
Los presos viven amontonados en celdas oscuras, sin ventilación e infectadas de insectos y roedores, donde permanecen expuestos a enfermedades potencialmente fatales, como el SIDA y la Tuberculosis, para las cuales reciben poco o ningún tratamiento.

Puede permanecer en esta situación durante años, con poco o ninguna información sobre los respectivos procesos y sin contacto con ningún abogado.


La falta de asistencia médica en las prisiones deja a muchos presos con miembros fracturados, cabezas rajadas, pulmones y riñones inutilizados, parapléjicos por falta de asistencia médica











