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EL JUEVES, LA VIDA.


Muchachos, faltan 90 minutos. Falta la última batalla. El ultimo escalón. Los 90 minutos finales de una guerra futbolística que, contra todo pronóstico, estamos cerca de ganar.

Pero faltan 90 minutos. Y ustedes lo saben.

Somos River, eso lo saben también. Sabemos que dan la talla. Pero tienen que saberlo el jueves, mas que nunca. Tienen que sacar el pecho y la historia, reivindicandola en el presente jugando con el cuchillo entre los dientes.
Si, como en la ida. Sin ceder un milímetro, sin claudicar, sin ir para atras. Si se puede atacar se ataca, si se puede jugar bien se juega bien y, dios quiera, si los podemos bailar, que los bailemos. Pero no seamos tontos muchachos, ellos se van a venir.
Y ante eso, rigor. Rigor y pierna no fuerte, durísima.
Lo saben bien ustedes, lo hicieron bien en los clásicos de la copa sudamericana y el jueves pasado. Pero falta una batalla.
Una batalla que van a librar ustedes 11, contra 50.000.
Y como dijo el video motivacional que algunos de ustedes vieron aquella tarde-noche del ramirazo, en los vestuarios de la cancha de ellos.
Los van a putear.
Los van a insultar.
Los van a escupir.
Van a buscar amedrentarlos de todas las formas posibles, las mas bajas e inhumanas sobre todo, como a ellos tanto les gusta.
Y ante eso, rigor. Otra vez, impenetrables. Duros como el acero.
Si ellos juegan con furia, respondan con el triple de furia.
No los perdonen.
Ni un segundo de perdón a esos pobres tipos que toda la vida reivindicaron a Pasucci, a Giunta, a Serna, Bermudez y Cascini. Que desconocen tanto su propia identidad que proclaman el ''huevo huevo huevo'' de los jugadores antes nombrados, pero hipócritamente su máximo ídolo futbolistico fue un jugador hace poco retirado -en otro club- que siempre jugó al más puro estilo riverplatense de toda la vida.
Ni un segundo, ni una milesima de segundo de perdón a los desmemoriados que hoy, embalados por el hecho de que su club pudo permitirse armar un plantel de buen nivel, creen ser los abanderados del buen futbol y se quejan, increíblemente, se quejan, de que les pegan.
A esos que en su mayoría siguen a su equipo despues del 2000, y que no conocen su propia historia, ni un segundo de clemencia ni de perdón. Y menos en su cancha.
Contra ellos jugaron duro en el monumental? Jueguen mas duro aún en la bombonera. Siempre lealmente, pero si la ocasión lo amerita, peguen. Y peguen sin remordimiento. Porque ellos toda la vida lo hicieron.
Si ellos intentan hacer lo imposible para comerles la cabeza desde el primer momento que su colectivo pisa la boca, tomenlo positivamente.
Si los insultan, putean, hasta si buscan agredirlos físicamente, tomenlo positivamente también.
Y como tomarlo positivamente? Respondiendo adentro de la cancha.
Si los putean, traben bien fuerte. Si los putean mas, traben mas fuerte aun.
Si los que nunca jugaron al futbol reclaman y patalean, ni se inmuten. Sigan en lo suyo.
Jueguen contra los pronósticos, contra los que clamaban que River no clasificaba y que, de hacerlo, perdía por goleada ante Boca. Jueguen ante el periodismo que buscó humillarlos. Contra los que instalaron falsos rumores en el plantel. Jueguen por nosotros, por los que reventamos el monumental cada fin de semana, por los que damos la vida por la banda roja. Jueguen por los millones de Argentinos que, ustedes saben bien, pondrían hasta la cabeza trabando por estos colores, para ganar esta serie.
Ellos tienen odio, tienen bronca, resentimiento. Nos odian. Jugamos bien y nos odian, y cuando jugamos como ellos siempre hicieron nos odian mas también. Apenas pueden permitirse un buen equipo y ya intentan jugar a lo River. Yo los miro y pobrecitos, diría Comizzo. Y es verdad. Son todo lo que no queremos ser.
Jueguen por la historia muchachos. Por la historia que dice que somos el campeón del siglo, el glorioso y eterno River Plate, escuela del fútbol Argentino y mundial. El mas ganador, el que más glorias le dio a la selección, el de los millones de locos y enfermos, incondicionales, de las 80 mil almas que luego de 18 años de sequía dieron la vuelta en un monumental hipercolmado, movimiento popular inédito e insuperado en la historia de nuestro futbol. El del mejor recibimiento de la historia del futbol Argentino, el que aún en la B siempre movió mas gente que ellos aun siendo campeones, porque si, también, nosotros somos felices siempre, por el hecho de ser de River. Mas alla de los buenos o malos momentos.
Ellos pueden pasar por momentos de alegría, pero nosotros somos felices siempre. A ellos los alegran 8 años de coimas y de títulos bajo la mano negra de Macri. A nosotros nos hace feliz que por esta gloriosa institución que hoy alentamos hayan pasado Bernabé, Amadeo, Pedernera, Onega, Mas, Alonso, el Enzo, el burrito... y angelito, el gran angelito. Angelito merece un párrafo aparte.
Que dios le de permiso a Angelito para guiarlos desde el cielo, solo eso pido. Que en el estadio de la dictadura militar (si, el de ellos, el de la dictadura de Agustin P. Justo) se hagan GIGANTES con su presencia siempre ganadora.
Enfrenten con honor a la mentira nacional. Tal como nosotros lo haríamos. Tal como Angelito, que los va a estar observando siempre con la nariz tapada, lo haría.
Y nosotros, sepan bien, vamos a estar con ustedes.

Luchen, traben, metan, jueguen y vuelvan a trabar. Tirenles la historia encima.
Tirenle encima los 100 años de gloria que lejos están ellos de tener, y que ustedes defienden al defender el manto sagrado.
Sean el glorioso River de Angelito, de la pelota naranja, de la maquinita. La que siempre quisieron imitar y nunca pudieron.
No se dejen intimidar. No van a intimidar al campeón del siglo.

Sientan lastima de ellos, orgullo de ustedes. Sepan quienes son, y vayan a la boca a librar la ultima batalla.




VAMOS RIVER!