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La determinación de los precios en el mercado a través de la interacción dinámica de la oferta y demanda de productos es la base fundamental de las ciencias económicas. La preferencia de los consumidores hacia un producto determina la cantidad que estos estan dispuestos a obtener a cualquier precio. el consumidor comprara en mayor cantidad un producto si su precio se reduce. Las empresas por otro lado, deciden cuanto de esa demanda estan dispuestos a satisfacer a diferentes precios.





En general, si el consumidor esta dispuesto a pagar mayores precios por un producto, entonces mas empresas o fabricas intentaran manufacturar dicho producto, aumentaran su capacidad productiva, y dedicaran recursos para mejorar la calidad del mismo. De manera que, la expectativa de mayores precios llevan a un incremento del suministro de una determinada mercancía. Esta interacción dinámica promueve un precio de mercado equilibrado, cuando compradores y vendedores negocian libremente, el precio que resulta causa que la cantidad demandada por los consumidores sea igual a la cantidad que los productores suministran.





Sin embargo, cuando un gobierno adopta medidas de control de precios, este define el precio de mercado de un producto y obliga a un gran porcentaje de transacciones a realizarse al precio establecido en vez del equilibrado precio que se obtiene a través de la dinámica de la oferta y demanda. Esta dinámica cambia constantemente en respuesta a los cambios de tendencias y costos, pero el precio establecido por el gobierno solo cambia tras un largo proceso político, lo que efectivamente significa que nunca existirá un precio equilibrado. Esto en pocas palabras significa que el precio establecido sera o excesivo, o insuficiente.




Cuando los precios son muy altos, existe una oferta excesiva en comparación con lo que los consumidores están propuestos a comprar. Este es la situación que se presenta en muchos de los programas agrícolas europeos. El gobierno, interesado en aumentar la ganancia del sector agrícola, compra deliberadamente parte de los producido que nadie quiere. Esto lleva a los granjeros a criar mas ganado y convertir mas terreno de pastoreo o tierras de cultivo. Sin embargo, el aumento de precios discierne a los consumidores de comprar productos agrícolas, causando un exceso de oferta. El gobierno entonces exacerba la situación comprando ese exceso al precio establecido.




El fracaso de los controles de precios no es simplemente un fenómeno académico limitado a las paginas de los textos de economía. Existe un registro histórico de mas de 4000 años de catástrofes tras catástrofes financieras causadas por los controles de precios.




Para comenzar tenemos el ejemplo del antiguo egipto en el 300 A.D. La omnipresencia del estado estaba presente en la regulación de la producción y distribución de granos y cereales. Los precios eran fijados metódicamente en todos los niveles. Estos controles crecieron con el tiempo hasta alcanzar niveles intimidantes. Literalmente existía todo un ejercito de inspectores de precios.

Los campesinos egipcios estaban tan consternados por los controles que muchos de ellos simplemente abandonaron sus granjas. Para el final del siglo la economía del antiguo egipto estaba colapsada así como su estabilidad política.






En la Babilonia del 4000 A.D, el famoso código de Hammurabi era un laberinto de regulaciones y controles de precios. "Si un hombre contrata a un labrador de la tierra, el tendrá que concederle ocho gur de grano por año". "Si un hombre emplea a un pastor, el tendrá que concederle seis gur de grano por año". Semejantes leyes coartaron el progreso económico del Imperio babilonio por varios siglos. Tal y como el récord histórico describe, "Una ves que estas leyes fueron derogadas hubo un incremento importante de las fortunas del pueblo".




En la antigua ciudad-estado griega de Atenas, se impusieron de manera similar controles de precio del grano y se apunto un ejercito de inspectores con el propósito de determinar el precio que el gobierno de Atenas considerara justo. Los precios establecidos por los atenienses eventualmente tuvieron como consecuencia la escasez del grano, pero los antiguos emprendedores salvaron a cientos de morir de inanición evadiendo esas injustas leyes. A pesar de que evadir el control de los precios era un delito castigado con la muerte, estas leyes se volvieron imposibles de aplicar . La escasez producida por el control de precios promovió la creación de un mercado negro de mercancías, para el gran beneficio de la población común.




