http://www.nuestrasvoces.com.ar/mi-voz/privilegios-para-privilegiados/
Por Agustín Antoniades
Sobre tarifazos, déficit y sistema regresivo
Para Cambiemos, una de las patas de la supuesta pesada herencia es el déficit fiscal, que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay definió como “insostenible”. Con esto, el gobierno instala el mito de que los tarifazos eran inevitables.
Sin embargo, los 65 mil millones de pesos que el Estado invertía para subsidiar tarifas, son inmensamente menores que los 128 mil millones de pesos que los exportadores rurales pagaban por las retenciones que les fueron quitadas.
Los aumentos que pesan sobre las mayorías no buscan “sanear las cuentas”, como querría algún liberal clásico. Además de cubrir el regalo que el gobierno le dio a los bancos y a los exportadores rurales y mineros, los aumentos buscan golpear el poder adquisitivo de los sectores de ingresos fijos, para que el consumo baje, porque, como señaló Axel Kicillof: “No tienen otro plan antiinflacionario que la recesión”.
Aclarado esto, hace falta resaltar una cuestión que brilla por su ausencia en los análisis: la regresividad del régimen fiscal argentino. Una de las grandes fallas del kirchnerismo fue no haber modificado el sistema, que castiga más a quien menos tiene.
El tributo que más recauda en la Argentina es el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es ampliamente regresivo, ya que pesa sobre cualquier consumo sin discriminar los ingresos del consumidor.
Además, el IVA está sometido a la evolución del mercado interno, con lo cual, cuando se contrae el consumo, cae la recaudación de este impuesto, que constituye más de un cuarto de la recaudación total.
Por otro lado, el valor del IVA en Argentina, de 21 por ciento, sólo es superado en América Latina por Uruguay, donde es de un punto porcentual más. Aquí se cae otro argumento defensor de tarifazos: la comparación con otros países.
En el macrismo insisten con que Argentina paga los servicios muy baratos en relación a otros países de la región, y que por eso las tarifas deben aumentar. ¿No podría usarse la misma lógica con el IVA? Si la luz, el gas y el agua deben ser más cara porque en Colombia y México se paga más: ¿Hay que bajar el IVA? Teniendo en cuenta que en esos dos países, este impuesto es de 16 por ciento. O yendo a un caso más claro, en Panamá, donde el dinero de Macri y varios de sus funcionarios disfrutan la poca presión fiscal, el IVA es un tercio del argentino, 7 por ciento.
Mientras tanto, la recaudación creció interanualmente un 23 por ciento, frente a una inflación cercana al 50 por ciento. Y por el carácter recesivo de la economía, el déficit seguirá aumentando.
No es más alentador el rumor de una reforma impositiva que el gobierno deslizó. La idea de “bajar las cargas laborales”, que expresó Prat Gay, suena a más privilegios para los privilegiados. El cambio en las escalas de la cuarta categoría del (mal llamado) Impuesto a las Ganancias, es el soborno para ciertos sectores del sindicalismo y de la centro-izquierda. La modificación de este impuesto es necesaria porque está desactualizado, pero no es lo más urgente, ya que sólo castiga al escalón más alto de los sueldos.
Si el kirchnerismo utilizó el gasto público como herramienta de distribución del ingreso, sin haber tocada la regresión impositiva, el gobierno actual lo usará para lo contrario. La nueva táctica es usar el gasto para transferir riqueza de los trabajadores al sector privado, y lo que no se recauda, financiarlo con deuda. Esta lógica económica ya se conoció en Argentina, se llamó menemismo.
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Por Agustín Antoniades
Por Agustín Antoniades
Sobre tarifazos, déficit y sistema regresivo

Para Cambiemos, una de las patas de la supuesta pesada herencia es el déficit fiscal, que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay definió como “insostenible”. Con esto, el gobierno instala el mito de que los tarifazos eran inevitables.
Sin embargo, los 65 mil millones de pesos que el Estado invertía para subsidiar tarifas, son inmensamente menores que los 128 mil millones de pesos que los exportadores rurales pagaban por las retenciones que les fueron quitadas.
Los aumentos que pesan sobre las mayorías no buscan “sanear las cuentas”, como querría algún liberal clásico. Además de cubrir el regalo que el gobierno le dio a los bancos y a los exportadores rurales y mineros, los aumentos buscan golpear el poder adquisitivo de los sectores de ingresos fijos, para que el consumo baje, porque, como señaló Axel Kicillof: “No tienen otro plan antiinflacionario que la recesión”.
Aclarado esto, hace falta resaltar una cuestión que brilla por su ausencia en los análisis: la regresividad del régimen fiscal argentino. Una de las grandes fallas del kirchnerismo fue no haber modificado el sistema, que castiga más a quien menos tiene.
El tributo que más recauda en la Argentina es el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es ampliamente regresivo, ya que pesa sobre cualquier consumo sin discriminar los ingresos del consumidor.
Además, el IVA está sometido a la evolución del mercado interno, con lo cual, cuando se contrae el consumo, cae la recaudación de este impuesto, que constituye más de un cuarto de la recaudación total.
Por otro lado, el valor del IVA en Argentina, de 21 por ciento, sólo es superado en América Latina por Uruguay, donde es de un punto porcentual más. Aquí se cae otro argumento defensor de tarifazos: la comparación con otros países.
En el macrismo insisten con que Argentina paga los servicios muy baratos en relación a otros países de la región, y que por eso las tarifas deben aumentar. ¿No podría usarse la misma lógica con el IVA? Si la luz, el gas y el agua deben ser más cara porque en Colombia y México se paga más: ¿Hay que bajar el IVA? Teniendo en cuenta que en esos dos países, este impuesto es de 16 por ciento. O yendo a un caso más claro, en Panamá, donde el dinero de Macri y varios de sus funcionarios disfrutan la poca presión fiscal, el IVA es un tercio del argentino, 7 por ciento.
Mientras tanto, la recaudación creció interanualmente un 23 por ciento, frente a una inflación cercana al 50 por ciento. Y por el carácter recesivo de la economía, el déficit seguirá aumentando.
No es más alentador el rumor de una reforma impositiva que el gobierno deslizó. La idea de “bajar las cargas laborales”, que expresó Prat Gay, suena a más privilegios para los privilegiados. El cambio en las escalas de la cuarta categoría del (mal llamado) Impuesto a las Ganancias, es el soborno para ciertos sectores del sindicalismo y de la centro-izquierda. La modificación de este impuesto es necesaria porque está desactualizado, pero no es lo más urgente, ya que sólo castiga al escalón más alto de los sueldos.
Si el kirchnerismo utilizó el gasto público como herramienta de distribución del ingreso, sin haber tocada la regresión impositiva, el gobierno actual lo usará para lo contrario. La nueva táctica es usar el gasto para transferir riqueza de los trabajadores al sector privado, y lo que no se recauda, financiarlo con deuda. Esta lógica económica ya se conoció en Argentina, se llamó menemismo.
http://www.nuestrasvoces.com.ar/mi-voz/privilegios-para-privilegiados/
Por Agustín Antoniades