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El Muñeco se muestra tal cual es a horas de su primer superclásico como DT. La calma mezclada con ansiedad. El cosquilleo distinto que cuando era jugador. La firmeza en su idea. Y la fe: "No pienso en una derrota. Si jugamos como lo venimos haciendo, vamos a ganar".




-¿Cómo se viven estas horas previas a tu primer supeclásico como entrenador, Marcelo?

-Hoy por hoy estoy tranquilo. La ansiedad va a correr en las horas previas al partido, pero por ahora estoy como de costumbre, manifestándome de la forma que siento: no me cambió mucho el hecho de empezar una semana clásica.

-¿No es distinta?

-Tratamos de que no, al menos en lo que respecta al trabajo, a la alegría con la que encaramos el día a día. Sí intentamos abstraernos un poquito de todo lo que se vive alrededor, que es especial por la gran dimensión que tiene este tipo de partidos y por cómo se magnifica todo.

-¿Qué te dice la gente?

-Y, te hace saber que lo vive de una manera especial, te dice que el del domingo es el partido que hay que ganar. Pero es normal, siempre fue así.

-¿Con los jugadores tenés que comunicarte de otra manera?

-Hablamos desde que terminó el partido contra Lanús y el jugador ya empieza a meterse de lleno en el superclásico. A partir de ese primer día se baja un mensaje de que hay que disfrutarlo, porque tener la posibilidad de vivir esta clase de partidos debe ser una de las cosas más lindas que le pueden pasar a un futbolista. Entonces, hay que disfrutar como corresponde una semana en la que los estímulos son mayores desde todo punto de vista.

-¿De dónde sacás esa paz que transmitís?

-Pasa por mi personalidad, siempre fui un tipo tranquilo. Lo que ocurre es que dentro de la cancha el carácter me jugaba en contra y por ahí me transformaba, pero eso es parte del estilo o la cultura de una mentalidad ganadora, de no querer perder a nada... Igual, soy bastante reflexivo a la hora de analizar las cosas y eso me lleva a esa calma.

-¿Sentís el mismo cosquilleo que antes de jugar un River-Boca?

-Es otro tipo de cosquilleo, porque hoy soy el productor de un equipo que tiene que funcionar y antes era un protagonista directo. Sé que tengo que estar tranquilo para pensar cómo debemos jugar el domingo y por eso no me puedo mover del eje. Antes, cuando jugaba, lo único que pensaba era en que llegara el partido y salir a jugar.

-¿Es tanta la diferencia?

-Enorme. Antes pensaba sólo por mí y ahora no puedo: debo pensar en todos los muchachos que dirijo.

-¿River va a salir a atacar a Boca como lo hizo con el resto de los equipos?

-No vamos a cambiar nuestra idea, no tenemos que hacerlo porque estamos convencidos de lo que hacemos. Siempre se puede mejorar, pero las características nuestras no van a cambiar.

-¿Y creés que Boca se va animar a atacar a River?

-Ya hubo equipos que se animaron a atacarnos: Defensa y Justicia, Godoy Cruz en el último de los tres partidos que jugamos y San Lorenzo. Cada uno con sus armas, nos propuso jugar de igual a igual. No sé cómo lo hará Boca.

-¿Te preocupa algo en especial? ¿El juego de Gago? ¿La potencia de Chávez? ¿La desfachatez del Pachi Carrizo?

-Me preocupa más mi equipo, y esas preocupaciones significan mejorar algunas cositas puntuales que nos ayuden a ser mejores. Estoy más enfocado en eso, más allá de pensar en lo que puede hacer Boca y asumir los recaudos correspondientes que tomamos contra cualquier rival.

-¿Qué virtudes le ves?

-Tiene buenos jugadores y mejoró en los últimos partidos en relación con lo que había demostrado al principio del campeonato.

-¿Influye en algo que tus jugadores tengan más experiencia en clásicos que los de Arruabarrena?

-Eso depende de la personalidad de los jugadores, y desconozco las de los jugadores de Boca. Hay tipos que se ponen la camiseta y la rompen en el primer partido, hay otros que no, y eso depende del carácter. Lo que puede jugar a nuestro favor es tener a toda nuestra gente en el Monumental. Nosotros nos sentimos cómodos con que el equipo llegue bien y que los hinchas se manifiesten como lo vienen haciendo. Es un plus que vamos a tener.

-¿River se puede caer, como dijo el Vasco?

-Soy muy respetuoso en cuanto a las opiniones de los otros entrenadores y cada uno dirá lo que le parezca, pero yo estoy focalizado en lo mío, me preocupo por mi equipo y creo que los demás también se preocupan en nosotros. Entonces nosotros tenemos que seguir en lo nuestro.

-¿Pensás que son unos cuantos los que están esperando que River se caiga?

