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Maduro, sereno y con contenido en cada respuesta, Agüero asume los reclamos. “Quiero cumplir todo lo que la gente esperaba de mí”, dice. Las lesiones, Tevez, Messi y Martino...

Su peinado cambió, su look se aggiornó a la europea. El Kun Agüero está distinto a cuando apareció de pibito en Independiente. Pero su voz suena igual. Cuando le dice a Messi que se saque una cuenta de Twitter, “pero Leo no quiere porque dice que si no tendría que estar todo el día con el teléfono”. O en el momento que le firma el libro de su biografía traducida al inglés a cualquier hincha del City, en un lugar donde disfrutan de los textos sobre las vidas de los futbolistas como algo habitual. O al pedir viajar en tren de Londres a Manchester porque su vida aquí en Gran Bretaña le enseñó que es mejor ir sobre rieles que el avión. No cambia el tono, tampoco, cuando ya de noche se sienta para hablar con Olé . La diferencia es la madurez. A él no le hace falta gritar para ser escuchado. Porque su discurso ganó en contenido.

Se suelta, entonces, y los pocos minutos prometidos se transforman en una charla sin reloj, distendida, de casi media hora, en un piso reservado del Radisson Blu de su ciudad. “Yo vivo acá nomás, a unos 25 minutos de auto”, cuenta mientras, en una era más moderna, la grabación entra directa en el teléfono. No le molesta hablar de sus reiteradas lesiones antes del Mundial; asumir que debe pagarle al hincha una expectativa que no se cumplió en Brasil; tampoco revelar sus charlas con Leo Messi ni tener que responder por Carlos Tevez, el 9 que llegó para la superpoblación del puesto que les dio Martino...

-¿Cuando mirás el calendario te da bronca que el Mundial no haya sido después para haber llegado mejor físicamente? No llegaste a lo Kun Agüero.
-No, hay que ser realista y asumirlo. Yo quería haber estado bien en el Mundial. No es excusa, pero en el penúltimo partido, una lesión al lado del aductor me impidió hacer bien la previa en lo físico. Mi idea era arrancar esas dos semanas como todos y llegar de otra manera. Con tantas lesiones en el año, la verdad, no lo conseguí.

-¿Por qué creés que te lesionaste tanto?
-Eso nunca se sabe. Ahora estoy jugando tres partidos cada seis días y no me pasó nada. Vos te preguntás “¿por qué?”. La temporada pasada lo hablábamos con Leo, que había tenido lesiones. Y él me decía “que termine este año ya”. Son cosas que pasan: uno no puede manejar al cuerpo. Y caés otra vez y la confianza no es la misma. Tenés miedo... Los nervios te juegan en contra. Vas contando los partidos que no te pasa nada raro hasta que otra vez te lesionás. Es más tema de la cabeza, de los nervios, que de estar bien físicamente. Eso me pasó factura en Brasil. Porque me lesioné otra vez y quedé en otro ritmo del de mis compañeros.

-¿En qué porcentaje estabas al entrar en la final con Alemania?
-Al ciento por ciento no estaba... En un club lo podés evitar, podés jugar al 70, pero en un Mundial eso no es posible. Por eso ahora quiero pensar en positivo. Sé que estoy en deuda con la Selección. Y quiero cumplir todo lo que la gente esperaba de mí.

-¿Alcanza la Copa América o la deuda se paga en otro Mundial?
-Y... Hay de todo. La gente te puede perdonar o no. Es muy difícil. El hincha -y es algo que pasa en todas partes del mundo- no tiene paciencia. El 90% de la gente en la Argentina, si le preguntás en la calle qué piensa de los delanteros, te dice “fueron un desastre”. Y el otro 10% puede ser más contemplativo y decir “mirá si el Kun estaba bien, o si Fideo Di María podía jugar, o el Pipa, ahí lo ganábamos”. La gente no lo piensa así. En la Argentina no se piensa desde dónde llegamos. Nosotros, pese al dolor, nos decimos “che, boludo, jugamos una final; quizá volvemos a estar o nunca más”. Pero la gente quiere ganar. Es la mentalidad en la Argentina. ¿Cómo se paga esta deuda, entonces? Ganando. No sé si alcanza la Copa América, habrá que ver ahí qué porcentaje lo toma a bien...

