EL URUGUAYO LIDERA LA REMONTADA ANTE EL ALMERÍA
Suárez asiste y reanima al Barça
JAIME RINCÓN08/11/14 - 18:02
El Barcelona entró en coma en los Juegos del Mediterráneo. Los pronósticos eran desalentadores hasta que apareció Luis Suárez, desfibrilador en mano, para despertar al equipo de Luis Enrique de su letargo. Dos asistencias del uruguayo, a Neymar y Jordi Alba, firmaron la remontada ante un Almería que plantó cara con grandes argumentos. Válidos hasta que Suárez apareció y evitó que el Barcelona tocase fondo.
La situación era dramática. La confusión en momentos delicados desestabiliza al Barça. Y a ella contribuyó Luis Enrique con un once difícil de explicar. Con el parón de selecciones en el horizonte, el técnico decidió dar descanso a sus estrellas. Le tocó recular y recurrir a ellas cuando el asunto se puso feo. Tan mala pinta tenía que el Barcelona llegó a desconectarse de la Liga.
Su aparente dimisión a la lucha por el título estuvo incitada por la ausencia de jugadores de peso y por la ambición de un Almería que supo incidir en las inseguridades del Barça. Que, por cierto, a estas alturas de la liga son muchas. Demasiadas.
Apático, previsible y lento, muy lento se mostró el equipo azulgrana en el primer acto. Con el balón fue inofensivo pese a dos acciones aisladas en las que Messi evidenció su pelea con el gol en las últimas jornadas. La sombra de Zarra es alargada... y la de los palos también. En medio de esa desesperación, apareció Thievy para sumir a Bartra en un terrorífico 'Deja vu' que le llevó hasta la final de Copa y la tan recordada carrera con Bale.
Solo Mascherano, imperial, mantuvo la intensidad que se requería. Bastó con el sacrifico del 'jefecito' y la entrada en escena de Neymar y Luis Suárez para ver otro Barça. El que manda y genera peligro, el que todos -menos Luis Enrique al parecer- visualizan esta temporada. Con Messi entre líneas, Neymar en el desequilibrio individual y Suárez pisando área. Ahí se siente cómodo el uruguayo. Y en esa zona de influencia marcó diferencias.
Surgió la figura del '9' que tanto ha reclamado el Barcelona en los últimos años. Suárez echó el ancla con la portería a su espaldas, aguantó y cedió. Se revolvió y disparó. Todo con intención, todo con decisión y con influencia en el desenlace de cada jugada. En una de ellas Messi encontró de nuevo el larguero. En la siguiente, Neymar hizo el empate. Minutos después, ya todos buscaban al uruguayo. Balones al área y a esperar.
Su primera descarga, como decíamos, sacó al Barça del coma. En la segunda, con más energía, levantó al Barcelona. Jordi Alba recibió la última inyección a la desesperada y el equipo de Luis Enrique respiró aliviado. Ahora llegó el momento de un descanso muy oportuno, pero no definitivo, gracias a Suárez.
Suárez asiste y reanima al Barça
JAIME RINCÓN08/11/14 - 18:02

El Barcelona entró en coma en los Juegos del Mediterráneo. Los pronósticos eran desalentadores hasta que apareció Luis Suárez, desfibrilador en mano, para despertar al equipo de Luis Enrique de su letargo. Dos asistencias del uruguayo, a Neymar y Jordi Alba, firmaron la remontada ante un Almería que plantó cara con grandes argumentos. Válidos hasta que Suárez apareció y evitó que el Barcelona tocase fondo.
La situación era dramática. La confusión en momentos delicados desestabiliza al Barça. Y a ella contribuyó Luis Enrique con un once difícil de explicar. Con el parón de selecciones en el horizonte, el técnico decidió dar descanso a sus estrellas. Le tocó recular y recurrir a ellas cuando el asunto se puso feo. Tan mala pinta tenía que el Barcelona llegó a desconectarse de la Liga.
Su aparente dimisión a la lucha por el título estuvo incitada por la ausencia de jugadores de peso y por la ambición de un Almería que supo incidir en las inseguridades del Barça. Que, por cierto, a estas alturas de la liga son muchas. Demasiadas.
Apático, previsible y lento, muy lento se mostró el equipo azulgrana en el primer acto. Con el balón fue inofensivo pese a dos acciones aisladas en las que Messi evidenció su pelea con el gol en las últimas jornadas. La sombra de Zarra es alargada... y la de los palos también. En medio de esa desesperación, apareció Thievy para sumir a Bartra en un terrorífico 'Deja vu' que le llevó hasta la final de Copa y la tan recordada carrera con Bale.
Solo Mascherano, imperial, mantuvo la intensidad que se requería. Bastó con el sacrifico del 'jefecito' y la entrada en escena de Neymar y Luis Suárez para ver otro Barça. El que manda y genera peligro, el que todos -menos Luis Enrique al parecer- visualizan esta temporada. Con Messi entre líneas, Neymar en el desequilibrio individual y Suárez pisando área. Ahí se siente cómodo el uruguayo. Y en esa zona de influencia marcó diferencias.
Surgió la figura del '9' que tanto ha reclamado el Barcelona en los últimos años. Suárez echó el ancla con la portería a su espaldas, aguantó y cedió. Se revolvió y disparó. Todo con intención, todo con decisión y con influencia en el desenlace de cada jugada. En una de ellas Messi encontró de nuevo el larguero. En la siguiente, Neymar hizo el empate. Minutos después, ya todos buscaban al uruguayo. Balones al área y a esperar.
Su primera descarga, como decíamos, sacó al Barça del coma. En la segunda, con más energía, levantó al Barcelona. Jordi Alba recibió la última inyección a la desesperada y el equipo de Luis Enrique respiró aliviado. Ahora llegó el momento de un descanso muy oportuno, pero no definitivo, gracias a Suárez.