En ésta carrera eterna por dejar la Coca-Cola y empezar una vida sana, uno se pasa por pequeños momentos de la vida que facilmente lo sacan de quicio. Y hoy, cansado de tanta parafernalia alrededor de los jugos de naranjas, y de lo bien que hacen y qué se yo, vengo a decir que el jugo Baggio de naranja me estresa. Y explico por qué.
Resulta que en el intento de servirme jugo sin salpicar (sobre todo cuando apenas abro el envase) fallo SIEMPRE.
Y desarrollo: cuando empiezo a servir el jugo en el vaso, todos contentos, yo pienso por adentro qué bien estuve en dejar la Coca-Cola en la heladera y tomar algo que realmente le haga bien al organismo, pienso si ésto realmente le hará bien o si es chamuyo, pienso en la vida, y en la felicidad.
El problema viene cuando empiezo a promediar la servida y voy sacando de a poco el envase y empieza a bombear de una manera extraña. Tirando mucho jugo, nada, mucho, nada, mucho, nada, (onomatopeyicamente hablando sería “¡PLOP PLOP PLOP PLOP!”) y salpicando todo lo que haya alrededor.
Probé servir de todas las maneras posibles, creyendo con seguridad que el del problema era yo, pero recién hablandolo con un amigo veo que a él también le pasa lo mismo.
Entonces me pregunto: ¿Juan Alberto Baggio (o como quiera que se llame el dueño, o el que toma las decisiones) no toma de su propio jugo? ¿Nunca se sirvió él mismo y vió que el pico que le puso al envase era un asesinato a la razón? ¿Nunca se le ocurrió modificarlo de manera que no moje toda mi casa cada vez que quiero tomar jugo de naranja?.
Por si nunca lo hizo, amigo Baggio, sepa que su envase nos molesta. ¡Escuche al pueblo (?) y cambielo!.
Muchas gracias.