En el año 284 A.D, el Emperador Romano Diocleciano propicio un fuerte fenómeno inflacionario debido a la irresponsable acuñación excesiva de monedas, para después "corregir" el problema imponiendo precios máximos para la carne, el grano, los huevos, la ropa y otros artículos para vender, y prescribió la pena de muerte para aquellos que osaran vender sus mercancías a precios mayores a los fijados. Los resultados,parafraseando a un antiguo historiador, fueron que " La gente ya no enviaba sus mercancías a los mercados al no poder obtener un precio razonable por estas, y esto afianzo tanto la miseria, que final despues que muchos hubieran muerto por ella, la ley misma fue depuesta"






Moviéndonos un poco a tiempos mas contemporáneos, El ejercito revolucionario de George Washington casi muere de hambre en el campo gracias al control de precios de alimentos impuesto por Pennsylvania y otros gobiernos coloniales. Pennsylvania específicamente impuso controles sobre aquellos bienes necesitados por el ejercito, propiciando una escasez atroz en todos aquellas provisiones que eran de necesidad para la supervivencia de los soldados. El congreso continental sabiamente adopto una resolución rechazando los controles de precios en 1778, lo que rápidamente llevo al levantamiento de los controles y ya para el otoño de ese mismo año el ejercito revolucionario estaba relativamente bien abastecido.




Políticos franceses cometieron el mismo error después de la revolución, con la entrada en vigor la "Ley de los máximos" en 1793, que originalmente impuso controles de precios al grano, y posteriormente a una larga lista de productos y mercancías. De forma predecible, en algunos pueblos franceses la gente estaba tan mal alimentada que estos colapsaban literalmente en las calles debido a malnutrición. Una delegación proveniente de varias provincias escribio al gobierno de París que antes de la imposición de los controles "Nuestros mercados estaban abastecidos, pero una vez que fijamos los precios del grano y la harina, mas nunca vimos rastro de ellos". El gobierno francés se vio obligado a levantar los controles después de haber matado a miles. Cuando Robespierre estaba siendo cargado por las calles de Paris camino a su ejecución las masas aclamaban: "¡Ahí va el sucio Máximo!".




Al final de la segunda guerra mundial, la administración Estadounidense en Alemania Federal era incluso mas totalitaria que los nacionalsocialistas en lo que se refería a políticas económicas. Durante el periodo de ocupación los planificadores económicos impusieron controles de precios que prevenían la recuperación económica de la maltrecha Alemania del oeste. Incluso el celebre y antiguo comandante de la Luftwaffe Hermann Goering se quejo ante el corresponsal Estadounidense Henry Taylor acerca de la situación:

"América esta haciendo muchas cosas en el plano económico que nosotros creemos han sido la causa de nuestros problemas. Ustedes estan intentando controlar los salarios de la gente y los precios, el trabajo de la gente. Si hacen eso deben controlar también la vida de las personas, Y ningún país es capaz de realizar dicha tarea a mediano plazo. Yo lo intente y fracase. Tampoco puede hacerlo ningún país todo de una vez, Yo también intente eso y fracase. Ustedes no son mejores administradores que nosotros. Estoy seguro que sus economistas leerán acerca de lo que pasó aquí en el futuro".




]Los controles de precios fueron finalmente levantados en Alemania por el ministro de economía Ludwig Erhard en 1948, en un domingo, cuando las autoridades estadounidenses de ocupaciones estuviesen fuera de sus oficinas y no fueran capaces de detenerlo. Esto fue lo que encendió la mecha de lo que se conoció como el "milagro económico alemán".





Acercándonos a hechos mas recientes tenemos el ejemplo de la crisis energética de los años 70 causada por el embargo petrolero de los países árabes a Estados Unidos en 1973. Largas lineas de autos y camiones aparecieron en las estaciones de servicio y algunas incluso cerraron debido debido a la escasez de combustibles causada por el bajo precio fijado por El Consejo Del Costo De La Vida de Estados Unidos. El precio estaba por debajo de lo que el mercado podía soportar, y como resultado, el inventario disponible desapareció.





