


Messi
Junto al Leo estelar, emergió la enorme figura de Joe Hart, con una decena de intervenciones de mérito que impidieron que su equipo dijera adiós a la competición firmando un descalabro de los que habrían hecho época.
El partido apenas rebasó la media hora de juego cuando el Camp Nou empezó a corear el nombre de Messi, el jugador más en forma del momento, el mejor futbolista que probablemente haya dado la historia y que este miércoles ofreció una de esas actuaciones memorables que frecuentemente coinciden con las noches de Champions.
El argentino ponía en evidencia a los jugadores celestes cada vez que agarraba el balón. Un caño por aquí, un regate por allá, un pase filtrado entre un bosque de piernas visitantes a la siguiente ocasión. Kolarov, De Michelis, Kompany, Silva... todos llegaban tarde al recital y ninguno era capaz de frenarle si no era derribándole en falta.
A cada jugada suya, arrancaba las exclamaciones de admiración del público, incluido los de Pep Guardiola, quien alucinaba desde la grada con las cosas que hacía la 'Pulga', como si no le hubiese visto repetirlas en cada partido, en cada entrenamiento, durante cinco años.
Dos faltas rozando las escuadra, una combinación maravillosa con Neymar e Iniesta que él mismo terminó con un remate seco rechazado por Hart y un pase magistral, a la espalda de la zaga visitante, para que Rakitic se estrenase en la Liga de Campeones es sólo un resumen de lo que Messi hizo en la primera mitad.
Pero hubo mucho más. Jugó como quiso y donde quiso. Casi siempre bajando a recibir para buscar la superioridad en el centro del campo, combinar con Iniesta, Alves, Neymar o Luis Suárez y desnudar a la defensa del City, de nuevo en unos octavos de final de la Champions, confirmó que sigue estando para empresas menores.
Contagiados por la magia del astro argentino, Ney y Suárez también tuvieron su cuota de protagonismo, en una de esas noches aciagas de cara al gol.
El brasileño, al poco de empezar el choque, y el uruguayo poco antes de llegar al descanso, pudieron batir a Hart, pero ambos estrellaron el balón en el poste.
El City, con algo más de empuje que en la ida gracias a la presencia de Touré Yaya, lo intentaba pero no podía. Milner tuvo la más clara delante de Ter Stegen, pero Alves se anticipó al remate. Luego, los británicos solo se acercarían a la meta azulgrana con un par de tiros lejanos de Koralov y del Kun.
Los de Manuel Pellegrini siguieron sufriendo el 'vendaval Messi' tras la reanudación. El de Rosario regaló medio gol a Alba y otro medio a Suárez, pero el primero se encontró con Hart y el segundo estrelló el esférico en el exterior de la red. También buscó su gol en un cuatro o cinco ocasiones más en las que se adornó demasiado ante el inconmensurable Hart.
A la hora de partido, el Barça podía haberle metido tranquilamente media docena al City, tímidamente mejorado con la entrada de Navas por un desquiciado Nasri pero que sólo llegaba de forma aislada a la portería de Ter Stegen.
Un error del meta alemán, que se dejó robar la cartera por Agüero, casi le cuesta el empate a los azulgranas, y Touré también estuvo a punto de hacer el gol visitante en un disparo desde la frontal que salió rozando el poste.
Pellegrini metió toda la carne en el asador con el cambio de Touré por Bony, pero el City dejaba una autopista por bandas y un inmenso agujero negro a la espalda de la zaga.
A Alba le anularon un gol por fuera de juego y, entre Neymar y Suárez, tuvieron cuatro o cinco mano a mano con Hart del que el portero inglés siempre salió vencedor.
A falta de trece minutos para el final, el árbitro señalaría penalti en un contacto entre Piqué y Agüero, pero Ter Stegen adivinó la intención al argentino y evitó que el partido se le complicara al Barça. Hubiera sido demasiado premio para un City tremendamente inferior en el global de la eliminatoria.




TEVEZ
El conjunto de Turín no tuvo problemas de avanzar a la siguiente ronda de la Liga de Campeones que tuvo en Tévez, su máxima figura al anotar en dos ocasiones y asistir a Morata en uno de los goles.
El Juventus se adelantó pronto, en el minuto 3, con un remate desde la distancia del argentino Carlos Tévez. Un gol tempranero que le daba un vuelco a los presupuestos del compromiso.
El Dortmund, tras el 2-1 encajado en la ida, pasaba de necesitar un gol para pasar la eliminatoria a precisar de dos para al menos forzar la prórroga.
Al Juventus, en cambio, el gol de Tévez lo ponía en una situación que le permitía hacer algo que suelen hacer bien los equipos italianos que es cerrarse atrás y esperar a que el rival deje espacios para buscar ocasiones de contragolpe.
El Dortmund trató de tomar la situación con serenidad y de hacer circular la pelota buscando espacios.
Hubo una fase en que el partido se jugó en la mitad del terreno de la Juventus. El Dortmund presionaba, pero la siguiente ocasión de peligro la tuvo el equipo italiano, otra vez con un disparo desde la distancia, esta vez del suizo Lichtsteiner, en el minuto 16.
El Dortmund, en cambio, no parecía encontrar el camino para inquietar a Gianluigi Buffon. Lo primero que se pareció a una llegada fue un remate desviado de Pierre-Emmerick Aubameyang en el minuto 36.
Juventus hacía poco por atacar, pero cuando avanzaba causaba más intranquilidad en el rival que la que podía causar el Dortmund con su insistencia, que fue perdiendo intensidad con el paso de los minutos en la primera parte.
En el minuto 50, en un contragolpe Álvaro Morata hubiera podido sentenciar el partido pero se encontró con una parada sensacional del meta Roman Weidenfeller. En el 55' se repitió el duelo y otra vez ganó Weidenfeller.
Sin embargo, las dos ocasiones de Morata daban cuenta de hasta donde el Juventus tenía el partido bajo control y sirvieron además para intimidar al Dortmund que empezó a mostrarse inseguro y a perder muchos balones en el centro del campo.
Un remate desde fuera del área, de Kevin Kampl en el 63', que no significó mayor problema para Buffon, fue un intento de respuesta del Dortmund.
Sin embargo, era demasiado poco para despertar excesivas esperanzas. El entrenador del Dortmund, Jürgen Klopp, vio que tenía que intentar cambiar algo y optó por enviar al campo al colombiano Adrián Ramos y el polaco Jakub Blaszczykowski por Sven Bender y Henrihk Mhkitaryan.
Los cambios no alcanzaron a mostrar efecto cuando llegó la sentencia a favor del Juventus, que cada vez estaba más cómodo en el campo. El gol lo marcó Morata, en el minuto 70, a puerta vacía y a centro de Tévez, que le había ganado la espalda a toda la defensa del Dortmund.
Lo demás ya importaba poco. El Dortmund siguió dando espacios y Tévez los aprovechó en el minuto 79 para marcar el tercero y cerrar una goleada que sitúa a los de Turín en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
