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Especificaciones

ARA General Belgrano (ex 17 de Octubre hasta 1957; ex Phoenix CL 46 hasta 1951)
Crucero liviano, gemelo del ARA 9 de Julio
Astillero: New York S.B. Corp Camdem.
Puesta de quilla: 15 de abril de 1935
Botado: 12 de marzo de 1938
Completado: 18 de marzo de 1939.
Desplazamiento: 10.800 t estándar, 12.650 a carga normal, 13.645 a carga completa.
Eslora: 185,4 m
Manga: 21 m
Calado máximo: 7,3 m
Armamento: (1979)
15 cañones de 152 mm, en cinco torres de tres cañones c/u
8 cañones antiaéreos de 127 mm, dispuestos individualmente
Dos montajes dobles antiaéreos de 40 mm
28 cañones AA Bofors 40/60
24 cañones de 20 mm
Hangar: para 4 aviones
Dos montajes cuádruples de misiles Sea Cat (desde 1967)

Máquinas:
4 turbinas eléctricas Westinghouse; 4 hélices
Potencia: 100.000 CVI
8 calderas Babcock & Wilcox Expres
Velocidad: 32,5 nudos (cuando era nuevo)
Capacidad, tipo de combustible: 2.200 t, fuel-oil
Radio de acción: 7.600 millas a 15 nudos
Dotación: entre 975 y 1.100 tripulantes




Historia general

Construido con el nombre de USS Phoenix (CL-46), sexto de los cruceros ligeros de clase Brooklyn, en Nueva Jersey por la New York Shipbuilding Corporation en 1935, y lanzado en marzo de 1938.

Sobrevivió al ataque japonés a Pearl Harbor en 1941, y fue decomisionado de la Armada de los Estados Unidos (USN) en julio de 1946.

El USS Phoenix fue vendido, con otros de su clase (USS Boise), a Argentina en octubre de 1951, por US$ 7,8 millones. Fue rebautizado como 17 de Octubre: importante fecha para el partido político del entonces presidente Juan Perón. Perón fue derrocado en 1955, y en 1956 el barco fue rebautizado como General Belgrano (C-4) por el general y abogado Manuel Belgrano, quien había luchado por la independencia de Argentina en 1816.

Crónica del ex Cdte. capitán de navío Galazi, en 2005

Pedro Luis Galazi, segundo en jerarquía en el buque, consideró legítima la acción del submarino HMS Conqueror. El segundo comandante del Crucero General Belgrano, hundido por los ingleses durante la guerra de Malvinas, justificó virtualmente esa acción al señalar que "estábamos en guerra" y "no cuaja decir que (los ingleses) no debían atacar" porque el buque argentino se hallaba fuera de la zona de exclusión, como sostienen quienes cuestionan la legitimidad del ataque. En el hecho murieron 323 de los 1.093 marinos que conformaban la tripulación. El capitán de navío retirado Pedro Luis Galazi, hizo la declaración a propósito de la publicación del libro de bitácora del submarino Conqueror, que torpedeó y hundió al buque argentino el 2 de mayo de 1982. Los nuevos documentos fueron dados a conocer en 2005 por el diario inglés The Times.

El militar reivindicó a la tripulación del crucero. "Ese grupo de hombres, cuando se dijo que había que enfrentar al enemigo, se entregó con coraje, subordinación y valentía para defender la soberanía nacional". "Es un deber explicar aquel suceso para retomar la historia. Para mí no pasaron 23 años; ese día siempre lo tengo presente", sostuvo el capitán de navío retirado.

Galazi ingresó en 1955 en el Liceo Naval. "Mi especialidad fue la artillería y pasé mi vida embarcado", recordó. Luego de la guerra, en 1982 integró la autodenominada "Comisión de Asesoramiento Legislativo" (CAL, el "Congreso Nacional" de facto), fue segundo comandante de la fragata Libertad y agregado naval en el exterior. Se retiró como capitán de navío en 1991.

