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Los seres humanos solemos pensar que en cierto modo controlamos la naturaleza. La construcción  de grandes estructuras, como represas, diques, entre otras pudieran afianzar esta creencia;  pero lo cierto es que esta idea no es más que una ilusión.  Por más que intentemos someterla, la madre naturaleza tenazmente hallará el camino de progresar. No importa los territorios que conquistemos, al final ella siempre terminará reclamando su espacio. Por fortuna divina, el resultado de su venganza es algo exuberantemente bello. Ella se empecina en ganar la guerra al final de unas cuantas batallas perdidas. El día que la gane, quizás no estemos allí para atestiguarlo.



1) IM Torre de Refrigeración en Bélgica.






2) La decadencia de un centro comercial en la cuidad de Bangkok alberga a criaturas silvestres.








3) Gracias por hospedarse en este hotel. Esperamos que regrese pronto, Señor.






4) Una estación de tren en el abandono en Abjasia, Georgia.






5) Después de la catástrofe de Chernóbil, esto fue lo que quedó de la cuidad de Pripyat en Ucrania.






6) La naturaleza engulló esta mansión ubicada cerca de Kilgarvan en Irlanda.






7) Lo que quedó de un molino en Sorento, Italia.






8) A la naturaleza no le dan miedo las ruedas.






9) La gente es la única que parece no abordar este ferrocarril de París.






10) Algunos árboles de Hong Kong son implacables.






11) Las raíces de la civilización.






12) Las raíces de la civilización II.






13) La decadencia de esta comunidad de pescadores en Kamchatka, Rusia.






14) Ferrocarril parisino, 160 años de abandono.






15) Mira como esta bici fue devorada por este árbol en Vashon Island, Washington.






16) Automóviles aparcados en el olvido en Bélgica.






17) El árbol musical de California.






18) Un pueblo llamado Mining Town en Namibia.






19) En Angkor, Camboya.







20) Un islote metálico de 102 años, Australia.






Mucho antes que nosotros, la madre naturaleza ya era soberana, y seguramente continuará así cuando ya no estemos. Debemos entender que está allí para nosotros y que representamos apenas una ínfima parte de todo lo que nos rodea