
No es frecuente, es casi una novedad, que un equipo cambie tanto en menos de una semana. No se sabe si es milagro, casualidad, o simplemente la verdad de una nueva motivación y de algunos cambios tácticos. Lo cierto es que Boca renació, y le ganó al mejor, a Vélez.








Fue por tres goles contra uno, con un jugador menos por la expulsión del ingenuo Castellani, y fue además un resultado justo, porque Boca no solo impidió a Vélez jugar como es su costumbre, maniatando a Lucas Pratto y presionando siempre con dos o tres jugadores sobre la salida, y el principio de cada jugada, sino que también encontró definición.

En cuatro partidos, había hecho un gol (Gigliotti contra Belgrano). En medio tiempo, hizo tres este domingo: Cata Díaz, Meli y Chávez.
Hay un indudable mérito de Arruabarrena. Aunque más no sea, el de haber asumido con determinación, y conseguir en pocas horas una motivación muy fuerte hacia los jugadores.