-La gente también dice, aunque sea incomprobable, “si estaba Tevez éramos campeones”. ¿Les llega eso? ¿Es una presión que haya vuelto ahora a la Selección?
-Saquemos si estaba Carlitos o no. Antes del Mundial la gente repetía “el problema es la defensa”. Y la defensa, y la defensa... Pero resulta que en el Mundial lo mejor fue el mediocampo y la defensa. Y adelante pensaban al revés, que los delanteros íbamos a hacer un montón de goles. Es la realidad. Hasta mis amigos me decían “no, boludo, la delantera es buenísima; podemos estar mal pero arriba siempre van a hacer un gol”. Y al final no hicimos nada los de arriba y los de atrás estuvieron de diez. Si hubiera estado Carlitos, por el equipo, habríamos llegado igual a la final. Como otros que quedaron afuera y era un grupo.

-¿Cómo es ahora? Estás en el puesto más peleado de la Selección.
-Sí.

-¿Cómo se maneja esa presión, saber que jugará uno solo, y todo lo que genera Tevez aunque ustedes sean delanteros top? Es difícil en una lista no tan larga como ahora tener a tres centrodelanteros...
-El técnico elige a los mejores del momento. Si yo o quien sea no está bien, lo lógico es no citarlo.

-¿Te inquieta?
-Uno quiere jugar. Pero si juega Carlitos, o el Pipa, yo no tengo problema. Estar acá es algo muy lindo para mí. Desde los 18 años, cuando debuté en la Selección, me la pasé cinco años suplente, y siempre entraba por Carlitos. Si tengo que ser de nuevo suplente de Carlitos no pasa nada. Uno siempre quiere dar lo mejor para el equipo. Todos entendemos cómo es este juego: a veces te toca jugar y otras no. Por otro lado, suma saber que habrá que meterle, que habrá que darlo todo para jugar. Para el técnico es difícil, pero se lo respetará.

-¿Qué es la Copa América para ustedes?
-Nosotros queremos ganar algo. Estos partidos nos sirven para agarrar confianza y como un entrenamiento de lo que quiere el Tata, porque para nosotros es todo nuevo. Con Alejandro jugábamos de una manera y ahora nos cambió totalmente.

-¿Ahora con el Tata el peso vuelve a estar en los delanteros?
-No. El Tata lo que busca es presión, lo fundamental para él. Y también tener la posesión de pelota. Quiere que estemos constantemente atacando. Eso es algo nuevo para nosotros. Y tendremos que adaptarnos. A los delanteros nos conviene porque la defensa está más cerca de nosotros, roba y podés salir rápido. Aunque los delanteros tenemos que ser los primeros en presionar porque, si no, se desequilibra todo. El quiere presión ordenada.

-¿Qué te pide a vos?
-Que vaya por el medio, así Leo arranca por la derecha. Me dice que trate de no bajar, para ser más referencia de 9. Eso lleva una adaptación para mí y para Leo. Yo en el City juego arriba, me tiro atrás. O sea, tengo libertad para moverme de tres cuartos para arriba. De a poco le iremos agarrando la mano. En la Selección siempre cuesta un poco la adaptación porque venís pocos días, no tenés el tiempo que se da en el club. Pero en estos días se están haciendo prácticas intensas, largas, para poder sacarle el jugo a esta doble fecha FIFA.

-Martino declaró hace unos días que al escuchar críticas despiadadas se preguntaba por qué Messi seguía viniendo a la Selección. Vos que conocés tanto a Leo, que compartís con él la habitación, ¿alguna vez te lo preguntaste?
-No, la verdad que no. Nunca pensamos en eso. Yo que estoy siempre con Leo cada vez que venimos a la Selección, que es algo de toda la vida, porque acá nos conocimos, siempre la pasamos bien.

-¿En algún momento le preguntaste por los rumores de renuncia que había en la Argentina?
-No, no. Todo el mundo piensa y dice “que no venga más”. Por lo que yo sé, a Leo nunca se lo ocurrió decir “no voy más a la Selección”. Aparte Leo, si bien se entendió que el Tata hablaba por las críticas que se pasaban de la raya, sabe muy bien qué es lo que quiere. Está muy contento. Y se nota que él también quiere ganar en la Selección. Ganó todo lo que se propuso con el Barcelona y lo único que le falta es ganar algo con la Selección. Eso nos pone contentos. Si él piensa eso, nos motiva... Se dicen muchas cosas de Leo que nada que ver. El ama más a la Argentina de lo que muchos piensan.

-Ahora vas a jugar en la cancha del Manchester United contra Portugal. Tu banca será la del City. ¿Algún grito habrá acá? -Sí, nuestra gente nos va a bancar. Los invito a que vengan a alentarnos el martes. Y esperemos que los del United tengan una tarde tranquila, ja.