

¿Vas a la playa este verano? Seguro que estás acostumbrado a que esté más o menos llena de gente, a que la arena sea de color tostado y muy caliente y a que no haya animales.
No todas las playas del mundo son así. Las hay con agua roja y verde. Algunas ladran. Otras se esconden. Al menos una tiene arena de varios colores. Y hay una que es de mentira.
Desde las coloridas arenas de Hawái o los grabados de tribus primitivas en Alaska, hasta los paseos de pingüinos por las playas sudafricanas, las vacas de la India o los delfines de Australia, el mundo tiene playas muy curiosas que jamás habrías imaginado.
No todas las playas del mundo son así. Las hay con agua roja y verde. Algunas ladran. Otras se esconden. Al menos una tiene arena de varios colores. Y hay una que es de mentira.
Desde las coloridas arenas de Hawái o los grabados de tribus primitivas en Alaska, hasta los paseos de pingüinos por las playas sudafricanas, las vacas de la India o los delfines de Australia, el mundo tiene playas muy curiosas que jamás habrías imaginado.

Monkey Mia (Australia Occidental)

¿Has dado de comer a un delfín salvaje? En esta playa australiana puedes, porque llevan acercándose desde hace 50 años a muy poca profundidad. Según la leyenda local, la costumbre comenzó cuando la mujer de un pescador de la zona los empezó a alimentar. Las autoridades del cercano parque marino de Sharks Bay, declarado patrimonio de la Humanidad, supervisan la experiencia por el bien de ambas partes y dan instrucciones sobre cómo tocarlos. Aunque está muy masificado, al final del día se puede disfrutar de la experiencia de forma más relajada. En las aguas cercanas viven también tortugas marinas, ballenas, tiburones, rayas y dugones, además de albergar la pradera marina más grande y variada del mundo. Si hay suerte, se pueden encontrar cosas aún más raras en su orilla...

Playa de las Catedrales (Galicia, España)

En Ribadeo (Galicia) se encuentra una playa cuya estructura monumental le ha valido un nombre más espectacular que el que tiene oficialmente, Playa de Aguas Santas. La erosión del viento y el agua han modelado en pizarra y esquisto un paisaje lleno de recovecos, arcos de 30 metros de altura que recuerdan a arbotantes góticos y cuevas de decenas de metros que empequeñecen las figuras humanas igual que las catedrales. Cuando la marea sube se pueden rodear los acantilados superiores, pero la línea de arena se reduce drásticamente. Con marea baja pueden verse los acantilados y grutas e incluso se puede acceder a las playas vecinas a pie, aunque extremando la precaución, ya que el mar vuelve a subir deprisa. Este año ha sido elegida 15 mejor playa del mundo por Tripadvisor.

Panjin Hong Haitan (Liaoning, China)

Esta playa no está cubierta por arena sino por plantas. Es la marisma más grande del mundo, y su arena está cubierta de juncos y cañas bañados por el mar con los cambios de las mareas. El rojizo aparece entre abril y noviembre con la floración y madurez de la Suaeda salsa que cubre el suelo, un tipo de planta que tolera los suelos ácidos. Toda la zona está protegida porque alberga más de 600 especies autóctonas, lo que la convierte en uno de los ecosistemas más ricos del mundo. Las estrellas de la foto también son de verdad: forman parte de una campaña del Gobierno chino de 2008 que recreó la bandera del país utilizando el rojo de esta extraña playa.

Boulders Beach (Cabo Occidental, Sudáfrica)

Sí, son pingüinos. Esta colonia comenzó su residencia en el extremo más al sur de Sudáfrica en 1983 y es uno de los pocos sitios donde se pueden ver de cerca estos animales. Hay cerca de 3.000 pingüinos con los que se puede uno bañar y junto a los que tomar el sol, pero no conviene molestarlos porque muerden (en la web oficial advierten vigilar si mueven rápido la cabeza de un lado a otro). Las enormes rocas que dan nombre a la playa (boulder significa roca) son un excelente lugar para que los humanos evadan el sol y los pingüinos aniden en febrero. No son los únicos animales que habitan en el Parque Natural de los alrededores: hay otras aves y pequeños mamíferos y se han avistado ballenas, focas, tiburones y delfines en sus aguas.

Punaluu Beach (Hawái, EEUU)

Esta playa también recibe el nombre de Black Sand Beach o Playa de Arena Negra, y es que su sombrío suelo oscurece hasta el agua de un paraíso tropical como Hawái. Se encuentra en el Parque Nacional de los Volcanes y su extraña tonalidad procede del basalto y lava volcánica que discurre hasta el mar, se enfría y estalla al entrar en contacto con el agua. Es lugar de reposo para especies endémicas (tortugas, focas, abejas, aves, murciélagos y libélulas) y de avistamiento de delfines y ballenas. La leyenda cuenta que las tribus de la isla se sumergían en tiempos de sequía para adquirir del fondo de esta playa el agua dulce y fría que discurre bajo la salada (Puna lu'u significa en hawaiano "agua fresca para sumergirse"). En los alrededores pueden visitarse antiguos monumentos, sendas y templos pero está prohibido llevarse arena de la playa y no es recomendable meterse en el agua, ya que el fondo está cubierto de afiladas rocas. No es la única playa de color peculiar en Hawaii: en la isla hay también arena verde, roja y blanca.