Tras llegar Salvador Allende a la presidencia de Chile en el año 1970, la economía de Chile empezó a recorrer un camino hacia el abismo que arruinó, en poco tiempo, a una nación que había sido durante mucho tiempo una de las más prósperas de América Latina. La experiencia terminó con el golpe de estado del ejército de 1973.

La historia es bastante simple. Poco a poco fue desapareciendo la idea de que la economía de mercado podría sobrevivir en Chile. Se nacionalizaron empresas, se intervinieron diversos sectores, se controlaron y se fijaron precios y se llevó a cabo una política monetaria suicida que desembocó en una hiperinflación que llegó a hacer prácticamente imposible el funcionamiento normal de la economía.





Se contaban muchas anécdotas sobre la forma de reaccionar de los chilenos ante la escasez y los controles de precios. Se hablaba, por ejemplo, de aquellos avispados personajes que, a primera hora de la mañana, antes de que abrieran las tiendas, pegaron en un escaparate un cartel que decía: “Se venden televisores a precio oficial”; y que luego vendieron su primer puesto en la cola a otras personas que, poco después, comprobarían desoladas que tales televisores no existían. O se recuerda la desaparición en un solo día de buena parte de la cabaña ganadera chilena, cuando sus propietarios decidieron llevarse sus animales a Argentina al establecer el gobierno chileno precios máximos para sus productos.





Por otro lado, Venezuela conoce muy bien los controles de precios porque ha vivido, en varios momentos de su historia, las consecuencias de su ejecución, ya que en sus repetidas aplicaciones a mermado la oferta de productos y no lograron acabar con la inflación.

Más allá de la historia reciente que ha escrito el Gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, al cierre de la década de los ochenta el país sufría el efecto de las políticas de control de Jaime Lusinchi.




Durante el Gobierno de Lusinchi la inflación anual pasó de 15,7% en 1984 a 40,3% en 1987, en plena aplicación del control de precios y con un agresivo plan de sanciones, multas y cierres a los empresarios que se consideraban especuladores. Cuando en 1989 se desmontó el complejo control de precios armado por Lusinchi, la inflación saltó a 103%.





A pesar de las experiencias vividas, en el año 2003 y enfrentando un paro generalizado en todos los sectores el gobierno de Hugo Chávez se publicó en la Gaceta Oficial la primera lista de 45 bienes y 7 servicios que serían declarados de “primera necesidad” y cuyos precios máximos de ventas al público serían fijados por el Ejecutivo Nacional. El 11 de febrero de 2003, el para entonces Ministerio de la Producción y El Comercio, publicó en la Gaceta Oficial los primeros precios máximos de venta.





Luego de 11 años y medio de controles de precio los resultados han sido contrarios a los esperados por el Gobierno Central: entre 2003 y 2014 la inflación general acumula 1282,7%, mientras que la inflación de alimentos acumuló 2.666%. En 2014 la inflación se acelera y sólo en mayo el incremento de precios fue 5,7%, acumulando 60,9% en los últimos 12 meses. De acuerdo a estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación podría llegar a 75% al cierre de 2014.




Los controles no sólo han provocado inflación, también han causado escasez. Desde 2013, el índice de escasez general ha superado el 20% y en marzo de 2014 (último dato disponible) la escasez alcanzó su máximo histórico de 29,6%, cuando lo que se considera “tolerable” o “normal” es 5%. Además, en marzo de 2014 (último dato disponible), 25 alimentos y bebidas no alcohólicas tenían escasez por encima de 40% y 10 por encima de 90%. En cuanto al rubro de alimentos, la escasez pasó de 1,6% en diciembre de 1998 a 26,9% en marzo de 2014.





Los ejemplos mencionados demuestran a las claras la inutilidad de aplicar controles de precios. Lamentablemente, a comienzos del siglo XXI nuestras autoridades económicas no terminan de comprender que el deseo de controlar el precio de bienes y servicios que se ofrecen en el mercado terminan inexorablemente desalentando las inversiones y la oferta de los mismos, causando el efecto exactamente opuesto al que se busca, perjudicando tanto a productores como a consumidores.