
El Libertadores de América parece ser un cementerio ineludible para Racing, donde cada plantel académico que intenta cruzarlo, muere en el intento. Desde la reinauguración del estadio, los cinco partidos disputados fueron victorias para Independiente, que de local se fortalece.
El primer clásico de Avellaneda jugado en el estadio renovado, fue en el Clausura 2010, con victoria del dueño de casa por 1 a 0, con gol de Darío Gandín de penal, luego de una mano del defensor Brian Lluy. En el Apertura de ese mismo año, nuevamente ganó Independiente por la mínima, con gol de cabeza del juvenil Cristian Báez.
Después de dos años, llegó la victoria más rutilante, cuando en el torneo Clausura 2012 el Rojo goleó 4 a 1, con dos goles de Facundo Parra, uno de Patricio Rodriguez y el restante de Patricio Vidal. Además de la abrumadora diferencia, este partido es recordado por el conflicto del arma de Teófilo Gutiérrez (autor del gol de Racing) en el vestuario visitante y la posterior renuncia de Alfio Basile como DT académico.
Ya en el Torneo Final 2013, Independiente volvió a ganarle de local a su vecino, por 2 a 0, con conversiones de Leonel Miranda y Jonathan Santana.
Por último, con goles de Sebastián Penco y Federico Mancuello, el triunfo del fin de semana pasado volvió a sentenciar que todavía Racing ni siquiera cosechó un punto en el nuevo estadio, donde recibió 10 tantos y sólo convirtió dos. Un verdadero Triángulo de las Bermudas, donde cada equipo blanquiceleste que pasa, desaparece.
Por Nelson Laffitte.