Tras años de éxitos, los blancos comenzaron su viaje a las sombras en el curso 2003-2004, bajo las órdenes de Queiroz. Once años después, algunos errores se vuelven a repetir
Efectivamente, el Real Madrid parece de otro planeta, su plantilla pertenece a otra galaxia, pero porque parece no saber jugar al fútbol en la Tierra. Los propulsores de la nave están fallando y amenazan con volver hacerlo. Los despegues frente a la Real Sociedad y el Atlético fueron abortados tras unos minutos en los que todo parecía estar bajo control. Este Real Madrid sigue sin coger vuelo. Aún es pronto para sacar conclusiones, pero, por momentos, el desastre de la era de los galácticos regresa a la memoria merengue. Y el sabor no es nada dulce.
Tras más de una década de infortunios, escasez de fútbol y lágrimas amargas, la consecución de la Décima hizo que el Real Madrid recuperase el brillo antaño perdido. Quizá demasiada luz. Tanta que ha terminado por cegar a los propios jugadores, que han perdido su esencia futbolística. Ahora toca preguntarse: ¿Existen similitudes entre este Real Madrid y el del fracaso galáctico de Carlos Queiroz (2003-2004)? En algunas cosas, sí.
Barriga llena
Uno de los principales problemas que atacó a los antiguos galácticos (Ronaldo, Raúl, Figo, Zidane, Roberto Carlos, Casillas y Beckham) fue la falta de apetito de victoria. Después de haber ganado tres Ligas de Campeones en apenas seis años (la Novena en 2002), el club se adormeció. Ahora, tras llevar la Décima a las vitrinas del Santiago Bernabéu, el nefasto inicio de temporada blanco ha encendido tomas las alarmas en Concha Espina. «Necesitaba nuevas motivaciones tras ganar la Décima», declaró Xabi Alonso tras fichar por el Bayern de Múnich. Un sentimiento que parece haber impregnado en la mentalidad del resto de jugadores.
«Quizá nos falta concentración en las jugadas a balón parado», confesó Pepe tras la derrota en Liga frente al Atlético de Madrid (1-2). «En la segunda parte nos ha faltado actitud», afirmaba Carlo Ancelotti instantes después de las palabras del defensa portugués. Esta apatía se arrastra desde el partido de Anoeta, cuyos errores no se han solventado. El entrenador italiano fue contundente en sus declaraciones tras la derrota ante la Real Sociedad (4-2). «Nos ha faltado actitud como equipo. Esto tiene que cambiar, y cambiará». De momento, ese juramento se ha quedado atrapado en el universo de las palabras.
Pérdida de piezas claves
Tras la consecución de la Novena, algunos jugadores cuya relevancia había sido notoria para la obtención de la misma, como Morientes, Makelelé o el entrenador Del Bosque, fueron invitados a bajarse de la nave. En esta ocasión, las salidas de Di María y Xabi Alonso han sido diferentes, ya que abandonaron la entidad de «motu propio».
El caso es que desde el punto de vista deportivo el Real Madrid ha perdido, y mucho. Di María era un jugador único para desestabilizar la solidez de las defensas rivales. Por su parte, Xabi Alonso, aunque cada vez ofrecía un peor rendimiento, continuaba siendo el eje del equipo. Por el momento, la falta de solidez es un verdadero problema.
Falta de profundidad en el banquillo
Aquel Real Madrid de los galácticos dibujaba sobre la pizarra un equipo temible. Sin embargo, carecía de una plantilla profunda para luchar por todas las competiciones. Durante el curso 2003-2004, bajo las órdenes de Carlos Queiroz, momento en el que se inició el fracaso, los jugadores de banquillo más utilizados por el entrenador portugués fueron Guti, Solari, Cambiasso, Borja, Portillo y Núñez.
Respecto al reparto de minutos, durante la pasada temporada el jugador de campo del Real Madrid que más minutos disputó fue Sergio Ramos, con 4350. Con Carlos Queiroz como entrenador, Roberto Carlos (4346), Luis Figo (4516), Raúl Bravo (4524), Raúl (4553) y Míchel Salgado (4842) superaron esas cifras. Y eso que en la Champions los blancos cayeron eliminados con el Mónaco (ida: 4-2, vuelta: 3-1) en los cuartos de final. Por entonces, Zidane declaró lo siguiente al término de aquel fatídico encuentro: «¿No os dais cuenta de que estamos fundidos?»
Ante el Atlético de Madrid, Ancelotti miró a su banquillo y no encontró soluciones. A la espera de que Jesé y Khedira se terminen de recuperar, la plantilla se antoja extremadamente corta. «No disponemos de muchos jugadores, pero son polivalentes y tenemos todo cubierto», aseguraba Ancelotti tras la venta de Alonso. A día de hoy, la realidad es que el Real Madrid tiene la plantilla más corta de los últimos diez años. Echando cuentas y viajando al pasado, las fechas se acercan al inicio del año maldito. Otra similitud más.
Efectivamente, el Real Madrid parece de otro planeta, su plantilla pertenece a otra galaxia, pero porque parece no saber jugar al fútbol en la Tierra. Los propulsores de la nave están fallando y amenazan con volver hacerlo. Los despegues frente a la Real Sociedad y el Atlético fueron abortados tras unos minutos en los que todo parecía estar bajo control. Este Real Madrid sigue sin coger vuelo. Aún es pronto para sacar conclusiones, pero, por momentos, el desastre de la era de los galácticos regresa a la memoria merengue. Y el sabor no es nada dulce.
Tras más de una década de infortunios, escasez de fútbol y lágrimas amargas, la consecución de la Décima hizo que el Real Madrid recuperase el brillo antaño perdido. Quizá demasiada luz. Tanta que ha terminado por cegar a los propios jugadores, que han perdido su esencia futbolística. Ahora toca preguntarse: ¿Existen similitudes entre este Real Madrid y el del fracaso galáctico de Carlos Queiroz (2003-2004)? En algunas cosas, sí.
Barriga llena
Uno de los principales problemas que atacó a los antiguos galácticos (Ronaldo, Raúl, Figo, Zidane, Roberto Carlos, Casillas y Beckham) fue la falta de apetito de victoria. Después de haber ganado tres Ligas de Campeones en apenas seis años (la Novena en 2002), el club se adormeció. Ahora, tras llevar la Décima a las vitrinas del Santiago Bernabéu, el nefasto inicio de temporada blanco ha encendido tomas las alarmas en Concha Espina. «Necesitaba nuevas motivaciones tras ganar la Décima», declaró Xabi Alonso tras fichar por el Bayern de Múnich. Un sentimiento que parece haber impregnado en la mentalidad del resto de jugadores.

