27 Razones para dejar todo y explorar Turquía.
1. En primer lugar, no sólo Turquía es abrumadoramente hermosa, sino que sus ciudades y paisajes son increíblemente diversos.
2. En qué otro lugar puedes comenzar tu fin de semana en una pista de esquí…
Desde Palandöken en Erzurum hasta Erciyes en Kayseri, las montañas de Turquía se convierten en un terreno privilegiado para los deportes de invierno alrededor de noviembre de cada año.
… y terminarlo con un baño en el Mediterráneo?
Toda la costa de Turquía se compone básicamente de hermosas ciudades costeras, así que no hay manera de que algo salga mal.
3. Aunque el Mar Negro es grandioso también.
Amasra es la ciudad portuaria más adorable del Mar Negro y sumamente desierta en comparación con las otras ciudades homólogas del Mediterráneo, así que puedes tener esa playa para ti solo.
4. Hay montañas para escalar
El pico de Nemrut es en parte mausoleo para un rey y parte templo para los dioses. Además es la posición estratégica para obtener, sin dudas, la vista panorámica más impresionante del sudeste de Anatolia.
Montañas realmente grandes.
El pico más alto de Turquía, el Monte Ararat, forma un borde natural entre Turquía y Armenia. Además, dicen que es el lugar en el que desembarcó el Arca de Noé luego de la gran inundación y de vez en cuando, un explorador audaz dice haber encontrado restos del armazón de madera del arca.
5. E islas para explorar.
Akdamar, esta pequeña isla pintoresca, fue una vez el hogar de todo un palacio armenio. Sin embargo, todo lo que queda en la actualidad son las ruinas de la catedral real y una gran cantidad de árboles que florecen espléndidamente, yuxtapuestos contra los picos nevados y el lago más azul que alguna vez hayas visto.
6. Junto con los lagos que te quitarán el aliento.
El perímetro del lago de Van (el más grande de Turquía) está salpicado de restos arqueológicos maravillosos, que incluyen el castillo de la ciudad, una fortaleza en la cima de la montaña, cementerios de la época selyúcida, y las ruinas de iglesias armenias. Además tiene el agua más azul que podrás ver alguna vez.
7. Turquía tiene monasterios con vista a los valles.
Ocho kilómetros fuera de Mardin, el Monasterio Deyrulzafaran teñido de azafrán comenzó como un templo del sol. Desde entonces, ha sido una ciudadela romana y luego, la sede de la iglesia Siriana Ortodoxa.
Tendrás que negociar un precio menor con el taxista en Mardin para que te lleve a dar un paseo, pero la vista imponente de los Llanos de la Mesopotamia que rodean el monasterio valen la pena la esfuerzo.
Y los monasterios construidos en las montañas.
Se tarda una hora de caminata hasta el Monasterio de Sumela ,ubicado en lo alto de las montañas de la región del Mar Negro, pero vale la pena subir. Sumela, construida por monjes griegos ortodoxos en el siglo IV, tiene en sus paredes internas algunos de los murales bíblicos y mosaicos mejores conservados de Turquía.
Turquía realmente tiene ciudades enteras construidas en las montañas.
La ciudad de color miel de Mardin está construida en las colinas con vista a la llanura mesopotámica. Es un verdadero laberinto de pequeñas callejuelas llenas de minaretes antiguos y tiendas de especias. Además, es famosa por tener algunas de las orfebrerías más baratas, y más hermosas de Turquía, así que es una gran oportunidad para abastecerse de un poco de joyería.
8. Porque no existe una mejor forma de ver el amanecer que en un globo aerostático.
Las pequeñas ciudades de Capadocia existen, casi en su totalidad, en el interior de cuevas denominadas chimeneas de hadas, que están formadas por explosiones volcánicas de siglos pasados.
Es un poco como una combinación entre Los Picapiedras y algo de La guerra de las galaxias. Explora las iglesias-cuevas en el famoso museo al aire libre de Gerome, conduce por las montañas en un vehículo todo terreno, y mira el amanecer dando un paseo temprano en un globo aerostático sobre este increíble paisaje.
9. ¿Y dónde más podrías encontrar un hotel cinco estrellas en una cueva?
Uçhisar es otra pequeña ciudad de Capadocia famosa por sus tiendas de cerámicas y por el Uchisar Kalesi , un castillo en una colina que ofrece la mejor vista de toda la región llena de chimeneas de hadas.
10. Las ciudades turcas son adorablemente pintorescas.
Las pequeñas ciudades como Safranbolu tienen pequeñas calles pedradas, pintorescas casitas de la época otomana con techos de tejas rojas, y todos los adorables gatos callejeros que tu corazón pueda soportar. ¿Qué más se puede pedir?
