Un Halloween en Celaya Guanajuato y el Fin del mundo
Por: Carlos Eduardo Chavira
Soy un estudiante del C.B.T.I.S, y hoy es Halloween; ya tengo preparado mi disfraz de ésta noche. Es un disfraz mortal y créanme que cuando les digo que es un disfraz con el que te podrías morir, realmente significa morir.
Tengo muchos amigos, uno de ellos es Pepe, el hermano de mi amigo Giuseppe. Primero conocí a Giuseppe en la escuela secundaria técnica número 3 y desde entonces los tres somos buenos amigos.

A Pepe le gusta todo lo relacionado con el terror y la ciencia ficción, claro que a mi también me gusta el mundo de la ficción; pero el nivel de gusto es muy diferente. Pepe ha convertido su afición en su estilo de vida. Con el sólo entrar a casa de los padres de Pepe puedes encontrar, en la puerta de entrada esculturas de ficción y dos garrafones para agua llenos de sangre. Pepe es una persona muy ocupada porque se la pasa desarrollando un arte de terror, realmente no sé como llamarle a lo que él hace pero todo es muy extraño y terrorífico. Colecciona insectos que ya muertos los pone dentro de cuadros , pinturas y esculturas. Según él, quiere usar el alma de los insectos para darle vida a aquellas figuras.

Olvídense del fantasma de la casa del Diezmo o de aquella casa que está en la calle de Francisco Juárez que supuestamente dicen, está embrujada; Les voy a decir dónde se encuentra “El Fin del Mundo”, el fin del mundo se encuentra en Celaya Guanajuato en el número 502 de la calle Parque Tulipan. Pepe me ha dicho que por las noches el Diablo se le aparece sentado en la esquina de la cama diciéndole que ahí es donde se encuentra “El Fin del Mundo” y que la magia de Celaya viene de ese lugar cósmico. Según Pepe, es el mismo demonio el que le ha dicho que debemos participar en el concurso de disfraces que se llevará acabo en el New York Street. No sé si el Demonio ha hablado con Pepe o no, pero estos últimos días ha estado invitando a una infinidad de mujeres a su casa para tomarles fotografías. Las fotografías tratan sobre muerte y asesinatos. Antes de tomarles fotos usa la sangre previamente preparada dentro de los garrafones que se encuentran junto a la puerta y se las vacia encima. En “el fin del mundo” puedes encontrar estas fotos que tratan de mujeres muertas y sangrando sobre las escaleras; mujeres decapitadas en la sala, mujeres torturadas en la cajuela de autos, etc. Como les decia; una infinidad de fotos terroríficas a blanco y negro que puedes encontrar en “el fin del mundo”.

Ya son las dos de la tarde, Pepe nos va a disfrazar y me ha pedido llegar con la cabeza ya afeitada. Afeitarse la cabeza no siginfica gran cosa, de hecho es algo muy común en México con eso de las apuesta del futbol. En Celaya es todavía más común si recordamos a los pelones de La Peparatoria Oficial de Celaya, ¡Giuseppe fue uno de ellos!.

Al llegar ya se encontraba Raúl. Contando a Raúl como un amigo más, dejamos de ser tres y nos convertimos en un total de cuatro amigos. Pepe ya había empezado a disfrazar a Raúl, Raúl se convertiría en Edward Scissorhands conocido como el Joven manos de Tijeras. La ropa del Joven manos de tijeras era muy complicada. Tenía que ajustarse al cuerpo y se le tenía que poner aldabas y tachas con correas. Mi disfraz no era menos difícil pero sí el mas peligroso. Dicen que aquellos que no rechazan peticiones de ayuda son amigos reales. Bueno, creo que yo debo ser un buen amigo porque no rechacé el ser disfrazado. Mi disfraz era el de “Pinhead” un personaje del cuento de hellraiser. El disfraz estaba hecho del mismo material plástico del que Pepe usó para desarrollar el personaje de Edward Scissorhands. La diferencia que hacía a mi disfraz peligroso, era la cuestión metálica del disfraz. Edward Scissorhands llevaba tijeras y cuchillos en las manos, pero mi disfraz tenía que llevar veinte clavos galvanizados de cuatro pulgadas en la cabeza.

¿Cómo me puso los veinte clavos en la cabeza? Fue mediante una trepanación. Pepe utilizó benzocaína para dormirme el cuero cabelludo y me hizo tomar un trago de tequila gusano rojo, con cada clavo. Introdujo sólo la puntita del clavo de tres milimetros en mi cabeza y al terminar de introducirme el clavo ponía resina sintética líquida alrededor del clavo. La resina secaba inmediatamente permitiendo fijar el clavo, no recuerdo el que me haya dolido pero recuerdo que la resina tenía un aroma a cacahuate. Pepe repitió aquella operación con los 20 clavos y yo terminé con los veinte gusanos rojos que se hallaban en los tragos.