El hundimiento

El 2 de mayo de 1982, el crucero General Belgrano navegaba a una velocidad de diez nudos cuando fue detectado a 35 millas al sur de la zona de exclusión y a distancia de tiro en los radares del submarino Conqueror. A las 16.00 (H.O.A., las 19.00 en Gran Bretaña) el submarino inglés disparó tres torpedos Mk 8; dos dieron en el objetivo, situado a una distancia de 1,82 km.

Según indicó el diario londinense The Times, el comandante Christopher Wreford-Brown había enviado una señal a Londres 4 h antes de disparar sus torpedos, en la que informaba que el crucero argentino había cambiado su curso y se alejaba de Malvinas. Esa señal fue recibida por el vicealmirante Peter Herbert, pero no se envió al Ministerio de Defensa ni al almirante Sandy Woodward, comandante de la fuerza de tarea. Tampoco fue informada la primera ministra Margaret Thatcher, en contradicción con las afirmaciones de que la "Dama de hierro" tenía conocimiento del caso e impulsaba la acción contra el crucero. [cita requerida]

El vicealmirante Herbert argumentó luego en defensa de la acción del submarino que "se tuvo que aprovechar todas las oportunidades que existieron". El hundimiento supuso la muerte de 323 marinos argentinos, en su mayoría conscriptos.

El capitán del submarino, al volver a su base, izó la bandera pirata Jolly Roger (símbolo histórico del hundimiento de buques enemigos), no obstante, manifestó lamentar la pérdida de vidas



Razones de guerra

Sobre la polémica creada por el ataque inglés cuando el buque estaba fuera de la zona de exclusión, el marino señaló que navegaron por fuera de esa demarcación impuesta en torno a las Malvinas por el Reino Unido. Pero aclaró que "la zona de exclusión es un diagrama geográfico importante en situaciones de bloqueo, pero no en un conflicto de guerra. No cuaja decir que no debían atacar". "Nosotros también podíamos entrar en combate. No teníamos misiles pero nos acompañaban dos destructores y el Belgrano contaba con cañones de 20 km de alcance", sostuvo Galazi.

En cuanto a la capacidad del crucero, aseguró que "estaba dotado para participar en las operaciones. Al zarpar, cada jefe de departamento señaló que todo estaba preparado". También remarcó que en un buque es permanente la práctica de evacuaciones, situaciones de combate e incendio. "Por eso -sostuvo-, decir que la tripulación no estaba dotada es una mentira. Esos chicos fueron hombres". Sin embargo, un ex conscripto del General Belgrano sostuvo que los soldados carecieron de equipamiento y adiestramiento adecuado. Tras la guerra "la Marina atendió las demandas de quienes necesitaban ayuda, pero no hay premio para el que fue a la guerra y tuvo la suerte de ir a pelear".

Un poco para cubrir esa carencia, los marinos crearon la Asociación del Crucero General Belgrano, que trabaja en muchas ciudades para difundir la gesta y mantener lazos de camaradería entre combatientes.

A pesar de no querer opinar sobre el contexto político que envolvió al conflicto, admitió que la ocupación de las Malvinas "nos sorprendió muchísimo, porque el país vivía una situación distinta a la de 1978, cuando estábamos preparados para una guerra (con Chile). Pero, debemos estar siempre capacitados para entrar en combate, por eso cumplimos las órdenes".

Suicidios
Al ser consultado sobre los suicidios de soldados al regresar del sur, aclaró que "sé de un suboficial que no pudo salvar a un compañero y luego se mató". "Además, después de 10 ó 15 años no siempre alguien se pega un tiro por haber estado en la guerra. Hay gente que se mata porque su mujer le mete los cuernos".

Desmalvinización

El marino retirado habló sobre la llamada "desmalvinización" de la sociedad. "Hubo difamaciones, mentiras y no se reconocieron los grandes actos de solidaridad, porque eso no vende", dijo. Agregó que "la desmalvinización fue un problema político".

Sin embargo, Galazi se negó a dar su parecer acerca de las motivaciones del gobierno militar que encabezaba Leopoldo Galtieri para desatar la contienda. Y no coincidió con la opinión de muchos que repudiaron una guerra motorizada por un "general borracho". Galazi aseguró que "cuando me preguntan eso, siempre digo que yo nunca lo vi borracho".