11. Incluso ( ¿en especial? ) cuando están, en parte, bajo el agua.
La ciudad de Halfeti se sumergió bajo el agua durante la construcción de la presa de Birecik en la década del 90. Aunque la ciudad se trasladó a un terreno más alto, los paseos en barco por la presa te lleva directamente a los restos del pueblo y su mezquita.
En la actualidad, es un lugar popular para excursiones de un día desde Gaziantep para ver los restos de la ciudad bajo el agua y visitar la fortaleza de Rumkale que se encuentra allí cerca.
12. Las mezquitas son imponentes en su interior…
La mezquita más grande y hermosa de Estambul, Sultanahmet, es mejor conocida como la Mezquita Azul por los azulejos de mosaico que decoran sus fachadas interiores.
…y en su exterior.
13. Y prácticamente cada ciudad turca tiene su propio castillo.
Este pequeño castillo encantador flota a un kilómetro y medio de la costa de Mersin. Según cuenta la leyenda local, supuestamente una vez un adivino le dijo a un rey que su hija sería envenenada y moriría, entonces él construyó el Kızkalesi (el castillo de la doncella) en el mar para protegerla de cualquier daño. (Spoiler: la princesa murió de todos modos.)
Los más valientes llegan nadando, pero para los más débiles, se puede alquilar un bote a pedales ornamentado con delfines para poder llegar allí. Además, la playa está llena de restaurantes que se especializan en pescado súper fresco — el lugar perfecto para ver la puesta de sol —.
14. Es el lugar en el que una vez se reunieron los antiguos imperios del mundo.
Al haber sido construido con vista al Monte Ararat por generaciones de reyes otomanos, el Palacio de Ishak Pachá mezcla influencias arquitectónicas de armenia, el país vecino, y del antiguo imperio persa, lo que hace que sea una de las imágenes más perdurables de la increíble historia del este de Turquía. El palacio ha sobrevivido mucho, lo que incluyó la pérdida de la totalidad de su segundo piso por el fuego de artillería durante una batalla con los rusos.
Llegar allí representa toda una aventura; es un viaje de cuatro horas desde la capital provincial de Kars, y allí la ruta va en círculos alrededor del Monte Ararat y va en contra de la frontera entre Turquía y Armenia.
Y el lugar en el que cada región ha dejado una marca.
La ciudad con tonalidad tecnicolor de Antioquía, en el sureste de Turquía, es conocida como una ciudad de convivencia, debido a la gente de innumerables religiones que la llama hogar. Tiene algunas de las iglesias más antiguas de Turquía y una sinagoga.
Además, si deseas sumergir los pies en el Mediterráneo, se encuentra a corta distancia de las ciudades costeras de Samandağ y Arsuz. La cocina está muy influenciada por Siria, el país vecino, así que emociónate por kebabs y hummus picantes, y no te pierdas la especialidad de la ciudad: el künefe, un postre hecho tanto de queso como de crema endulzada.
15. Así que todo el país es básicamente un enorme tesoro arqueológico.
Hierápolis, en la actualidad una masa gloriosa de ruinas, fue básicamente la Florida del mundo antiguo: Muchos de sus ciudadanos optaron por jubilarse allí para pasar sus últimos días remojándose en las cercanas aguas termales de Pamukkale.
Puedes seguir el ejemplo remojándote en las aguas termales luego de haber pasado el día escalando alrededor de las ruinas.
16. Desde Éfeso en la zona oeste…
Fue construida por los antiguos griegos, conquistada por los antiguos romanos y reconstruida por los bizantinos. De alguna manera, la antigua ciudad de Éfeso sobrevivió siglos de tumulto para ser uno de los lugares antiguos que está mejor conservado en toda Turquía hoy en día.
17. Hata Ani en la zona este.
En la antigüedad, Ani fue la capital del reino armenio, una vez fue conocida como la “Ciudad de las 1001 iglesias,” algunas de las cuales todavía siguen en pie. Al estar por un lado enmarcadas por las montañas y por el otro por el río Akhurian, las ruinas de esta otrora gran ciudad dan lugar a un paisaje inolvidablemente hermoso.
Trata de llegar allí bien temprano para ver el amanecer, que además es la mejor manera de evitar las multitudes de la tarde.
Literalmente, lugares arqueológicos hermosos en todos lados.
Ahlat es un cementerio abandonado lleno de lápidas de la época selyúcida.
Hoy en día está prácticamente habitado por tortugas poco amigables, sin embargo el cementerio ofrece vistas impresionantes de las montañas de los alrededores y del cercano lago de Van.
