"El Funebrero" perdió sobre la hora, protestó y se cruzó con las fuerzas de seguridad. Fue la primera victoria de Gimnasia y Esgrima de Mendoza como local.
Gimnasia y Esgrima de Mendoza obtuvo este sábado su primera victoria como local, al vencer en forma agónica en tiempo de recupero y por 2-1 a Chacarita Juniors, en partido con final confuso, donde estuvo suspendido durante 15 minutos por la protesta del cuerpo técnico y jugadores visitantes contra el árbitro Nicolás Lamolina, a quien culparon por el tiempo excedido.
Los goles del equipo mendocino fueron convertidos en el segundo tiempo por Raúl Albornoz, de tiro penal y Ernesto Garín, en tanto Cristian Milla había puesto en ventaja al "Funebrero" en la primera etapa.
El equipo visitante sufrió la expulsión del mediocampista Víctor Zapata, a los 16 minutos del primer tiempo.
Gimnasia pudo dar vuelta un resultado que le fue desfavorable durante casi todo el partido y recién en los minutos finales torció la historia a su favor, ante un rival que lo superó en experiencia, oficio y tácticamente, durante la mayor parte del encuentro.
Cuando se jugaban poco más de 49 minutos llegó Garín para conectar un remate de Cristian Taborda y poner el 2-1 para el local, que desató la inmediata reacción del cuerpo técnico y jugadores visitantes.
El equipo visitante sufrió la expulsión del mediocampista Víctor Zapata, a los 16 minutos del primer tiempo.
Gimnasia pudo dar vuelta un resultado que le fue desfavorable durante casi todo el partido y recién en los minutos finales torció la historia a su favor, ante un rival que lo superó en experiencia, oficio y tácticamente, durante la mayor parte del encuentro.
Cuando se jugaban poco más de 49 minutos llegó Garín para conectar un remate de Cristian Taborda y poner el 2-1 para el local, que desató la inmediata reacción del cuerpo técnico y jugadores visitantes.
La confusión fue el común denominador. La Policía intentó calmar los ánimos pero le arrojó gas pimienta al arquero suplente de Chacarita, Gonzalo Carniel, quien quedó en el suelo, acusando los efectos de la agresión.
Cuando los ánimos se calmaron, Lamolina hizo jugar poco más de dos minutos más y hubo una situación para cada uno. El juego ya estaba desnaturalizado y el árbitro dio el pitazo final que decretó la polémica victoria mendocina.
Cuando los ánimos se calmaron, Lamolina hizo jugar poco más de dos minutos más y hubo una situación para cada uno. El juego ya estaba desnaturalizado y el árbitro dio el pitazo final que decretó la polémica victoria mendocina.
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