Crónica de británicos en 2003 sobre el final del "Belgrano"

La National Geographic envió una expedición de trece días buscando el hundido "ARA Gral Belgrano". Para el equipo de búsqueda, el tiempo se dividía entre un trabajo frenético en las horas de mar no demasiado tormentoso y el intento de dormir durante las tormentas con olas de hasta 12 m. Los cuatro ex combatientes —dos británicos y dos argentinos— que participaban de la expedición tenían otros ritmos y sentimientos en el "Seacor Lenga", el barco rentado por la National Geographic para buscar al "Crucero Belgrano", que se encuentra a 4,2 km de profundidad. Si bien la exploración terminó sin éxito, para los capitanes Pedro Galazi y Carlos Castro Madero hubo novedades en altamar.

Charlando con los dos ex tripulantes del submarino nuclear "Conqueror", el sonarista Kevin Nicholls y el torpedista Martin Brown, los argentinos se enteraron de detalles inéditos del ataque, ocurrido el 2 de mayo de 1982, que dejó 323 muertos: El "Conqueror", tal como se sabía, detectó al "Belgrano" el 30 de abril de 1982, dos días antes de hundirlo. Pero no se conocía el momento exacto: fue cuando se reabastecía de combustible en altamar del petrolero ARA "Rosales". Primero un satélite detectó al Rosales, que por tener motores diesel era más fácil de captar. Luego el sonarista Nicholls identificó el objetivo en su pantalla del submarino a unos 50.000 m; se acercaron y en el momento en que subieron lo suficiente como para espiar con su periscopio, vieron, además del "Belgrano" y el "Rosales", al destructor "Piedrabuena". Entonces informaron a Londres y se dedicaron a seguir al "Belgrano" por dos días. Esta novedad reafirma que la orden de atacar fue meditada y de alto contenido político, ya que militarmente hubiese sido mucho más dañino atacar a los tres buques juntos al descubrirlos.

Los tres torpedos que lanzó, de los cuales dos dieron en el blanco, eran modelo 1943, con ojivas explosivas de 378 kg, de "corrida directa" (no buscadores ni teledirigidos) y fueron disparados a 1,25 km del "Belgrano".

Luego de hundir el "Belgrano", el "Conqueror" hizo lo que cualquier submarino después de un ataque: huyó a máxima velocidad. Pero recibió una contraorden de Londres que le indicaba volver al lugar, confirmar el hundimiento y atacar a cualquier otro barco argentino que detectara. 30 h después, el submarino asomó su periscopio nuevamente. Vio balsas con sobrevivientes y a un destructor argentino, probablemente el "Bouchard" o el "Piedrabuena", realizando el salvataje. A pesar de las órdenes de atacar, el capitán del "Conqueror" decidió retirarse.

Junto al "Conqueror" se desplegaron otros dos submarinos nucleares, el "Churchill" y el "Splendid", y uno más diesel.

El "Churchill" tenía por objetivo hundir al portaaviones argentino "ARA 25 de Mayo", pero nunca lo encontró. Al "Conqueror", luego del ataque al "Belgrano", le encomendaron lo mismo, pero tampoco lo ubicó.

Luego de fracasar con el portaaviones, el "Conqueror" siguió a otro barco argentino de guerra, el "Hércules". Pero el buque entró en un golfo y salió por aguas poco profundas por lo que no lo pudo atacar.

Galazi destacó la intensidad del encuentro con los británicos. "Cuando vieron el cubo de homenaje a los 323 héroes clavaron la vista en los nombres y se les humedecieron los ojos". Y él se sacó una duda que lo aquejaba desde 1982: por qué habían izado la bandera pirata al regresar a puerto. Los británicos explicaron que no fue por haber hundido al "Belgrano", sino porque en su flota a los submarinistas les dicen piratas y todos los submarinos que ingresan a puerto izan esa bandera como tradición.



Galazi describió como el momento más emotivo del viaje un pequeño homenaje que hicieron el 12 de marzo en el que arrojaron flores al mar. '"Nos abrazamos sin distingo de nacionalidad y lloramos".