18. Las ciudades de Turquía fueron una vez el hogar de los profetas.
Sanliurfa es supuestamente el lugar de nacimiento del Profeta Abraham y miles de peregrinos visitan las mezquitas sagradas cada año, en particular la mezquita Halil-ur-Rahman y su estanque sagrado de peces, llamado Balikli Göl.
El extenso parque que se encuentra alrededor de esta mezquita es un lugar ideal para que el domingo se viva un día de campo relajado. Si te sobran bocadillos, puedes alimentar a la carpa sagrada para el buen karma.
19. Y poetas.
Iconio es el hogar de la tumba de Mevlana Jalaluddin Rumi, uno de los poetas y filósofos más famosos del mundo, y fundador de la orden Mevleví, hoy en día es conocida coloquialmente como los “Derviches giradores”.
Todavía puedes verlos actuar en las ceremonias Sema alrededor de la ciudad. Además, es el lugar perfecto para acurrucarse con una taza de cay (té negro turco) y ponerse al día con la poesía persa.
20. Estambul, su ciudad más encantadora, abarca dos continentes.
Ya que Europa o Asia por sí sola no podría contener tanta belleza.
De verdad, podrías escribir artículos enteros sobre la belleza que es Estambul.
21. Y la última ciudad dividida del mundo está sólo a un paseo en ferry de distancia.
Chipre y Turquía han tenido una larga y amarga historia por las últimas cinco décadas, y actualmente la isla está dividida entre el norte de Chipre, controlado por Turquía, y el sur de la República de Chipre, que es reconocida internacionalmente y se habla principalmente griego.
En los últimos años, sobre todo con la adhesión de Chipre a la UE en 2004, las relaciones han mejorado un poco, y ahora los turistas pueden cruzar fácilmente la frontera entre el norte y el sur a pie.
Visita la capital dividida, Nicosia, para las playas de aguas cristalinas y excelentes gyros en la parte griega y restos de una hermosa arquitectura otomana (incluyendo el impresionante caravanserai que se puede ver en la foto de arriba) en el norte.
22. Turquía sacará el aventurero que llevas dentro.
El nombre de la ciudad costera Ölüdeniz literalmente significa “Mar Muerto” en turco, porque el agua permanece quieta como un estanque, incluso durante las tormentas. Es el hogar de algunos de los paravelismos y buceos más increíbles del mundo.
Además, es el punto de partida para las excursiones por el impresionantemente hermoso sendero montañoso Lycian Way.
23. Pero además es un lugar ideal para relajarse y recargarse.
Pamukkale significa “castillos de algodón”, y puedes ver por qué.
Las formaciones de travertino blancas como la nieve alrededor de estas aguas termales son famosas por sus poderes curativos desde el siglo II a.C., y el clima cálido durante todo el año significa que tendrás una muy buena razón para sacar el traje de baño, incluso en pleno invierno.
24. Ni siquiera hemos hablado sobre la comida.
Con más de cincuenta tipos únicos de Kebab, Turquía es el paraíso para todos los carnívoros.
25. Turquía prepara el desayuno como nadie más lo hace.
El desayuno, denominado kahvalti , es la comida más importante, y la mejor, de Turquía.
Por lo general, cuenta con una extensión de pequeños platos, en los que se incluyen diferentes tipos de quesos, pan, sucuk (una salchicha picante), pepinos y tomates recién cortados, aceitunas, kaymak (una maravilla de crema espesa que se sirve con miel y se unta en pan), menemen (huevos revueltos con tomates y salchichas, mermelada de bayas y Nutella, todo acompañado con varias tazas pequeñas de çay, té negro turco. Van Kahvaltı Evi en Estambul es un lugar para desayunar personal favorito.
26. Además, baklava.
Todo comienza y termina con baklava.
27. Y todos necesitan un souvenir del Gran Bazar.
Sí, tendrás que esquivar a una multitud de otros turistas y negociar arduamente, pero todo vale la pena por las increíbles cerámicas, bufandas, y linternas que puedes comprar en este mercado cubierto, uno de los más grandes y antiguos del mundo.
Además, visita el mercado contiguo de especias egipcio para abastecerte de Delicias turcas y (obvio) especias; y Sahaflar Carşısı , un mercado de libros de segunda mano que data de la época bizantina, donde puedes encontrar libros raros y hermosas litografías de la ciudad.
Simplemente no existe un lugar como éste en la tierra.
Así que haz las maletas.
Muchas gracias por tu visita.
1. En primer lugar, no sólo Turquía es abrumadoramente hermosa, sino que sus ciudades y paisajes son increíblemente diversos.


