La dura historia de Malala, la ganadora del Nobel de la Paz
El jurado en Oslo, Noruega, le otorgó el galardón a la joven paquistaní Malala Yousafzai y al activista indio Kailash Satyarthi "por su lucha a favor del derecho a la educación de los niños".
Desde los 13 años, Malala Yousafzai trabaja como activista a favor del derecho a la educación de las mujeres, especialmente de las del valle del río Swat, donde el régimen talibán les prohibió que vayan a la escuela. Kailash Satyarthi, encabezó el movimiento para luchar con el trabajo infantil.
La joven paquistaní comenzó a tener notoriedad al escribir en un blog de la BBC, bajo el pseudónimo Gul Makai, en el cual contaba cómo era vivir bajo el régimen del Tehrik e Taliban Pakistan (TTP) y sus intentos de recuperar el control del valle, donde la ocupación militar los obligó mudarse a las zonas rurales.
En 2009, participó junto a su padre, Ziauddin Yousafzai, en un documental llamado "Pérdida de clases, la muerte de la educación de la mujer", que exhibía las dificultades que enfrentaban las mujeres para educarse en esas zonas.
En octubre de 2012, con sólo 14 años, fue víctima de un atentado en mano de un grupo talibán. Sorprendieron a la adolescente cuando estaba volvía de la escuela, en contra de la prohibición del régimen extremista que prohíbe que las mujeres estudien.
Mientras ella viajaba en un autobús que la llevaba a su casa, en la ciudad de Mingora, recibió un disparo en la cabeza. El motivo era claro a los ojos de todos: una joven mujer se había atrevido a reclamar y exigir el derecho a la educación de las niñas.
La joven paquistaní Malala Yousafzai dedicó hoy el Premio Nobel de la Paz "a todos los niños cuyas voces necesitan ser escuchadas" y lanzó un mensaje de amor para Pakistán y para India, país del que procede el activista Kailash Satyarthi, con quien comparte el galardón.
"Esto no es el final, es el principio. Quiero ver a todos los niños yendo al colegio y recibiendo educación", afirmó Malala, que hace dos años sufrió un ataque de talibanes cuando asistía a la escuela en su país natal.
"Este premio es para todos los niños cuyas voces necesitan ser escuchadas. Tienen derechos: a recibir educación de calidad, a tener una vida feliz. Este premio es para ellos, para que les dé valor", agregó desde la localidad británica de Birmingham, donde vive en la actualidad.
Seleccionamos las mejores frases de la ganadora del premio Nobel de la Paz.
El jurado en Oslo, Noruega, le otorgó el galardón a la joven paquistaní Malala Yousafzai y al activista indio Kailash Satyarthi "por su lucha a favor del derecho a la educación de los niños".

Desde los 13 años, Malala Yousafzai trabaja como activista a favor del derecho a la educación de las mujeres, especialmente de las del valle del río Swat, donde el régimen talibán les prohibió que vayan a la escuela. Kailash Satyarthi, encabezó el movimiento para luchar con el trabajo infantil.
La joven paquistaní comenzó a tener notoriedad al escribir en un blog de la BBC, bajo el pseudónimo Gul Makai, en el cual contaba cómo era vivir bajo el régimen del Tehrik e Taliban Pakistan (TTP) y sus intentos de recuperar el control del valle, donde la ocupación militar los obligó mudarse a las zonas rurales.
En 2009, participó junto a su padre, Ziauddin Yousafzai, en un documental llamado "Pérdida de clases, la muerte de la educación de la mujer", que exhibía las dificultades que enfrentaban las mujeres para educarse en esas zonas.
En octubre de 2012, con sólo 14 años, fue víctima de un atentado en mano de un grupo talibán. Sorprendieron a la adolescente cuando estaba volvía de la escuela, en contra de la prohibición del régimen extremista que prohíbe que las mujeres estudien.
Mientras ella viajaba en un autobús que la llevaba a su casa, en la ciudad de Mingora, recibió un disparo en la cabeza. El motivo era claro a los ojos de todos: una joven mujer se había atrevido a reclamar y exigir el derecho a la educación de las niñas.
La joven paquistaní Malala Yousafzai dedicó hoy el Premio Nobel de la Paz "a todos los niños cuyas voces necesitan ser escuchadas" y lanzó un mensaje de amor para Pakistán y para India, país del que procede el activista Kailash Satyarthi, con quien comparte el galardón.
"Esto no es el final, es el principio. Quiero ver a todos los niños yendo al colegio y recibiendo educación", afirmó Malala, que hace dos años sufrió un ataque de talibanes cuando asistía a la escuela en su país natal.
"Este premio es para todos los niños cuyas voces necesitan ser escuchadas. Tienen derechos: a recibir educación de calidad, a tener una vida feliz. Este premio es para ellos, para que les dé valor", agregó desde la localidad británica de Birmingham, donde vive en la actualidad.
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