Lucía Fresco dice que hay que respetar a las Panteras. "Con el equipo completo y el cuchillo entre los dientes, le podemos ganar a cualquiera", cuenta la opuesta argentina antes del debut en Italia.
Tan alta como rubia, Lucía Fresco impone respeto cuando toma la palabra. En su 1,93 metro lleva una larga historia en la Selección de vóley y un presente con sabor a Mundial. "El Mundial es el sueño de todo deportista. Desde que jugaba en Menores venía perdiendo en todas las clasificaciones. Ahora que logramos meternos, estar en este torneo tiene un gran peso", cuenta desde Roma, a horas del debut ante Croacia.
Para Fresco, alias la Rusa, el objetivo de la Selección no es sólo participar de un Mundial después de 12 años de ausencia. "El objetivo es pasar de ronda, ganarle a los rivales más accesibles. En otra época nos hubiésemos planteado otra cosa. Pero ahora que no nos subestimen, porque si no los abrochamos... Con el cuchillo entre los dientes y el equipo completo, le podemos ganar a cualquiera", afirma.
Toda esta seguridad que muestra al declarar sobre el equipo cambia de color cuando mira su presente. "La verdad que no llego de la mejor manera. Sufrí una tendinitis rotuliana y recién hace dos semanas empecé a entrenar. Me costó agarrar el ritmo. Hubiese querido llegar de otra forma, pero eso no se elige", cuenta quien también debió pasar por una operación de hombro. "A fines del año pasado, de pronto, fue como que el hombro se me murió. No sentía nada. En realidad, no tenía dolor. Pero tampoco, fuerza. Me pasó de un día para el otro. Yo no me lo veía venir, tenía contrato firmado con Alemania. Fue duro de pasar en lo psicológico, más allá de lo físico. Fue un vuelco en mi vida", relata.
Tras una larga rehabilitación, la Rusa Fresco volvió a pegarle a la pelota en la Selección. "En abril me empecé a entrenar con las chicas en el Cenard. En el primer ataque, quería que se fueran todas para no pasar vergüenza. Fue un trabajo de hormiga, pero por suerte pude volver a competir", comenta esta entrerriana de Chajarí, que comenzó a jugar al vóley a los 11 años, al notarse más alta que el resto de las chicas. Luego, llegó la Selección, Boca, el SC Potsdam y ahora acaba de firmar con Urbino de la A1 de Italia.
Y en Italia, justamente, también respira el aire del Mundial 2014. "Las Panteras sabemos que no la tenemos fácil. Pero se nota la garra que identifica al publico argentino. Peleamos cada pelota a muerte. Vamos al frente. Es cierto lo que dice nuestro eslogan: estamos unidas por la garra".
Video en la fuente!

Tan alta como rubia, Lucía Fresco impone respeto cuando toma la palabra. En su 1,93 metro lleva una larga historia en la Selección de vóley y un presente con sabor a Mundial. "El Mundial es el sueño de todo deportista. Desde que jugaba en Menores venía perdiendo en todas las clasificaciones. Ahora que logramos meternos, estar en este torneo tiene un gran peso", cuenta desde Roma, a horas del debut ante Croacia.
Para Fresco, alias la Rusa, el objetivo de la Selección no es sólo participar de un Mundial después de 12 años de ausencia. "El objetivo es pasar de ronda, ganarle a los rivales más accesibles. En otra época nos hubiésemos planteado otra cosa. Pero ahora que no nos subestimen, porque si no los abrochamos... Con el cuchillo entre los dientes y el equipo completo, le podemos ganar a cualquiera", afirma.
Toda esta seguridad que muestra al declarar sobre el equipo cambia de color cuando mira su presente. "La verdad que no llego de la mejor manera. Sufrí una tendinitis rotuliana y recién hace dos semanas empecé a entrenar. Me costó agarrar el ritmo. Hubiese querido llegar de otra forma, pero eso no se elige", cuenta quien también debió pasar por una operación de hombro. "A fines del año pasado, de pronto, fue como que el hombro se me murió. No sentía nada. En realidad, no tenía dolor. Pero tampoco, fuerza. Me pasó de un día para el otro. Yo no me lo veía venir, tenía contrato firmado con Alemania. Fue duro de pasar en lo psicológico, más allá de lo físico. Fue un vuelco en mi vida", relata.
Tras una larga rehabilitación, la Rusa Fresco volvió a pegarle a la pelota en la Selección. "En abril me empecé a entrenar con las chicas en el Cenard. En el primer ataque, quería que se fueran todas para no pasar vergüenza. Fue un trabajo de hormiga, pero por suerte pude volver a competir", comenta esta entrerriana de Chajarí, que comenzó a jugar al vóley a los 11 años, al notarse más alta que el resto de las chicas. Luego, llegó la Selección, Boca, el SC Potsdam y ahora acaba de firmar con Urbino de la A1 de Italia.
Y en Italia, justamente, también respira el aire del Mundial 2014. "Las Panteras sabemos que no la tenemos fácil. Pero se nota la garra que identifica al publico argentino. Peleamos cada pelota a muerte. Vamos al frente. Es cierto lo que dice nuestro eslogan: estamos unidas por la garra".









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