2. En qué otro lugar puedes comenzar tu fin de semana en una pista de esquí…

Desde Palandöken en Erzurum hasta Erciyes en Kayseri, las montañas de Turquía se convierten en un terreno privilegiado para los deportes de invierno alrededor de noviembre de cada año.
… y terminarlo con un baño en el Mediterráneo?

Toda la costa de Turquía se compone básicamente de hermosas ciudades costeras, así que no hay manera de que algo salga mal.

3. Aunque el Mar Negro es grandioso también.

Amasra es la ciudad portuaria más adorable del Mar Negro y sumamente desierta en comparación con las otras ciudades homólogas del Mediterráneo, así que puedes tener esa playa para ti solo.

4. Hay montañas para escalar

El pico de Nemrut es en parte mausoleo para un rey y parte templo para los dioses. Además es la posición estratégica para obtener, sin dudas, la vista panorámica más impresionante del sudeste de Anatolia.
Montañas realmente grandes.

El pico más alto de Turquía, el Monte Ararat, forma un borde natural entre Turquía y Armenia. Además, dicen que es el lugar en el que desembarcó el Arca de Noé luego de la gran inundación y de vez en cuando, un explorador audaz dice haber encontrado restos del armazón de madera del arca.

5. E islas para explorar.

Akdamar, esta pequeña isla pintoresca, fue una vez el hogar de todo un palacio armenio. Sin embargo, todo lo que queda en la actualidad son las ruinas de la catedral real y una gran cantidad de árboles que florecen espléndidamente, yuxtapuestos contra los picos nevados y el lago más azul que alguna vez hayas visto.

6. Junto con los lagos que te quitarán el aliento.

El perímetro del lago de Van (el más grande de Turquía) está salpicado de restos arqueológicos maravillosos, que incluyen el castillo de la ciudad, una fortaleza en la cima de la montaña, cementerios de la época selyúcida, y las ruinas de iglesias armenias. Además tiene el agua más azul que podrás ver alguna vez.

