Bauza había pedido concentrarse en el torneo nuevamente pero Banfield le dio un cachetazo en el Nuevo Gasómetro: 2-0 con uno de Salcedo y un go-la-zo de Cazares. Otro de los pilares del triunfo fue el arquero Servio que tapó todo.
Era la vuelta al Nuevo Gasómetro después del partido ante Nacional de Paraguay que consagró a San Lorenzo campeón de la Copa Libertadores. Porque el encuentro por la primera fecha que se debía jugar en ese escenario fue postergado. Y en la previa, Edgardo Bauza había avisado: "Se acabó la fiesta". Apenas una suelta de globos de color azulgrana y una foto de los titulares con el trofeo para que no se note el clima festivo. Pero fue Banfield el que terminó cortando la música y apagando las luces de la celebración.
Es cierto que no deja de ser el campeón de América por perder un partido, pero ahora deberá cambiar el chip para volver a competir como lo venía haciendo, sin pensar en festejos. El partido fue un partidazo. Con situaciones de gol clarísimas en ambas áreas, algunas desperdiciadas, otras salvadas por los arqueros. Torrico se lució en la primera parte, mientras que Gaspar Servio redimió su error infantil de la fecha pasada ante Defensa y Justicia con una actuación diez puntos, más que nada, en los segundos 45'. El portero tapó todas las intenciones del Cuervo por vulnerar su valla y sacó un pelotazo-pase preciso para dejar solo a Salcedo: éste la picó por encima de Torri. Como para sumar un globito más a la fiesta previa...
Ya sobre el final, la pelota pasaba de un campo al otro prácticamente si pausa. Así fue que Juan Mercier se sintió molesto y tras cometer una falta pateó violentamente la bocha a la tribuna: segunda amarilla y roja. Finalmente, Juan Cazares decoró el resultado con un tremendo bombazo que se colgó en el ángulo. El equipo de Almeyda logró un buen triunfo para recuperarse de dos caídas, precisamente las que registra el Ciclón, que adeuda un compromiso.
Era la vuelta al Nuevo Gasómetro después del partido ante Nacional de Paraguay que consagró a San Lorenzo campeón de la Copa Libertadores. Porque el encuentro por la primera fecha que se debía jugar en ese escenario fue postergado. Y en la previa, Edgardo Bauza había avisado: "Se acabó la fiesta". Apenas una suelta de globos de color azulgrana y una foto de los titulares con el trofeo para que no se note el clima festivo. Pero fue Banfield el que terminó cortando la música y apagando las luces de la celebración.
Es cierto que no deja de ser el campeón de América por perder un partido, pero ahora deberá cambiar el chip para volver a competir como lo venía haciendo, sin pensar en festejos. El partido fue un partidazo. Con situaciones de gol clarísimas en ambas áreas, algunas desperdiciadas, otras salvadas por los arqueros. Torrico se lució en la primera parte, mientras que Gaspar Servio redimió su error infantil de la fecha pasada ante Defensa y Justicia con una actuación diez puntos, más que nada, en los segundos 45'. El portero tapó todas las intenciones del Cuervo por vulnerar su valla y sacó un pelotazo-pase preciso para dejar solo a Salcedo: éste la picó por encima de Torri. Como para sumar un globito más a la fiesta previa...
Ya sobre el final, la pelota pasaba de un campo al otro prácticamente si pausa. Así fue que Juan Mercier se sintió molesto y tras cometer una falta pateó violentamente la bocha a la tribuna: segunda amarilla y roja. Finalmente, Juan Cazares decoró el resultado con un tremendo bombazo que se colgó en el ángulo. El equipo de Almeyda logró un buen triunfo para recuperarse de dos caídas, precisamente las que registra el Ciclón, que adeuda un compromiso.