
El Vasco metería siete cambios para jugar con Godoy Cruz, con la prioridad puesta en la Sudamericana más que en el torneo local. Echeverría, Meli y Chávez ni viajan.
Hay medio equipo de un lado, que defiende con la Bombonerita a su espalda. Son los cuatro defensores y el volante central frente a una formación de sparring vestidos con pecheras blancas. Hay medio equipo del otro lado, con la Bombonera grande detrás, que ensaya movimientos ofensivos y ataca entre muñecos de hojalata y defensores de verdad. Si se juntan las dos mitades, sale el equipo que va a jugar mañana en Godoy Cruz. Con siete cambios. Con la cabeza puesta en Mendoza pero también -y más que nunca- en la Sudamericana.
Si Arruabarrena ya pensaba rotar en Mendoza desde antes de la ida ante Capiatá, la derrota aceleró la decisión. A diferencia de los tres cambios (dos por rotación) que hizo ante Rosario Central, ahora las modificaciones son profundas y en mayor cantidad. Y por más que desde su discurso el entrenador no quiera hacer a un lado el torneo, está claro que a las 21.30 del mañana podría arrancar a jugar a 11 puntos de River y que la eliminación de la Sudamericana sería la “catástrofe” que vaticinó Echeverría como quien no quiere la cosa.
Con la prioridad más clara que nunca, la defensa que paró el Vasco en el trabajo defensivo tuvo a Marín, Magallán, Forlin e Insúa, con el chico Cubas parado delante de ellos. Y entre los que atacaban había dos grupos, uno que tenía a Meli, Ledesma, Castellani, Acosta, Calleri y Martínez, y otro con Gago, Colazo en el lugar que suele ser de Meli, Fuenzalida como extremo derecho, Gigliotti y Carrizo por la izquierda. Después de los 20 minutos en los que trabajó la defensa, Marín, Insúa y Cubas se sumaron al segundo grupo, que será el que salga a jugar ante Godoy Cruz. Armaron durante otra media hora jugadas sin más rivales que el arquero y los defensores que esperaban dentro del área.
“Trato de poner lo que creo que es lo mejor, vamos a buscar el partido. Esperemos poder demostrar el domingo en Mendoza. Presentamos un equipo y estoy confiado en lo que podemos hacer. Yo puedo hablar antes, pero si no presentamos agresividad y demostramos, no sirve lo que yo diga”, explicó el Vasco, en medio de la presentación oficial del equipo de voley del club. En el banco, de los que jugaron el miércoles en el choque de ida, dejará a Castellani, Martínez y Calleri. Y en Buenos Aires, Echeverría, Erbes (se confirmó que sufrió un desgarro), Meli y Chávez. Con la cabeza puesta en la Sudamericana, en el desquite con Capiatá.
Hay medio equipo de un lado, que defiende con la Bombonerita a su espalda. Son los cuatro defensores y el volante central frente a una formación de sparring vestidos con pecheras blancas. Hay medio equipo del otro lado, con la Bombonera grande detrás, que ensaya movimientos ofensivos y ataca entre muñecos de hojalata y defensores de verdad. Si se juntan las dos mitades, sale el equipo que va a jugar mañana en Godoy Cruz. Con siete cambios. Con la cabeza puesta en Mendoza pero también -y más que nunca- en la Sudamericana.
Si Arruabarrena ya pensaba rotar en Mendoza desde antes de la ida ante Capiatá, la derrota aceleró la decisión. A diferencia de los tres cambios (dos por rotación) que hizo ante Rosario Central, ahora las modificaciones son profundas y en mayor cantidad. Y por más que desde su discurso el entrenador no quiera hacer a un lado el torneo, está claro que a las 21.30 del mañana podría arrancar a jugar a 11 puntos de River y que la eliminación de la Sudamericana sería la “catástrofe” que vaticinó Echeverría como quien no quiere la cosa.
Con la prioridad más clara que nunca, la defensa que paró el Vasco en el trabajo defensivo tuvo a Marín, Magallán, Forlin e Insúa, con el chico Cubas parado delante de ellos. Y entre los que atacaban había dos grupos, uno que tenía a Meli, Ledesma, Castellani, Acosta, Calleri y Martínez, y otro con Gago, Colazo en el lugar que suele ser de Meli, Fuenzalida como extremo derecho, Gigliotti y Carrizo por la izquierda. Después de los 20 minutos en los que trabajó la defensa, Marín, Insúa y Cubas se sumaron al segundo grupo, que será el que salga a jugar ante Godoy Cruz. Armaron durante otra media hora jugadas sin más rivales que el arquero y los defensores que esperaban dentro del área.
“Trato de poner lo que creo que es lo mejor, vamos a buscar el partido. Esperemos poder demostrar el domingo en Mendoza. Presentamos un equipo y estoy confiado en lo que podemos hacer. Yo puedo hablar antes, pero si no presentamos agresividad y demostramos, no sirve lo que yo diga”, explicó el Vasco, en medio de la presentación oficial del equipo de voley del club. En el banco, de los que jugaron el miércoles en el choque de ida, dejará a Castellani, Martínez y Calleri. Y en Buenos Aires, Echeverría, Erbes (se confirmó que sufrió un desgarro), Meli y Chávez. Con la cabeza puesta en la Sudamericana, en el desquite con Capiatá.
#AndateArruabarrena : desde que lo nombraron me opuse