7. Turquía tiene monasterios con vista a los valles.

Ocho kilómetros fuera de Mardin, el Monasterio Deyrulzafaran teñido de azafrán comenzó como un templo del sol. Desde entonces, ha sido una ciudadela romana y luego, la sede de la iglesia Siriana Ortodoxa.
Tendrás que negociar un precio menor con el taxista en Mardin para que te lleve a dar un paseo, pero la vista imponente de los Llanos de la Mesopotamia que rodean el monasterio valen la pena la esfuerzo.
Y los monasterios construidos en las montañas.

Se tarda una hora de caminata hasta el Monasterio de Sumela ,ubicado en lo alto de las montañas de la región del Mar Negro, pero vale la pena subir. Sumela, construida por monjes griegos ortodoxos en el siglo IV, tiene en sus paredes internas algunos de los murales bíblicos y mosaicos mejores conservados de Turquía.
Turquía realmente tiene ciudades enteras construidas en las montañas.

La ciudad de color miel de Mardin está construida en las colinas con vista a la llanura mesopotámica. Es un verdadero laberinto de pequeñas callejuelas llenas de minaretes antiguos y tiendas de especias. Además, es famosa por tener algunas de las orfebrerías más baratas, y más hermosas de Turquía, así que es una gran oportunidad para abastecerse de un poco de joyería.

8. Porque no existe una mejor forma de ver el amanecer que en un globo aerostático.

Las pequeñas ciudades de Capadocia existen, casi en su totalidad, en el interior de cuevas denominadas chimeneas de hadas, que están formadas por explosiones volcánicas de siglos pasados.
Es un poco como una combinación entre Los Picapiedras y algo de La guerra de las galaxias. Explora las iglesias-cuevas en el famoso museo al aire libre de Gerome, conduce por las montañas en un vehículo todo terreno, y mira el amanecer dando un paseo temprano en un globo aerostático sobre este increíble paisaje.

9. ¿Y dónde más podrías encontrar un hotel cinco estrellas en una cueva?

Uçhisar es otra pequeña ciudad de Capadocia famosa por sus tiendas de cerámicas y por el Uchisar Kalesi , un castillo en una colina que ofrece la mejor vista de toda la región llena de chimeneas de hadas.

10. Las ciudades turcas son adorablemente pintorescas.

Las pequeñas ciudades como Safranbolu tienen pequeñas calles pedradas, pintorescas casitas de la época otomana con techos de tejas rojas, y todos los adorables gatos callejeros que tu corazón pueda soportar. ¿Qué más se puede pedir?

11. Incluso ( ¿en especial? ) cuando están, en parte, bajo el agua.

La ciudad de Halfeti se sumergió bajo el agua durante la construcción de la presa de Birecik en la década del 90. Aunque la ciudad se trasladó a un terreno más alto, los paseos en barco por la presa te lleva directamente a los restos del pueblo y su mezquita.
En la actualidad, es un lugar popular para excursiones de un día desde Gaziantep para ver los restos de la ciudad bajo el agua y visitar la fortaleza de Rumkale que se encuentra allí cerca.

12. Las mezquitas son imponentes en su interior…

La mezquita más grande y hermosa de Estambul, Sultanahmet, es mejor conocida como la Mezquita Azul por los azulejos de mosaico que decoran sus fachadas interiores.
…y en su exterior.


13. Y prácticamente cada ciudad turca tiene su propio castillo.

Este pequeño castillo encantador flota a un kilómetro y medio de la costa de Mersin. Según cuenta la leyenda local, supuestamente una vez un adivino le dijo a un rey que su hija sería envenenada y moriría, entonces él construyó el Kızkalesi (el castillo de la doncella) en el mar para protegerla de cualquier daño. (Spoiler: la princesa murió de todos modos.)
Los más valientes llegan nadando, pero para los más débiles, se puede alquilar un bote a pedales ornamentado con delfines para poder llegar allí. Además, la playa está llena de restaurantes que se especializan en pescado súper fresco — el lugar perfecto para ver la puesta de sol —.

