Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?
San Lorenzo juega el partido más importante de la historia




Historia. Eso es lo que se juega en la final de la Libertadores. También lo que San Lorenzo y Nacional de Paraguay quieren consumar. Mañana, se jugará el partido de ida de la definición del certamen continental más importante de la región. Sin embargo, el entrenador del Ciclón, Edgardo Bauza, prefiere no dejarse llevar por "la locura generalizada" que se vive en el club y mantiene su cabeza en la planificación de los "180 minutos muy duros" que los espera. Sostiene que el rival "no es el Milan de Arrigo Sacchi, pero tiene el mismo hambre de gloria", mientras reconoce que en la Copa, tiene "casi la misma historia". ¿Qué partido ve, planea e imagina el DT que busca su segunda corona personal?

"Uno no alcanza a medir la dimensión. La verdad es que entiendo la locura generalizada en la que está todo el hincha de San Lorenzo, pero yo estoy con la cabeza focalizada en lo que va a ser el partido. Estamos contentos, igual, de ser partícipes de esto. Van a ser 180 minutos muy duros, estamos pendientes para que todo salga bien", sostuvo Bauza, que ya fue campeón de la Libertadores con Liga de Quito, en diálogo con TyC Sports.

A la hora de analizar al rival, Nacional de Paraguay, otro novato en estas instancias, el entrenador dijo: "Los jugadores lo tienen claro: no es el Milan de Arrigo Sacchi, pero es un equipo que tiene la misma hambre de gloria que nosotros. Siempre fue de punto y terminó pasando. No llegó de casualidad a jugar la final. Más allá de la rica historia que tiene San Lorenzo, en cuanto a Copa Libertadores, la historia es casi la misma. Es la primera vez que llegan los dos a jugar una final".

Bauza atravesó momentos duros en el Ciclón. Sin poder hacer pie en el certamen doméstico, y con una agónica clasificación a los octavos de la Libertadores, los cuestionamientos de los hinchas y la prensa no tuvieron piedad. "Más allá de las críticas, jamás cambiamos lo que teníamos que hacer y trabajar. El plantel, que es lo más importante, siempre creyó en mi discurso y en las propuestas. Pudimos esquivar esos momentos y seguir en un crecimiento que nos lleva al presidente que tenemos hoy", aseguró.

Por último, y en referencia a la posibilidad de vestir algún día el buzo de la selección argentina, expresó: "¿Quién no quiere dirigir al seleccionado de su país, más cuando es la Argentina? Pero hoy no me quita preocupación en mi cabeza, estoy pensando en estos 180 minutos (por la final). Si un día se llega a dar, me encantaría. Pero ahora pienso en la final. Después, podemos charlar tranquilos".