«Quizá nos falta concentración en las jugadas a balón parado», confesó Pepe tras la derrota en Liga frente al Atlético de Madrid (1-2). «En la segunda parte nos ha faltado actitud», afirmaba Carlo Ancelotti instantes después de las palabras del defensa portugués. Esta apatía se arrastra desde el partido de Anoeta, cuyos errores no se han solventado. El entrenador italiano fue contundente en sus declaraciones tras la derrota ante la Real Sociedad (4-2). «Nos ha faltado actitud como equipo. Esto tiene que cambiar, y cambiará». De momento, ese juramento se ha quedado atrapado en el universo de las palabras.

Pérdida de piezas claves
Tras la consecución de la Novena, algunos jugadores cuya relevancia había sido notoria para la obtención de la misma, como Morientes, Makelelé o el entrenador Del Bosque, fueron invitados a bajarse de la nave. En esta ocasión, las salidas de Di María y Xabi Alonso han sido diferentes, ya que abandonaron la entidad de «motu propio».
El caso es que desde el punto de vista deportivo el Real Madrid ha perdido, y mucho. Di María era un jugador único para desestabilizar la solidez de las defensas rivales. Por su parte, Xabi Alonso, aunque cada vez ofrecía un peor rendimiento, continuaba siendo el eje del equipo. Por el momento, la falta de solidez es un verdadero problema.
Falta de profundidad en el banquillo
Aquel Real Madrid de los galácticos dibujaba sobre la pizarra un equipo temible. Sin embargo, carecía de una plantilla profunda para luchar por todas las competiciones. Durante el curso 2003-2004, bajo las órdenes de Carlos Queiroz, momento en el que se inició el fracaso, los jugadores de banquillo más utilizados por el entrenador portugués fueron Guti, Solari, Cambiasso, Borja, Portillo y Núñez.

Respecto al reparto de minutos, durante la pasada temporada el jugador de campo del Real Madrid que más minutos disputó fue Sergio Ramos, con 4350. Con Carlos Queiroz como entrenador, Roberto Carlos (4346), Luis Figo (4516), Raúl Bravo (4524), Raúl (4553) y Míchel Salgado (4842) superaron esas cifras. Y eso que en la Champions los blancos cayeron eliminados con el Mónaco (ida: 4-2, vuelta: 3-1) en los cuartos de final. Por entonces, Zidane declaró lo siguiente al término de aquel fatídico encuentro: «¿No os dais cuenta de que estamos fundidos?»
Ante el Atlético de Madrid, Ancelotti miró a su banquillo y no encontró soluciones. A la espera de que Jesé y Khedira se terminen de recuperar, la plantilla se antoja extremadamente corta. «No disponemos de muchos jugadores, pero son polivalentes y tenemos todo cubierto», aseguraba Ancelotti tras la venta de Alonso. A día de hoy, la realidad es que el Real Madrid tiene la plantilla más corta de los últimos diez años. Echando cuentas y viajando al pasado, las fechas se acercan al inicio del año maldito. Otra similitud más.