-Todos los equipos te quieren ganar a partir de que pasan los partidos y vas acumulando victorias, y los rivales van a proponer diferentes situaciones para tratar de bloquear tu juego y sacar provecho de eso. Lo importante es que nosotros no sintamos eso. Se empieza a escuchar que “se van a caer”, que “se van a cansar”, pero van a tener que esperar porque estamos preparados para no sufrir ese tipo de cansancios. Y si se sufre realmente, que venga desde adentro; no que nos trasladen desde afuera que en algún momento nos vamos a caer o a cansar.

-¿Llegar como favoritos puede ser perjudicial?

-No le tengo miedo al favoritismo: eso se genera por cómo vienen los equipos. Este grupo de jugadores es muy inteligente y entiende que hoy son elogiados por méritos propios pero que mañana pueden no serlo porque por ahí no se juega como muchos creen que está jugando este equipo. Por eso hay que tener los pies sobre la tierra y no confundirse.

-¿Es un tanto peligroso convivir con los elogios permanentes?

-A los elogios hay que tomarlos de buena manera pero también hay que desconfiar, porque siempre hay algún sector que está esperando un tropiezo para cambiar esos buenos conceptos y tratar de variarlos hacia otro lado. Nosotros tenemos una idea que los jugadores representan y se sienten convencidos con lo que hacen, y los resultados no nos tienen que modificar. El hecho de querer ganar siempre es algo que este plantel tiene como chip en la cabeza, se enoja cuando no logra obtener los tres puntos. Pero lo que no se puede desviar es la forma. Podemos perder, desde ya, pero no nos va a desviar del objetivo de seguir de la misma manera.

-Con Arruabarrena hicieron juntos el curso de técnico: ¿qué planteo imaginás que hará en el Monumental?

-Más allá del conocimiento, los pensamientos pueden ser diferentes, las propuestas pueden ser diferentes, los equipos son diferentes. Cada uno con sus armas tratará de ganar, pero una vez que empieza el partido nosotros quedamos en segundo plano. Obviamente que uno siempre se imagina los partidos de una manera, pero no la voy a transmitir. Aunque me imagino de qué manera se puede presentar, prefiero decir que no lo sé...

-¿Sos consciente de que para muchos una derrota en el clásico puede empañar lo que vienen haciendo hasta ahora?

-Primero, no pienso en una derrota sino en una victoria. Segundo, más allá de cualquier resultado, no nos va a cambiar el eje de lo que venimos haciendo.

-¿Te conformarías ganando como sea?

-Prefiero ganar con cierta identidad, con algo que nos identifique. En definitiva, lo que queda de los resultados son las formas y los estilos, y algo que te identifique.

-¿También corre para los superclásicos?

-De estos partidos vas a escuchar que hay que ganarlos como sea, y realmente se ganan como sea, porque vos para ganar estos partidos tenés que ser mejor que el rival pero no muchas veces se da: hubo varios clásicos de los que formé parte que jugábamos mejor y por ahí nos tocaba perder. Pero esto no es un partido solamente sino que es un partido más del objetivo final. Podemos perder algún partido, eso no se sabe, no conozco un equipo que haya ganado siempre, pero si no perdés la idea ganás mucho. Y estoy convencido de que si jugamos como venimos jugando, lo vamos a ganar.

-¿Un triunfo encaminaría a River hacia el título?

-No nos puede confundir un partido. Tenemos que seguir apostando a lo nuestro y mantener la humildad pase lo que pase, respetar la forma, el estilo y sin perder de vista los objetivos.

-¿La flexibilidad táctica que se vio ante Lanús habla de una evolución?

-Hay veces que tenés que modificar de acuerdo a lo que vaya pasando en un partido, y que los jugadores respondan de la manera que lo vienen haciendo los vuelve más fuertes. Y cuando las cosas no están del todo bien o el resultado no es favorable, el equipo ha mostrado carácter y se sobrepuso a esas situaciones más allá de los sistemas. No se pierde la idea.

-¿El domingo pasado esa idea rozó el suicidio?

-Nosotros pasamos a defender con tres y Lanús nos atacaba con tres y la apuesta era la misma, nos generaba una mayor atención porque si perdíamos en el mano a mano iba a ser difícil recuperarnos: otro gol de ellos hubiera sido devastador, y sin embargo no pasó y eso refuerza el concepto de jugársela, de arriesgar en los momentos en los que hay que hacerlo. Entonces, cuando pasa eso, te sentís fuerte y este equipo se siente fuerte: desde lo espiritual se siente fuerte.

-Con un gol a Boca, ¿Teo se convierte en ídolo?

-Puede pasar con cualquier jugador que haga un gol que sirva para ganarle a Boca. Después hay que alimentarlo permanentemente porque no sólo se es ídolo por el gol que puedas hacer en un partido. Hay muchas cosas. Teo ya va camino a serlo, y si tiene la posibilidad de quedarse mucho tiempo con nosotros, creo que el hincha de River lo va a terminar adoptando como tal.

