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Históricamente, el coliseo madridista ha silbado a sus ídolos. Ni siquiera Di'Stéfano y Zidane se libraron


El mundo del fútbol se echó las manos a la cabeza cuando de pronto, y sin venir a cuento (echándole culpa de algo que no tenía ni por asomo), el Santiago Bernabéu, o al menos un sector amplio del mismo (esta vez no se trataba del clásico sector incendiario partidario de Mourinho), empezó a pitar a Íker Casillas, símbolo puro del madridismo. Sin embargo, y una vez dado el paso lateral para mirar con objetividad el caso, nos daremos cuenta de que es algo común en la afición madridista, muy dada a pitar a sus ídolos, antes de darlo todo y, peor aún, después de darlo todo por el club.

Se dice que la gente del fútbol no tiene memoria y algo de eso debe de haber porque los más ancianos del lugar recuerdan como el propio Di'Stéfano fue abucheado en su última etapa como madridista, después de haber llevado al club a la cima del mundo. Si se hizo eso con la Saeta Rubia, no es de extrañar que se haga lo mismo con Casillas. También fue muy sonoro el caso de Zidane, figura mundial con el que el Bernabéu no tuvo paciencia alguna. Desconocedor de que todo jugador necesita acoplarse a un equipo nuevo, compañeros nuevos o país nuevo, Zidane fue pitado en el Bernabéu meses antes de que maravillara al coliseo y fuese catalogado de ídolo nacional para siempre jamás.

Otras figuras indiscutibles también probaron en sus carnes las iras de la afición blanca: Guti, por su continua irregularidad; el mismo Di María, por acomodarse sus partes en lo que la afición entendió un desprecio hacia la grada; Mourinho, por arrastrar la imagen del club por el mundo entero (amenazó a la grada diciendo que «puede que un día les responda yo y sean ellos los que se queden tristes») o Míchel, en un partido ante el Español en el que acabó retirándose del campo al no aguantar que le pitaran por el mal partido realizado. Desde entonces, y a modo de sorna, a Míchel se le conoce en la grada como José Miguel González Se Va del Campo.

Figo, que ya sabía de esa afición de la hinchada blanca, no tuvo reparos en declarar hace poco que «bueno, en el fútbol hay que estar preparado para los pitos. No es una cuestión de si lo merece, el fútbol es así, no hay que darle más vueltas. Es pasado. El Bernabéu ha pitado a todo el mundo, el próximo partido le aplaudirán. A nadie le gusta que le piten, pero si pasa, pues pasa. A comer y tragar».

De hecho, por pitar, el Bernabéu pitó al mismo Cristiano Ronaldo, Balón de Oro y uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Incluso al propio Ronaldo, otra figura histórica. De cualquier forma, y exceptuando a Di'Stéfano, no suele suceder que se pite a alguien con un pasado tan histórico y que tanto ha hecho por el club como Casillas. Alguien plantó ahí una semilla y, al crecer, se ha visto que era una semilla de maldad.