

Te queremos agradecer, porque tu sensibilidad hace del mundo un mejor lugar.
Muchas veces es difícil ser una persona muy sensible. Puede que te identifiques como una mujer sensible, una mujer empática y una mujer a la cual el dolor ajeno le afecta profundamente. Siempre me pasa que cuando viajo de mi trabajo a mi casa veo cosas que me impactan. Puede que muchas veces sea un niño triste en la calle, un lamentable accidente o simplemente animales callejeros que buscan comida. Sea lo que sea, son cosas que me impactan y aunque muchas veces te siento un poco loca por sentirme de esta manera, creo que es una cualidad importante.
A ti, que te identificas como una mujer sensible, quiero darte las gracias. Gracias porque tu sensibilidad sigue manteniendo vivo al mundo, gracias por que sigues siendo de esas personas que se emocionan con cosas simples y que comunican este mensaje al mundo, gracias porque sigues permitiendo que nos conectemos con nuestra humanidad.

De vez en cuando esta cualidad puede parecer una maldición. No puedes olvidar lo que viste y eso determina el tono de tu día. Algo tan simple como ver a un señor pidiendo limosna en la calle puede determinar el tono de mi día. Sin embargo, mi “súper poder” no termina allí: también puedo sentir o darme cuenta muy fácil de lo que los demás están sintiendo.
Muéstrame una sala con 30 personas y te diré quienes están enojados, quienes no entienden lo que estoy diciendo, quienes creen que estoy equivocada, quienes están aburrido y quienes me están poniendo atención. Su lenguaje corporal y facial me dice mucho, y en ocasiones me agobia. ¿Qué puedo hacer para evitar dejarme llevar por todas estas emociones? Puedo elegir estar presente, aunque no sea fácil.
Estar presente de forma física

Cuando me siento sobrepasada por alguna emoción en particular (usualmente negativa) intento respirar y recordar el lugar donde estoy. Intento sentir como se sienten mis pies sobre el piso, recordar el lugar donde estoy o lo que estoy haciendo. Muchas veces no funciona inmediatamente y requiere práctica. Es difícil cerrar ese torrente de emociones que afloran, pero una vez que aprendes a hacerlo puede convertirse en una habilidad muy útil en diferentes situaciones. Cuenta tus respiraciones y llena tu torso de aire, luego exhala lentamente. Hazlo 3 veces ante de preguntarte cómo te sientes.
Estar presente de forma emocional

A veces sentimos cosas que no queremos sentir. A veces nos conectamos con alguien lleno de emociones negativas y no podemos cerrar ese canal. Algo que me ayuda mucho es recordar que toda emoción, sin importa lo fuerte que sea, es temporal. Todo pasará y todo cambiará. Aceptar lo que sentimos y lo sensibles que somos es una forma de evitar el círculo vicioso que se crea cuando intentamos siempre distraernos de lo que sentimos.
No siempre es fácil tener el don que tienes de conectarte con el mundo de esta forma, sin embargo, si aprendes a verlo como un regalo y no como una maldición es posible que te des cuenta que puedes aprender a usarlo totalmente a tu favor.
