No hacen faltas advertencias.
------------------------- BBL (Bisexual Boys don't Love each other) -----------------------
link: http://www.youtube.com/watch?v=5fiBIVKQWLU
Hace mucho tiempo existió un mono Capuchino -que gustaba dellas bebidas efervecentes con sabor a toronja- quien dormía vestido con tutú a las altas horas della noche sobre una catedral de aquellos blasfemantes colonos.
Los ronquidos del Golira resonaban en el aire, espantando a las palomas, cuervos y vacas della zona, ocasionando un desfile de colores primarios... un carnaval de olores.
Los colonos estaban ligueramente irritados por el chimpancé hasta que llegado un punto todos ellos con sus antorchas, hoces, tridentes y cucharones fueron a las catedral.
La turba de coloniales encendidos llegaron al portón principal y usando una vaca de asedio derribaron puertas, ventanas y monumentos della deidad Helado.
Usando sus collares y sortijas buscapijas, hallaron al Simio durmiendo en una hamaca con sus dedos aun activos sobre el mando de un Gameboy. Sonidos legendarios y perpetuos reverberaban en el recinto por cada vez que los dedos del mono completaban una nivel.
Los colonos, como gente lista que es (entiéndase como gente que se pone a observar, comtemplar y/o analizar curiosos pero insicnificantes detalles superfluidos), atacaron al Orangután con todo lo que tenían. Pero los habilidosos dedos del Alto Mono fueron más rápidos que el destello y usando unos miseros pero legendarios palillos chinos, derrotó a mil hombres de un solo golpe durante tres milisegundos y procedío a jugar con los otros cuarenta y cuatro mil cuatrociento cuarenta y cuatro idiotas que quedaban.
Los colonos huyeron de aquella isla flotante usando sus vacas de escape hasta llegar a una zona desértica. Ahí, ellos seguirán con su plan de controlar el mundo pero ya nunca más volverían hacia el cielo.
Pués, antes de huir, el Homo Sapiens se tiró un pedo ancestral y brutalmente ácido (aunque tenía un liguero toque a vainilla).
Y aquel pedo filoso cortó en mil pedacitos la escalera que aquellos inmundiciosos habían construido y cosió las cuerdas de aquellos cantates de perdición y éstos ante el desentonó y extrañas vibraciones fueron incapaces de entenderse los unos dellos otros y en su delito, cada uno de ellos se volvieron enemigos.
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