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Intentaremos que no tengan fácil conexión”, asegura.


El capitán Pincha dice que el ideal es el PT en La Plata: “Para controlar a River tenemos que quitarle la pelota”.

Tiene una personalidad tremenda, Gastón Gil Romero. Es el capitán de Estudiantes. El que heredó la cinta de un tal Juan Sebastián Verón. El que sucedió en el puesto al Chapu Braña, nada menos. El que corre, mete y, a veces, juega. El pulmón del equipo de Pellegrino en el medio. El que no le escapa a la autocrítica a la hora de analizar los partidos: “River juega bien y viene teniendo un poco de suerte, que es necesaria para ser campeón. Después del partido en la Copa nos fuimos con mucha bronca. Porque en el segundo tiempo no pudimos plasmar lo que hicimos en el primero. Si bien no sufrimos tanto, en las dos pelotas que nos llegaron nos hicieron goles. El segundo fue un rebote, y por eso la bronca. Estamos muy dolidos y en el torneo tenemos que recuperarnos”, le dijo a Olé el rionegrino de 21 años luego de la derrota en la Sudamericana. Y esa bronca, sabe, no se la sacará hoy. Porque el Pincha está lejos y su principal meta para lo que resta del año es seguir adelante en la Sudamericana: “Nuestro objetivo es dar vuelta la serie en la Copa. Pero el torneo no se puede descuidar. Esperamos hacer un buen partido y después sí, pensar en el jueves. Pero hay que ir partido a partido“, aseguró con una mesura que no se condice con su furia en la cancha. Que River viene dulce y con viento a favor, Gil romero lo vivió en carne propia hace apenas algunas horas. “Está primero por méritos propios. Es un equipo que juega bien y tiene jerarquía. Pero, además, tiene esa pizca de suerte para darte vuelta los partidos. Y aunque te da bronca, tenemos toda la fe en el torneo y en la vuelta: podemos ganarle...”.

¿Cómo sacarle el invicto a un equipo que lleva 28 partidos sin perder? “Tenemos que tener el orden táctico y la intensidad que tuvimos en el primer tiempo en La Plata. Presionar y recuperar rápido. Eso es lo que buscamos: intentar que no tengan fácil conexión porque ellos juegan bien. Para controlarlos, insisto, tenemos que quitarles la pelota”.