14. Es el lugar en el que una vez se reunieron los antiguos imperios del mundo.

Al haber sido construido con vista al Monte Ararat por generaciones de reyes otomanos, el Palacio de Ishak Pachá mezcla influencias arquitectónicas de armenia, el país vecino, y del antiguo imperio persa, lo que hace que sea una de las imágenes más perdurables de la increíble historia del este de Turquía. El palacio ha sobrevivido mucho, lo que incluyó la pérdida de la totalidad de su segundo piso por el fuego de artillería durante una batalla con los rusos.
Llegar allí representa toda una aventura; es un viaje de cuatro horas desde la capital provincial de Kars, y allí la ruta va en círculos alrededor del Monte Ararat y va en contra de la frontera entre Turquía y Armenia.
Y el lugar en el que cada región ha dejado una marca.

La ciudad con tonalidad tecnicolor de Antioquía, en el sureste de Turquía, es conocida como una ciudad de convivencia, debido a la gente de innumerables religiones que la llama hogar. Tiene algunas de las iglesias más antiguas de Turquía y una sinagoga.
Además, si deseas sumergir los pies en el Mediterráneo, se encuentra a corta distancia de las ciudades costeras de Samandağ y Arsuz. La cocina está muy influenciada por Siria, el país vecino, así que emociónate por kebabs y hummus picantes, y no te pierdas la especialidad de la ciudad: el künefe, un postre hecho tanto de queso como de crema endulzada.

15. Así que todo el país es básicamente un enorme tesoro arqueológico.

Hierápolis, en la actualidad una masa gloriosa de ruinas, fue básicamente la Florida del mundo antiguo: Muchos de sus ciudadanos optaron por jubilarse allí para pasar sus últimos días remojándose en las cercanas aguas termales de Pamukkale.
Puedes seguir el ejemplo remojándote en las aguas termales luego de haber pasado el día escalando alrededor de las ruinas.

16. Desde Éfeso en la zona oeste…

Fue construida por los antiguos griegos, conquistada por los antiguos romanos y reconstruida por los bizantinos. De alguna manera, la antigua ciudad de Éfeso sobrevivió siglos de tumulto para ser uno de los lugares antiguos que está mejor conservado en toda Turquía hoy en día.

17. Hata Ani en la zona este.

En la antigüedad, Ani fue la capital del reino armenio, una vez fue conocida como la “Ciudad de las 1001 iglesias,” algunas de las cuales todavía siguen en pie. Al estar por un lado enmarcadas por las montañas y por el otro por el río Akhurian, las ruinas de esta otrora gran ciudad dan lugar a un paisaje inolvidablemente hermoso.
Trata de llegar allí bien temprano para ver el amanecer, que además es la mejor manera de evitar las multitudes de la tarde.

Literalmente, lugares arqueológicos hermosos en todos lados.

Ahlat es un cementerio abandonado lleno de lápidas de la época selyúcida.
Hoy en día está prácticamente habitado por tortugas poco amigables, sin embargo el cementerio ofrece vistas impresionantes de las montañas de los alrededores y del cercano lago de Van.

18. Las ciudades de Turquía fueron una vez el hogar de los profetas.

Sanliurfa es supuestamente el lugar de nacimiento del Profeta Abraham y miles de peregrinos visitan las mezquitas sagradas cada año, en particular la mezquita Halil-ur-Rahman y su estanque sagrado de peces, llamado Balikli Göl.
El extenso parque que se encuentra alrededor de esta mezquita es un lugar ideal para que el domingo se viva un día de campo relajado. Si te sobran bocadillos, puedes alimentar a la carpa sagrada para el buen karma.

