


Aunque a alguien le pueda parecer una contradicción de términos, los realizadores del cine porno feminista reivindican un género que los distancia de la pornografía clásica y en el que la mujer no es un mero objeto sexual.
En años recientes, productores y artistas del porno han llegado a un acuerdo informal sobre cómo filmar pornografía que empodere -en vez de degradar- a las mujeres, mostrando una auténtica sexualidad femenina, en vez de las supuestas fantasías del hombre heterosexual estereotípico.
El porno feminista es político. Hombres, mujeres, transexuales, gays, lesbianas, heterosexuales, discapacitados, personas de raza negra, gordos, todos son filmados en sus propios términos y expresan su propia sexualidad, según personalidades de la industria.
"Es un lugar donde la gente con sexualidad alternativa puede explorar su propia sexualidad", dice Carey Gray, un hombre transgénero, pornógrafo y dueño de su propio negocio de artículos de cuero. "Hombres trans pueden mirarme actuar y sentirse validados acerca de sus propios cuerpos".
H. M. Anderson, una mujer de Carolina del Sur de 41 años y madre de dos hijos, describe su afinidad por el porno feminista como una cuestión de gustos. "Simplemente encuentro que el porno tradicional es muy aburrido", dice. "Es viejo. Le hace decir a uno, 'caramba, ¿realmente eso crees que las mujeres hacen en la cama?'".
La estrella del porno iraniana-tunecina Arabelle Rafael, de 25 años, se queja de que los productores de pornografía "lavan" su imagen étnica o la reducen a un fetiche que baila la danza del vientre.
En cambio, los pornógrafos feministas la "dejan ser": le permiten decidir mucho más lo que hace con su cuerpo enfrente de las cámaras. "Si no estoy cómoda con algo no tengo miedo de decir que no", afirma. "No tengo que preocuparme de que no me van a volver a contratar".
La audiencia del porno feminista también es diferente de la del porno tradicional. Incluye parejas heterosexuales y homosexuales, mujeres heterosexuales y homosexuales, personas transgénero y personas "diferentes" que rechazan las categorías comunes de género y sexualidad. Comparativamente, sólo unos pocos hombres heterosexuales lo siguen.
Los pornógrafos feministas son casi todos mujeres. Sólo tres de 19 cineastas reconocidos en la ceremonia de premiación de este año son hombres cisgénero (que se identifican con su género biológico), lo que apoya la sensación de que la comunidad del porno feminista se está alejando del patriarcado de estudio que maneja el porno tradicional.
Sea que se lo tome como un movimiento, un género, una estética o todas las anteriores, el porno feminista despegó la década pasada, de la mano del crecimiento de internet y la caída en los costos de filmación digital.
"Internet ha democratizado el porno de gran manera", dice Blake, quien en la mañana grabó una escena de azotaina con Ms Naughty, la australiana que fundó BrightDesire.com. "Ha empoderado a muchos artistas para que produzcan su propio contenido. Está empoderando a los artistas, lo que significa que está empoderando a las mujeres".











