
Luis Suárez está cerca de cumplir un sueño a corto plazo: debutar con la camiseta del Barça. Podría ser en el Clásico del próxima sábado en el Bernabéu. Pero, a largo plazo, el uruguayo se marca otro reto: retirarse vistiendo de azulgrana.
Suárez asegura haber cumplido el sueño de "jugar en el equipo en el que siempre quise jugar. Si tengo la posibilidad de retirarme acá, en el Barça, sería la carrera perfecta".
En una entrevista concedida a TV3, el delantero habló también de los complicado momentos que vivió tras su sanción en el Mundial de Brasil por el célebre mordisco a Chiellini. "Sentí que había arruinado mi carrera. Al principio no quería saber nada de nadie, me encerré con mi familia, aunque luego reflexioné, pedí perdón y me sentí liberado. Por entonces empezaban los contactos con el Barça, y en cuanto Pere Guardiola me llamó para decirme que estaba hecho, me eché a llorar, por la situación que estaba viviendo y por el respaldo que me estaba ofreciendo el Barça. Me sentí feliz por el compromiso que el club demostró conmigo".
Y es que Suárez confiesa que llegó a temer que su fichaje se fuera al traste tras el incidente del Mundial: "Tuve miedo de que el Barça se echase atrás por toda la repercusión que tuvo el incidente; era consciente de que podía pasar eso".
Luego, llegó la sanción, que le obligaba a trabajar en solitario, al margen de sus nuevos compañeros: "Me tocaba trabajar en el gimnasio, evitando las cámaras y los 'paparazzi'; fueron momentos complicados porque no me sentía profesional, creía que me estaba escondiendo, que estaba haciendo algo que no debía. Pero todo eso me tocó por un error que cometí, lo asumo y acepto las críticas".
En cuanto a su participación en el Bernabéu, se muestra prudente: "Aún no me imagino jugando porque eso te puede jugar malas pasadas, pero sí que me imagino con los compañeros, preparando el partido. No es mi forma de ser pedirle al entrenador que me haga jugar ese partido. No me atrevo a decirle a Luis Enrique que quiero jugar en el Bernabéu. Si no juego no me voy a enojar, quiero apoyar a mis compañeros y valorar el hecho de sentirme jugador".
Suárez asegura haber cumplido el sueño de "jugar en el equipo en el que siempre quise jugar. Si tengo la posibilidad de retirarme acá, en el Barça, sería la carrera perfecta".
En una entrevista concedida a TV3, el delantero habló también de los complicado momentos que vivió tras su sanción en el Mundial de Brasil por el célebre mordisco a Chiellini. "Sentí que había arruinado mi carrera. Al principio no quería saber nada de nadie, me encerré con mi familia, aunque luego reflexioné, pedí perdón y me sentí liberado. Por entonces empezaban los contactos con el Barça, y en cuanto Pere Guardiola me llamó para decirme que estaba hecho, me eché a llorar, por la situación que estaba viviendo y por el respaldo que me estaba ofreciendo el Barça. Me sentí feliz por el compromiso que el club demostró conmigo".
Y es que Suárez confiesa que llegó a temer que su fichaje se fuera al traste tras el incidente del Mundial: "Tuve miedo de que el Barça se echase atrás por toda la repercusión que tuvo el incidente; era consciente de que podía pasar eso".
Luego, llegó la sanción, que le obligaba a trabajar en solitario, al margen de sus nuevos compañeros: "Me tocaba trabajar en el gimnasio, evitando las cámaras y los 'paparazzi'; fueron momentos complicados porque no me sentía profesional, creía que me estaba escondiendo, que estaba haciendo algo que no debía. Pero todo eso me tocó por un error que cometí, lo asumo y acepto las críticas".
En cuanto a su participación en el Bernabéu, se muestra prudente: "Aún no me imagino jugando porque eso te puede jugar malas pasadas, pero sí que me imagino con los compañeros, preparando el partido. No es mi forma de ser pedirle al entrenador que me haga jugar ese partido. No me atrevo a decirle a Luis Enrique que quiero jugar en el Bernabéu. Si no juego no me voy a enojar, quiero apoyar a mis compañeros y valorar el hecho de sentirme jugador".