó para probarse en la selección dirigida por Fabián Coito. Realizó seis prácticas con los juveniles celestes y quedó en el grupo que viajó ayer a Perú para disputar dos amistosos.
"Esto es un sueño, lo que quise toda mi vida. Trabajé siempre muy duro para que esto pudiera ser verdad un día", contó Matías sobre lo que significa para él vestir la camiseta de la patria de sus padres.
"Viví toda mi vida en Nueva Jersey, soy un gringo más. je", agregó Matías sonriendo. "Pero me tira la celeste, porque toda mi familia es uruguaya. Vivo en otro país, pero para mí soy uruguayo, no americano", enfatizó.
"Creo que traigo el fútbol en la sangre porque mi padre fue jugador y mi abuelo también. Y ahora estoy yo", explicó con su tono "yanqui".
"Desde el primer día los compañeros me trataron muy bien. Me aceptaron y eso me dio mucha confianza para entrenar con tranquilidad. Era como si me hubieran conocido de toda la vida, me quisieron desde el primer día".
Matías juega como lateral izquierdo, un puesto que suele escasear por estos lares. "Me encanta tanto atacar como defender. También supe jugar como zaguero y delantero", explicó sobre el metro 88 que mide. "Pero ando mejor en el lateral y es lo que más me gusta porque puedo cumplir con las dos funciones", añadió.
"Me invitaron para probarme dos semanas y me dijeron que si lo hacía bien me llevaban a Perú", contó entusiasmado. "Di todo lo que tenía y ahora tengo esta oportunidad. Fabián (Coito) me pide que ataque mucho y lo he tratado de hacer, pero no tengo que dejar de estar seguro atrás".
En agosto Matías debe volver a Estados Unidos porque entrará a la Universidad de North Carolina State, donde está becado por el fútbol. "Me pagan todo, hasta la comida, para que juegue. Está muy bueno porque es una de las mejores escuelas y tienen un gran equipo y las mejores canchas", relató. De todas maneras, si Coito le dice que se quede en Uruguay está dispuesto a hacerlo. "Si me llegan a decir que me tengo que quedar, me quedo, pero tengo que conseguir un club", afirmó.
No venía a Montevideo desde que tenía cuatro años. "No conozco nada, es como si hubiera venido por primera vez. Pude ver a muchos de mis familiares", contó. "Lo que más me gusta es la rambla y ¡los chivitos!", admitió.
Su madre lo obligó a usar el español
Aunque con marcado acento norteamericano, Matías habla perfecto español. Y en ese sentido le está muy agradecido a su madre, Turmalina, que le prohibía, a él y a su hermano mayor Marcelo, que hablaran en inglés en casa. "Volvíamos del colegio hablando en inglés, pero ella se enojaba si no usábamos el español. Hoy lo entiendo".
Creció en tres años en "La Academia"
Matías estaba jugando en "La Academia" la liga que nuclea en Estados Unidos a los juveniles, desde los 14 hasta los 18 años. "Es la más competitiva, donde están los juveniles de los mejores equipos profesionales y de la selección. Jugué allí tres años y eso me ayudó mucho. Y desde junio estoy en un equipo de Tercera, semi profesional".