Hyams Beach (Nueva Gales del Sur, Australia)

Hay una playa con un récord Guinness: Hyams Beach, en Australia, cuenta con la arena más blanca del mundo, además de estar rodeada de tres parques nacionales y de todo tipo de animales autóctonos. La zona cuenta con parajes naturales salvajes de gran belleza y es destino predilecto de surfistas, aficionados al snorkel, submarinistas, montañeros, navegantes y ciclistas, además de los turistas habituales.


Cow Beach (Goa, India)

India es el país de las vacas sagradas, hasta tal punto que les permiten estar en la playa. Goa, el primer destino turístico de mar del país asiático, cuenta con decenas de estos animales paseando o echándose la siesta en la arena que comparten con los visitantes de vacaciones. Puede vérselas también caminando por la calle en los municipios cercanos y está prohibido molestarlas. La mayor parte del tiempo son pacíficas, pero ha habido algunos incidentes que han empujado al Gobierno local a tomar medidas.

Whitehaven Beach (Queensland, Australia)

Esta playa de 7 kilómetros de largo se encuentra en la isla Whitsunday, a dos kilómetros del continente australiano. También tiene arenas muy blancas, pero es rara por otras razones. Para empezar, sus granos de arena son los más pequeños del mundo, hasta el punto de que al tacto parece harina, y como están formados en un 98% de sílice, no retienen el calor, de forma que se puede caminar sobre la arena sin ojotas tranquilamente a cualquier hora del día. Una leyenda local sostiene que, en los años 70, hombres de la NASA se llevaron un poco de arena y la usaron para construir las lentes del telescopio Hubble... Lo que sí es seguro es que ha sido nombrada la playa más ecológica del mundo; no se permiten perros ni fumar. Sus cambiantes mareas cambian constantemente el paisaje y las zonas por las que se puede pasear.

Crosby Beach (Liverpool, Inglaterra)

Esta playa siempre está poblada. Pero no por gente, sino por 100 estatuas de hierro de tamaño humano. Another Place es el título de esta obra de arte, permanente desde 2007 por el atractivo turístico que supone. El artista, Antony Gormley, sacó los moldes de su propio cuerpo y los instaló en la arena (y el agua, cuando sube la marea) mirando al mar. Cada figura mide casi 1,90 metros y pesan 650 kilos. La obra de arte ha causado controversia en la comunidad por los riesgos que conlleva para los que practican deporte acuático en primera línea de mar y algunos conservacionistas preocupados por los lugares de alimento para pájaros. Hay que tener cuidado, porque las mareas cambian rapidísimo. No es la única playa con arte en sus aguas: Botafogo, en Río de Janeiro, también tiene una escultura de un rostro gigantesco.

Hoshizuna no Hama (Okinawa, Japón)

Esta playa, cuyo nombre puede traducirse como Star Sand Beach, tiene, efectivamente, granos de arena en forma de estrellas. En realidad, más que arena son los exoesqueletos de organismos unicelulares, pequeños protozoos que vivieron en el fondo del mar en el pasado. La leyenda local dice que los microorganismos eran hijos de la Estrella Polar y la Cruz del Sur y que fueron asesinados por el Dios del océano por medio de una serpiente marina. La playa se encuentra en la isla de Iriomote, en la prefectura de Okinawa, donde también hay un parque natural y un mamífero autóctono: el gato salvaje de Iriomote, un poco más pequeño que un gato doméstico y casi imposible de ver en libertad. El agua es demasiado poco profunda para nadar, pero las vistas merecen la pena. No es la única playa del país con una arena tan peculiar: en la isla de Taketomi de la misma prefectura están las playas de Kaijihama y Aiyaruhama, donde también pueden verse los granos estrellados.

Petroglyph Beach (Alaska, EEUU)

Wrangell cuenta con uno de los sitios con mayor concentración de petroglifos del mundo. Hay más de 40 grabados en roca pertenecientes a tribus indoamericanas (se cree que, específicamente, los Tlingit), todos en rocas situadas cerca de lugares importantes, como desembocaduras de arroyos y ríos o antiguas poblaciones. Los grabados representan animales marinos y rostros humanos o figuras geométricas difíciles de interpretar y datar (se estima que, por lo menos, tienen 1000 años de antigüedad) y son invisibles durante la marea alta, pero más fáciles de ver cuando están mojados. En Chile y Canadá también se han encontrado rocas grabadas en algunas playas.

Bazar de Cox (Chittagong, Bangladesh)

La playa más larga del mundo se encuentra en Bangladesh, en el golfo de Bengala, al sudeste de país. Los 125 kilómetros de playa ininterrumpida están bordeados por una cadena de colinas de tribus tradicionales, templos hinduistas y pagodas, y por un mar poblado de islas coralinas llenas de cascadas. Pero a pesar de sus atractivos, no es el destino turístico que uno esperaría: el país no recibe muchos visitantes extranjeros y la moral musulmana de su sociedad no facilita el turismo de sol y playa ni el contacto con extranjeros. Se ven veraneantes pero poca gente tomando el sol, y los bañistas van muy vestidos. Por la arena pasean vendedores de todo tipo de enseres (desde pareos hasta conchas) que comparten la primera línea de mar con pescadores locales. La mala planificación urbana está creando problemas medioambientales y de seguridad en la zona, aunque el Gobierno ya está tomando medidas.

