Ella es el dos
Jaiyah Saelua es el primer transexual que juega en una selección. Es el líbero de Samoa americana, un equipo con una historia épica de superación que merece ser contada.
Jaiyah no es hombre ni mujer. Es fa’afafine, que quiere decir algo así como “a la manera de la mujer”, un tercer sexo en la cultura samoana. Lo que para el mundo occidental sería un transexual. Pero a diferencia de nuestro mundo, donde los transexuales suelen ser vistos por muchos retrógrados como anormales, en la mayoría de las islas polinésicas -en Tonga se llaman fakafefine, en maorí se dice whakawahine y en hawaiiano mahu- están integrados a la comunidad. Tienen roles sociales determinados y son figuras destacadas de la cultural local.
Saelua empezó a jugar al fútbol a los 11 años, cuando estaba en la Primaria y todavía no tenía en claro su sexualidad. “Era el único deporte competitivo que podíamos jugar”, recuerda. Su primer entrenador fue Nicky Salapu -a la derecha de ella en la foto de arriba-, el arquero que se comió los 31 goles contra Australia y otro de los protagonistas de la película. “Ese año ganamos el campeonato y yo fue elegida el mejor jugador del torneo”, cuenta. Dice que si hubieran sido derrotados o si no hubiera jugado bien probablemente hubiera perdido interés en el fútbol. Pero anduvo tan bien que, con 14 años, cuando estaba en el primer año del Secundario, se probó en la Selección y quedó. A los 15 hizo su debut internacional en un partido de Eliminatorias para Alemania 2006.
Con 14 años se probó en la Selección y quedó. A los 15 hizo su debut internacional en las Eliminatorias para Alemania 2006.
Ya en el Secundario su identidad sexual empezó a estar más clara. “Conocí otros transexuales y se hicieron mis mejores amigas. Aprendimos unas de otras y eventualmente se lo contamos a nuestras familias y amigos”. En Pago Pago, la capital de Samoa americana, nunca fue un problema ser fa’afafine. Pero cuando se fue a estudiar una carrera universitaria a EEUU, como cada año hacen muchos jóvenes samoanos, se sintió discriminada por primera vez. “Me quise probar en el equipo de fútbol de la Universidad de Hawaii. La prueba era a las 5 de la mañana y a las 5.15 ya me estaba yendo a casa. Durante el calentamiento, el entrenador me llevó a un costado y me dijo que no querías poner a sus jugadores en una posición incómoda. Ni llegué a mostrar lo buena que era. Me fui a casa, lloré un montón y seguí adelante”.
En el verano de 2011 Jaiyah regresó a Pago Pago para pasar las vacaciones con su familia y le ofrecieron volver al equipo nacional. “Ni sabía que estaban entrenando. Me crucé con uno de los jugadores cuando estaba de compras y me dijo que fuera a la práctica. Ni siquiera tuve que probarme. Me tomé un semestre y me quedé para jugar”.
El DT Rongen recuerda con humor el día que conoció a Jaiyah. “Cuando la vi por primera vez codeé a mi mujer de forma sarcástica y le dije: ‘Debe ser la masajista’. Cuando me dijo que era defensa central tragué un poco de saliva pero no dije nada”. Al principio, no creía demasiado en ella. En la película, admite que está en el plantel porque el grupo la quiere, pero adelanta que va a jugar poco. Al final, Saelua se ganó un lugar entre los titulares. “Lo que me hizo cambiar de idea fue cómo se esforzaba en cada entrenamiento. Ella se ubica muy bien en la cancha, además tiene una gran fortaleza mental y física”, explicó el holandés.
REFLEXIÓN: Y...es jodido gente, yo en un corner espero cerca de la medialuna...ni mamado me mando a cabecear...pero todos sabiamos que un dia esto iba a pasar!!! Los travas estan bien instalados en el mundo futbolero...recuerden al Mono Navarro Montoya y su gusto particular por el Rosedal....y al gran Chavez que bue...en fin.
Saludos manga de guacho forros!!!

