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10)The Karabiner 98K


La Segunda Guerra Mundial fue el escenario de despedida para el rifle de cerrojo, arma que había dominado los conflictos armados desde finales del siglo 19. Estos rifles fueron utilizados por algunos ejércitos después de la guerra, pero ningún ejército de una nación importante los utilizó de nuevo.
La Karabiner 98K era el arma incondicional del ejército alemán y se mantuvo en producción hasta la rendición alemana en 1945. De todos los rifles que estuvieron en servicio durante la guerra, la Karabiner 98k fue considerada la mejor.
Incluso después de la introducción de armas semiautomáticas y automáticas, los alemanes estaban aun apegados al Karabiner 98k, en parte por razones tácticas (basaron sus tácticas de escuadrones en ametralladoras ligeras en lugar de fusileros), esta fue el arma con que la mayoría de los soldados alemanes lucharon y murieron.


9) La Carabina M1 (The M1 Carbine)


Antes de la Carabina M1, el ejército utilizaba el rifle Garand M1 y la metralleta Thompson, las cuales fueron muy útiles y fiables, pero tenían un serio inconveniente, eran extremadamente difíciles de usar para los soldados de apoyo.
El Garand M1 era muy largo y de difícil acceso en caso de un ataque sorpresa. La Thompson tenía un acceso más fácil, pero seguía siendo pesada para su tamaño compacto. Para los portadores de municiones, equipos de morteros, equipos de artillería y otras tropas de primera línea, estas armas no eran lo suficientemente eficaz para mantenerlos a salvo cuando eran atacados directamente.


8) El MP40


Aunque no fue utilizada en un gran número de soldados de infantería, el MP40 alemán se ha convertido en un símbolo omnipresente de los soldados alemanes de la 2 ª Guerra Mundial y de los nazis en general.
Por lo general fue utilizado por los paracaidistas, los líderes de equipo y los comandos. El MP40 estuvo en servicio durante toda la guerra, especialmente útil en el frente oriental contra los rusos, en donde la precisión y el poder de los fusiles de largo alcance fue desperdiciado, dado que las peleas se libraron principalmente en las calles de las ciudades.


7) Las Granadas

No todas las grandes armas de la Segunda Guerra Mundial eran rifles o pistolas, los soldados de infantería también tenían gran confianza en sus granadas. Potentes, ligeras y con el tamaño perfecto para ser lanzadas, las granadas fueron una valiosa herramienta para atacar las posiciones. Con tan solo soltar el pasador y tirar la granada, ya tenían gran parte del asalto de un almacén de ametralladoras o un búnker asegurado, nunca realizar un asalto fue tan fácil.

6) El Subfusil Sten (The Sten Gun)

Después de la desastrosa derrota y retirada de Dunkerque en 1940, el ejército británico se enfrentó a una grave escasez de equipo militar (fueron obligados a dejar gran parte de sus equipos en la playa mientras huían), las fuerzas armadas británicas vieron una gran oportunidad de actualizar sus armas.
Ellos trataron de usar la metralleta Thompson, pero la demanda en los EE.UU. limitaba la oferta, por lo que los británicos tuvieron que desarrollar su propia metralleta, creando el Subfusil Sten. Se crearon varios modelos, pero todos compartían las siguientes características: el cargador del arma a un lado y un perfil delgado.
No era el arma perfecta y podía ser temperamental, pero a corta distancia era capaz de una destrucción increíble. También era muy fácil de montar y desmontar, lo que la convirtió en el arma perfecta para las fuerzas de resistencia y los comandos. La pistola Sten funcionó tan bien como arma de insurgencia, que se mantuvo en uso por fuerzas paramilitares y las guerrillas, en fecha tan tardía como 1994.


DE YAPA

Cañones de riel Dora y Gustav:


Los alemanes nunca ocultaron su predilección por las armas grandes y desde luego los cañones de riel Dora y Gustav confirman este hecho. Estos dos cañones de 800 mm de calibre fueron unos auténticos Goliats y a día de hoy siguen siendo los cañones más grandes jamás creados por el hombre. Cada uno de ellos tenía que ser transportado en varias piezas y ser posteriormente ensamblado y montado en una plataforma de rieles preparada. ¡Este proceso requería el trabajo conjunto de 4 000 hombres! Los nazis llegaron a desplegar un regimiento entero antiaéreo para protegerlos y siempre desplegaban tropas especiales para protegerlos de ataques de los partisanos.

Yokosuka MXY-7 Ohka:

El Yokosuka MXY-7 Ohka (flor de cerezo en japonés) fue el intento japonés de refinar los ataques kamikazes. Este “avión” (bomba grande pilotada) fue introducido en septiembre de 1944, con la Segunda Guerra Mundial ya bien avanzada.
Esta bomba volante tripulada era transportada por bombarderos nipones hasta las cercanías del objetivo a alcanzar. Tras soltarse del bombardero principal, el piloto japonés tenía que planear, poner en marcha los motores de propulsión y lanzarse en barrena contra el objetivo. Las velocidades que se llegaban a alcanzar eran sorprendentes, llegando incluso en alguna ocasión a atravesar de lado a lado al objetivo sin llegar a explotar en el blanco. Lo cierto es que la eficacia de estos ataques fue bastante limitada, ya que era sumamente fácil para la aviación norteamericana atacar los bombardeos que servían de transporte de estas “flores de cerezo”.


Perros antitanque soviéticos:

El Ejército Rojo llegó a tomar medidas desesperadas cuando se vio acorralado en el Frente Oriental por la Wehrmacht y llegó a recurrir al uso de los conocidos como perros antitanque. Inicialmente, se entrenaba a los perros para que llevaran una bomba a un objetivo en concreto, arrojaran el dispositivo con la boca y volvieran junto a su entrenador. Desgraciadamente para el mejor amigo del hombre, era una tarea casi imposible, así que los rusos terminaron optando por una estrategia mucho más sencilla (a la par que cruel): hacer volar por los aires al desgraciado animal.
A estos perros suicidas se les enseñaba que había comida debajo de los tanques. Así que, con una bomba atada de 12 kilos (y los estómagos más bien vacíos), los perros corrían a toda velocidad hacia sus objetivos en búsqueda de comida, totalmente ajenos al terrible destino que les aguardaba. Los perros llegaron a ser tan eficaces que muchos alemanes comenzaban a disparar en cuanto veían aparecer a cualquier perro. Los rusos llegaron a servirse de unos 40 000 perros para realizar tareas militares diversas. Se calcula que el número de tanques alemanes destruidos gracias a esta estrategia rondó los 300.