19. Y poetas.

Iconio es el hogar de la tumba de Mevlana Jalaluddin Rumi, uno de los poetas y filósofos más famosos del mundo, y fundador de la orden Mevleví, hoy en día es conocida coloquialmente como los “Derviches giradores”.
Todavía puedes verlos actuar en las ceremonias Sema alrededor de la ciudad. Además, es el lugar perfecto para acurrucarse con una taza de cay (té negro turco) y ponerse al día con la poesía persa.

20. Estambul, su ciudad más encantadora, abarca dos continentes.

Ya que Europa o Asia por sí sola no podría contener tanta belleza.
De verdad, podrías escribir artículos enteros sobre la belleza que es Estambul.


21. Y la última ciudad dividida del mundo está sólo a un paseo en ferry de distancia.

Chipre y Turquía han tenido una larga y amarga historia por las últimas cinco décadas, y actualmente la isla está dividida entre el norte de Chipre, controlado por Turquía, y el sur de la República de Chipre, que es reconocida internacionalmente y se habla principalmente griego.
En los últimos años, sobre todo con la adhesión de Chipre a la UE en 2004, las relaciones han mejorado un poco, y ahora los turistas pueden cruzar fácilmente la frontera entre el norte y el sur a pie.
Visita la capital dividida, Nicosia, para las playas de aguas cristalinas y excelentes gyros en la parte griega y restos de una hermosa arquitectura otomana (incluyendo el impresionante caravanserai que se puede ver en la foto de arriba) en el norte.

22. Turquía sacará el aventurero que llevas dentro.

El nombre de la ciudad costera Ölüdeniz literalmente significa “Mar Muerto” en turco, porque el agua permanece quieta como un estanque, incluso durante las tormentas. Es el hogar de algunos de los paravelismos y buceos más increíbles del mundo.
Además, es el punto de partida para las excursiones por el impresionantemente hermoso sendero montañoso Lycian Way.

23. Pero además es un lugar ideal para relajarse y recargarse.

Pamukkale significa “castillos de algodón”, y puedes ver por qué.
Las formaciones de travertino blancas como la nieve alrededor de estas aguas termales son famosas por sus poderes curativos desde el siglo II a.C., y el clima cálido durante todo el año significa que tendrás una muy buena razón para sacar el traje de baño, incluso en pleno invierno.

24. Ni siquiera hemos hablado sobre la comida.

Con más de cincuenta tipos únicos de Kebab, Turquía es el paraíso para todos los carnívoros.

25. Turquía prepara el desayuno como nadie más lo hace.

El desayuno, denominado kahvalti , es la comida más importante, y la mejor, de Turquía.
Por lo general, cuenta con una extensión de pequeños platos, en los que se incluyen diferentes tipos de quesos, pan, sucuk (una salchicha picante), pepinos y tomates recién cortados, aceitunas, kaymak (una maravilla de crema espesa que se sirve con miel y se unta en pan), menemen (huevos revueltos con tomates y salchichas, mermelada de bayas y Nutella, todo acompañado con varias tazas pequeñas de çay, té negro turco. Van Kahvaltı Evi en Estambul es un lugar para desayunar personal favorito.

26. Además, baklava.

Todo comienza y termina con baklava.

27. Y todos necesitan un souvenir del Gran Bazar.

Sí, tendrás que esquivar a una multitud de otros turistas y negociar arduamente, pero todo vale la pena por las increíbles cerámicas, bufandas, y linternas que puedes comprar en este mercado cubierto, uno de los más grandes y antiguos del mundo.
Además, visita el mercado contiguo de especias egipcio para abastecerte de Delicias turcas y (obvio) especias; y Sahaflar Carşısı , un mercado de libros de segunda mano que data de la época bizantina, donde puedes encontrar libros raros y hermosas litografías de la ciudad.
Simplemente no existe un lugar como éste en la tierra.

Así que haz las maletas.


Muchas gracias por tu visita.
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