Peñarol le ganó 1 a 0 al Deportivo Cali y se clasificó a los octavos de final de la Sudamericana. Pablo Migliore, de grandes atajadas, y Pacheco, que hizo casi todas bien, fueron las figuras.
Las claves
Fueron varias las claves que explican el triunfazo carbonero en Cali. Primero, estuvo la forma de jugarle, con ambición y sin temor: Peñarol apretó bastante arriba desde el minuto uno y, de manera lógica, se fue retrasando a medida que el tiempo se agotaba, especialmente en el complemento.
El manya desnudó cada falencia defensiva de su rival y pudo haber hecho alguno más en el primer tiempo, con un rendimiento muy bueno de Pacheco y Zalayeta, más la constante amenaza de Jonathan Rodríguez, algo peleado con la guinda. El medio de la cancha tenía dueño: Píriz.
Y en el segundo tiempo la gran clave fue Pablo Migliore, de atajadas providenciales a lo largo de todo el match, pero acentuadas en la parte final del juego. La defensa no estuvo sólida al 100% y por la espalda de ella llegaron los ataques más peligrosos.
Peñarol fue un equipo cuando debió serlo y así hizo este histórico Guerrerazo, demostrando una vez más que hay que hacer mucho para matar a un uruguayo. Muchísimo.


Las claves
Fueron varias las claves que explican el triunfazo carbonero en Cali. Primero, estuvo la forma de jugarle, con ambición y sin temor: Peñarol apretó bastante arriba desde el minuto uno y, de manera lógica, se fue retrasando a medida que el tiempo se agotaba, especialmente en el complemento.
El manya desnudó cada falencia defensiva de su rival y pudo haber hecho alguno más en el primer tiempo, con un rendimiento muy bueno de Pacheco y Zalayeta, más la constante amenaza de Jonathan Rodríguez, algo peleado con la guinda. El medio de la cancha tenía dueño: Píriz.
Y en el segundo tiempo la gran clave fue Pablo Migliore, de atajadas providenciales a lo largo de todo el match, pero acentuadas en la parte final del juego. La defensa no estuvo sólida al 100% y por la espalda de ella llegaron los ataques más peligrosos.
Peñarol fue un equipo cuando debió serlo y así hizo este histórico Guerrerazo, demostrando una vez más que hay que hacer mucho para matar a un uruguayo. Muchísimo.
