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Un flojo Bayern pierde la Supercopa por segundo año consecutivo ante el Dortmund (2-0)

Mhkitaryan y Aubameyang marcaron los goles de la victoria

Lewandowski sólo tuvo una ocasión clara de gol y Javi Martínez se fue lesionado




Cambian algunos detalles, pero la historia se repite. El Bayern cayó por segundo año consecutivo ante el Borussia en la Supercopa de Alemania (2-0) sin plantar cara en todo el partido, dando la sensación de equipo muerto, de orquesta desafinada. Las fechas invitan a la prudencia y la reflexión. Es difícil sacar conclusiones a 13 de agosto. Sin embargo, es necesario. Porque el partido dejó algunas evidencias claras. La primera de ellas que el Dortmund tuvo más voluntad que los de Múnich. Los que corrieron, presionaron y le echaron ganas fueron los de amarillo. Nada de eso se apreció en el conjunto bávaro, desorientado durante todo el encuentro, como bien demostró Mhikitaryan rebañando un balón dentro del área para inaugurar el marcador. O como más tarde hizo Aubameyang, entrando sólo para rematar de cabeza y anotar el segundo.

No fue la noche del Bayern. Guardiola volvió a repetir el mismo esquema que en la final de la Copa para evitar las contras del Dortmund. Dispuso una defensa de tres y armó el centro del campo con cuatro hombres; entre ellos, el joven Gianluca Gaudino y Bernat. Y en el arranque todo funcionó según lo previsto. El conjunto bávaro comenzó llevando el peso del encuentro a pesar de jugar fuera de casa. Suya fue la pelota y la primera ocasión, obra de Shaqiri, que se sacó un buen disparo dentro del área. Pero eso fue todo. Tras diez minutos de incesante toque, el Dortmund se cansó de esperar y se lanzó al ataque con Aubemayang poniendo en problemas una y otra vez a Javi Martínez, muy sólo en el centro de la zaga.

Si algo ha conseguido Klopp en estos años es hacer del Borussia un equipo competitivo independientemente de quién sean los jugadores que salen al campo. Da igual que en las dos últimas temporadas haya perdido a Lewandowski y Götze. Los nuevos son capaces de sustituir a los viejos como si nada hubiera cambiado. Y el secreto siempre es el mismo: dejarse el alma en el campo sin pensar en el rival. Con esa premisa clara, el Dortmund se hizo con el control del partido a los diez minutos y se adelantó en el marcador de la mano de Mhikitaryan, que apareció en el área y con un zapatazo batió a Neuer.



Los de Klopp se aprovecharon del desorden del Bayern, que no fue sino una sombra del equipo que ganó la Copa hace tres meses. Porque pocos jugadores respondieron al planteamiento de Pep positivamente. Bernat aparecía unas veces por la banda y otras en la mediapunta; Alaba temblaba cada vez que le llegaba un balón por alto... Y el Dortmund a lo suyo; es decir, a presionar, atosigar y robar los balones cerca del área.

Tuvo que modificar Guardiola el planteamiento obligado por las circunstancias. Dante entró por la lesión de Javi Martínez, y Lahm y Götze lo hicieron en la segunda mitad. Pero nada cambió. El Dortmund siguió con su tarea y aumentó la distancia con un cabezazo de Aubameyang, que se incorporó desde atrás como un tornado para hacer el 2-0. La fiesta continuó para los de amarillo, que se gustaron hasta el final neutralizando toda tentativa del Bayern por meterse en el partido. Sin Lewandowski y sin Götze, pero con más alma que su rival. La Supercopa cayó del lado del Dortmund por méritos propios. Y con mucha justicia.