Jaiyah Saelua es el primer transexual que juega en una selección. Es el líbero de Samoa americana, un equipo con una historia épica de superación que merece ser contada.
Jaiyah no es hombre ni mujer. Es fa’afafine, que quiere decir algo así como “a la manera de la mujer”, un tercer sexo en la cultura samoana. Lo que para el mundo occidental sería un transexual. Pero a diferencia de nuestro mundo, donde los transexuales suelen ser vistos por muchos retrógrados como anormales, en la mayoría de las islas polinésicas -en Tonga se llaman fakafefine, en maorí se dice whakawahine y en hawaiiano mahu- están integrados a la comunidad. Tienen roles sociales determinados y son figuras destacadas de la cultural local.

Saelua empezó a jugar al fútbol a los 11 años, cuando estaba en la Primaria y todavía no tenía en claro su sexualidad. “Era el único deporte competitivo que podíamos jugar”, recuerda. Su primer entrenador fue Nicky Salapu -a la derecha de ella en la foto de arriba-, el arquero que se comió los 31 goles contra Australia y otro de los protagonistas de la película. “Ese año ganamos el campeonato y yo fue elegida el mejor jugador del torneo”, cuenta. Dice que si hubieran sido derrotados o si no hubiera jugado bien probablemente hubiera perdido interés en el fútbol. Pero anduvo tan bien que, con 14 años, cuando estaba en el primer año del Secundario, se probó en la Selección y quedó. A los 15 hizo su debut internacional en un partido de Eliminatorias para Alemania 2006.
Con 14 años se probó en la Selección y quedó. A los 15 hizo su debut internacional en las Eliminatorias para Alemania 2006.
Ya en el Secundario su identidad sexual empezó a estar más clara. “Conocí otros transexuales y se hicieron mis mejores amigas. Aprendimos unas de otras y eventualmente se lo contamos a nuestras familias y amigos”. En Pago Pago, la capital de Samoa americana, nunca fue un problema ser fa’afafine. Pero cuando se fue a estudiar una carrera universitaria a EEUU, como cada año hacen muchos jóvenes samoanos, se sintió discriminada por primera vez. “Me quise probar en el equipo de fútbol de la Universidad de Hawaii. La prueba era a las 5 de la mañana y a las 5.15 ya me estaba yendo a casa. Durante el calentamiento, el entrenador me llevó a un costado y me dijo que no querías poner a sus jugadores en una posición incómoda. Ni llegué a mostrar lo buena que era. Me fui a casa, lloré un montón y seguí adelante”.
En el verano de 2011 Jaiyah regresó a Pago Pago para pasar las vacaciones con su familia y le ofrecieron volver al equipo nacional. “Ni sabía que estaban entrenando. Me crucé con uno de los jugadores cuando estaba de compras y me dijo que fuera a la práctica. Ni siquiera tuve que probarme. Me tomé un semestre y me quedé para jugar”.
El DT Rongen recuerda con humor el día que conoció a Jaiyah. “Cuando la vi por primera vez codeé a mi mujer de forma sarcástica y le dije: ‘Debe ser la masajista’. Cuando me dijo que era defensa central tragué un poco de saliva pero no dije nada”. Al principio, no creía demasiado en ella. En la película, admite que está en el plantel porque el grupo la quiere, pero adelanta que va a jugar poco. Al final, Saelua se ganó un lugar entre los titulares. “Lo que me hizo cambiar de idea fue cómo se esforzaba en cada entrenamiento. Ella se ubica muy bien en la cancha, además tiene una gran fortaleza mental y física”, explicó el holandés.
REFLEXIÓN: Y...es jodido gente, yo en un corner espero cerca de la medialuna...ni mamado me mando a cabecear...pero todos sabiamos que un dia esto iba a pasar!!! Los travas estan bien instalados en el mundo futbolero...recuerden al Mono Navarro Montoya y su gusto particular por el Rosedal....y al gran Chavez que bue...en fin.

Saludos manga de guacho forros!!!