-¿Tuviste que hablar con Ponzio para que modificara su estilo de juego?

-Con Leo hablamos apenas asumí. Es un pibe inteligente que ya tiene su experiencia en el fútbol. Le había comunicado mi pensamiento, que estaba detrás de Kranevitter, pero que contaba con él porque yo consideraba que era un jugador valioso. Y él lo entendió perfectamente. Le dije de la manera que íbamos a jugar y se puso a disposición, se sacrificó todo este tiempo, apoyó desde afuera y hoy tiene la posibilidad de mostrarse. Sabe a lo que jugamos.

-¿Y tuvo que cambiar algunas cosas?

-Después de la lesión de Kranevitter, él mismo manifestó que sentía que tenía que modificar algunas situaciones para acomodarse al equipo. No puede hacer lo mismo que Kranevitter porque cada uno tiene sus características y no hay dos jugadores iguales. Pero sí desde el concepto, y el domingo contra Lanús hizo un gran partido.

-¿Funes Mori no puede faltar después de su gol en la Bombonera?

-Cada uno de estos jugadores empieza a escribir una nueva historia, porque son otras circunstancias, otros momentos. Lo que pasó queda de lado: el domingo es otro partido.

-¿Falta mucho para que Alvarez Balanta tenga una chance?

-Podría llegar a tenerla en cualquier momento. El corrió con desventaja cuando volvió del Mundial, después tuvo una lesión y se tuvo que reacomodar. Dentro de ese período, Funes Mori se afianzó cada vez más y, entonces, cuando pasan estas cosas no queda otra que laburar y laburar para responder cuando se vuelva a presentar la posibilidad. Esa es la característica de los grandes jugadores y Eder es un jugador espectacular. Hoy está mucho mejor y nosotros contamos con él porque un jugador de su jerarquía puede hacer que el equipo no se resienta para nada.

-¿Cirigliano va a seguir con la Reserva?

-Ciri es un jugador que me encanta, tiene unas características tremendas. Lo que pasa que ya es un tema conocido que nosotros lo quisimos sumar y hubo dificultades en el medio, algunas decisiones tomadas de parte suya y su gente que hicieron que no se sumara a la pretemporada. Y ahora estamos a mitad de camino, ya con un equipo que viene trabajado de una manera: no podemos andar sumando gente porque esto no es de un día para otro.

-Tienen tres competiciones y un plantel corto: ¿la lesión de Kranevitter no le abrió una puertita?

-Como Cirigliano estuvo casi dos meses entrenándose aparte, lo que tratamos de hacer es recuperarlo. Yo estoy con un grupo que tiene muchos partidos y entonces no le puedo prestar la atención que por ahí necesita. Ya mostró el interés de quedarse, ahora tiene que mostrar la posibilidad de recuperarse para que se pueda sumar lo antes posible con nosotros. Se lo manifesté a él y al club y yo estoy con muchas ganas de que Cirigliano pueda entrenarse bien y recuperar esa alegría que tiene que tener para vestir la camiseta de River. A partir de ahí, para nosotros puede ser uno de los elementos a sumarse a fin de año o tal vez antes.

-Volviendo al clásico: ¿cuál es el que más recordás como jugador?

-Siempre el primero y el último son los que te quedan marcados. Uno porque era muy joven, tenía apenas 18 años, y jugarlo era un sueño cumplido. Encima tuvimos la chance de ganarlo en cancha de Boca, yo hice un gol de penal, y ése fue un momento único en mi carrera. Y el último porque ya sabés que se te va apagando la luz, que no tenés ninguno más por delante y por eso tratás de disfrutarlo al máximo.

-¿Entonces éste primero como técnico seguramente te va a marcar?

-Y, siempre las primeras experiencias te dejan una marca.

-¿Qué te genera que el club haya invitado a Ramón Díaz a ver el clásico en el Monumental?

-Ojalá que venga y pueda disfrutar, porque lo he escuchado decir que disfruta de ver cómo juega este equipo. Entonces, lo que espero es que el domingo no solamente pueda disfrutar Ramón sino todos los hinchas de River.

-¿Vos te ves festejando luego del superclásico?

-Yo me imagino lo mejor. Juego 150 partidos antes del partido, pero en realidad sé que voy a jugar uno solo que va a ser el del domingo y desde afuera, porque ya no me toca hacerlo desde adentro.

-¿Acaso te dan ganas de de estar del otro lado de la línea de cal?

-No, jaja. No me dan ganas de jugarlo porque por más ganas que me den, soy consciente de que se terminó. Es mentira eso de que te dan ganas de jugar. ¡Qué te van a dar ganas si no podés jugar! Pero sí tengo ganas de vivirlo desde el lugar en donde estoy, que va a ser en el banco.