A las nueve de la noche mi papá llegó a recogernos y así es como llegamos al concurso de disfraces del New York Street. éramos cuatro amigos; Giuseppe estaba disfrazado de “Wolverine”, Raúl de “Edward el Joven manos de Tijeras”, yo de “Pinhead” o hellraiser y Pepe de “¡Bob esponja!”.

Pepe nos había disfrazado de monstruos y de una forma terrible, pero él se había disfrazado de Bob esponja. ¿por qué razón se había disfrazado Pepe de algo tan adorable y tierno? le pregunté y me contestó con mucha calma“Yo soy un lobo disfrazado de oveja”.

Nos pasamos toda la noche bailando y el único miedo que teníamos era el de que me resbalara y me introdujera dentro de la cabeza las cuatro pulgadas completas de metal galvanizado. Bueno, había un segundo problema, el de no poder ir al baño. Los trajes eran perfectos pero presentaban el problema de no tener cremalleras. Una vez puesto el traje que Pepe había diseñado, no podias hacer nada más que esperar a que terminara el evento. Ni orinar se podía y me aguanté cuatro horas para poder usar el baño. Recuedo el que yo ya no aguantaba y fue hasta la una de la mañana en que regresé a casa para quitarme el disfraz, cuando pude usar el baño.

Esa noche, en el concurso de disfraces caravan III Night Monster; Raúl se llevó el segundo lugar. Pepe y Raúl se llevaron a casa 2,500 pesos con el disfraz de el Joven manos de Tijeras “La gira monstruosa de Stereo Digital y el Sol del Bajío” premió a La novia Ultrajada con 9000 pesos, más un viaje al Hotel Melía Turquesa en Cancún y el tercer lugar cuidado con el árbol con 1,500 pesos.
No gané ningún premio esa noche. No sé si los organizadores del evento, me hubiesen dado el primer lugar si hubiesen sabido la verdad sobre el cómo estaba desarrollado mi disfraz, pero esa noche pude haber muerto a causa de los clavos de cuatro pulgadas galvanizados. No sé si fue broma o no, pero hubo un momento durante el baile de aquella noche en que Pepe se veía muy espantado y hasta blanco se puso. Pepe vomitó sobre el escote de cinco mujeres disfrazadas de calabazas y me dijo que me vió bailando con la muerte toda la noche. Creo que aquella noche la muerte sí se encontraba ahí y me permitió vivir, hasta ahora. Esa noche ha sido la noche en la que he estado más cerca de la muerte en toda mi vida. Sobre aquellas cinco calabazas: Pepe se ofreció a limpiarlas, pero las cinco chicas rechazaron el ofrecimiento de buena voluntad por parte de Pepe.

Le pregunté a Pepe del porqué de dónde venía su fascinación por el terror y me contestó que: “Cuando yo era niño no tuve muchos juguetes y no sé por qué, pero mi padre nunca nos compró balones de fútbol, pero eso sí, tenía mucha plastilina con la que creaba mis propios jugetes (naves, carros, robots, etc.) Por otra parte, mi padre no era muy dado a jugar con nosotros, sus hijos y por ello mi amiga siempre fue la televisión y todo lo que me mostraba, lo hacía nuevamente con la plastilina. Nuestra televisión sólo transmitia cuatro canales, pero visitabamos a mi abuelito y a las hermanas de mi madre cada fin de semana; ellos sí tenían cable y eso me fascinaba. Todas las noches veían palículas de terror o sobre extraterrestres, pero mi mamá me prohibía ver aquellas películas. Al ver a todos ellos felices por sentirse espantados por aquellas películas de terror me dije ¡Esto es lo que quiero hacer con mi vida! Agregando que la casa de mis tias era una casa muy obsura, una casa que te hacía imaginar cosas fantásticas. Después de aquellos fines de semana espectaculares, cada lunes me iba a la escuela y platicaba con los otros niños sobre lo que había visto en aquellas películas y me encantaba el espantarles con aquellos cuentos”

Celaya tiene mucha magia y muchas cosas interesantes que platicar, yo lo que puedo decirles es que ¡Nunca voy a olvidar mi baile con la muerte en el New York Street!

Si quieres ver la foto de aquella noche de Halloween puedes ir a “El Fin del Mundo”. Ahí podrás encontrar colgada nuestra foto de esa noche. Yo me encuentro a la derecha junto a Pepe, y Raúl a la izquierda con Giuseppe. Si observas la foto con atención puedes ver que sí hay algo extraño en la foto, pero no sé decir, si realmente se trata de la muerte, de la cual habló Pepe esa noche.