
Argentina no pudo esta vez contra Brasil. Y no fue una cuestión del azar: la derrota tuvo que ver con los errores propios. Sobre todo en esos lugares donde los partidos suelen resolverse: las áreas. En la propia cometió errores en las marcas y/o en los rechazos que -en dos ocasiones- derivaron en los goles del 2-0. Y en la ajena no fue preciso y hasta desperdició un penal en los pies de Messi.
El martes la gira por Oriente tendrá su segundo y último capítulo: enfrentará a Hong Kong.
No era un partido más. Incluso más allá de los nombres: en la lejana Beijing se jugaba una cita del Clásico de las Américas a 100 años del primer partido entre Argentina y Brasil disputado el 20 de septiembre de 1914 en Buenos Aires (ganó la Selección por 3-0).
Desde aquel puntapié inicial se disputaron 95 partidos en otros 16 países. Pero fue la primera vez en China. La globalización de este inmenso duelo tiene un condimento añadido. Estuvieron frente a frente compiten -con sus equipos, claro- dos de los mejores jugadores del mundo que además son compañeros en Barcelona: Lionel Messi y Neymar.