
Al igual que otros idiomas del mundo, el castellano posee muchas rarezas, singularidades y anécdotas que, a pesar de que casi nadie conoce, merecen ser contadas. Y ya que como nunca habíamos hablado sobre ellas, nos hemos decidido a mostrártelas.
Al igual que otros idiomas del mundo, el español posee muchas rarezas, singularidades y anécdotas que, a pesar de que casi nadie conoce, merecen ser contadas. Por ello hoy te traemos algunas de ellas.

- Aunque existe la creencia generalizada de que el español se habla mayormente en América y Europa, lo cierto es que es idioma oficial en países de los 5 continentes (no se llega a ser el segundo idioma más hablado del mundo así como así). Concretamente en Marruecos y Guinea Ecuatorial por la parte de África, Filipinas como representante de Asia y, lo más sorprendente de todo, en la Isla de Pascua (Oceanía)
- El castellano cuenta actualmente con 88.000 palabras (al menos así lo recoge el diccionario de la RAE). Algunas de ellas muy extrañas. Y aunque pueda parecer una cifra muy importante (y de hecho lo es), ésta empequeñece si lo comparamos con las 350.000 del inglés. Ahí es nada.
- Es el idioma más rápido. Sí, resulta extraño decir que un idioma pueda ser el más rápido de todos, pero así es. La rapidez de un idioma se basa en la cantidad de sílabas que un hablante medio es capaz de pronunciar por segundo. Y en este aspecto nuestro idioma se lleva la palma: el español es la lengua más rápida del mundo.

- EAOLS. ¿Te suenan estas siglas? ¡Pues claro que no, porque no lo son! Tan sólo son las letras que más utilizamos en nuestro día a día. La letra E se lleva la medalla de oro (16.78%), seguida por la O (11.96%), la L (8.69%), y la S (7.88%). Por el contrario, la menos usada es la W (0.01%). Pobrecilla.

- El primer escrito en español data del año 959. Su autor, un monje del monasterio de San Justo y San Pastor, en La Rozuela. Y si esperabas un texto de gran carga ideológica, religiosa o literaria más vale que lo vayas olvidando. El buen hombre garabateó las primeras palabras que se conocen escritas en español para apuntar su listado de víveres y entregas de quesos. No por nada este escrito se conoce como el ‘Nodicia de Kesos’.
- Antiguamente, al español también se le conocía con el nombre de “Cristiano” (no, el jugador no). ¿La razón? Cuando los moros habitaron el sur de España y la práctica totalidad de la península, emplearon esta palabra para diferenciar a las personas que hablaban castellano de aquellas que utilizaban lenguajes árabes.

- Con 23 letras, este término tiene el honor de ser la palabra más larga del español (al menos de las recogidas por la DRAE). Y aunque puedan parecer muchas letras, no se acerca ni por asomo a la palabra más larga del mundo. ¡Nada menos que 189.819!

- Aunque muchos aún no lo saben, las letras Ch y Ll fueron eliminadas por la RAE en 1994. ¡Toda una mala noticia para aquellos que las estudiamos como parte del abecedario!

- Murciégalo, vagamundo, requetebién, setiembre, bebestible… ¿Qué tienen en común estas palabras? Que están mal escritas dirás. ¡Pues mentira! La RAE las reconoce oficialmente, por lo que su uso está aceptado. No, ‘cocreta’ sigue estando mal dicho.
¡Uebos!
No, no es una falta de ortografía. Tampoco se refiere al producto de gallina ni al finísimo acto de pintarle cremas a alguien. Uebos, según el diccionario de la Real Academia es tener una necesidad imperiosa de algo. Así, “tengo uebos de verte” es una forma elegante de decir que te urge sobremanera ver a alguien. Aplícalo y apantalla a los simples mortales.
El 'haiga' sí existe
Pero ojo, no lo usemos en lugar de haya, que es el subjuntivo del verbo haber. Haiga, según la RAE, es un auto grande y ostentoso. Este término se usa de forma irónica, para señalar que el auto es más bien un elefante blanco, un lujo absurdo y poco práctico. Y ya que andamos en esas, la palabra “aya”, así, sin h, también es correcta: es una persona que se encarga de vigilar la crianza y educación de los niños. Una especie de instructor o institutriz, dependiendo del sexo.
Así que si encuentras la frase: “Allá hay una aya manejando un haiga” es completamente correcto. ¡Qué lío!

El misterioso caso del ceviche/sebiche/cebiche
Seguramente has encontrado escrito el nombre de este platillo en las cartas de las marisqueríasde las tres formas y te has preguntado cuál es la buena. La respuesta es: las tres. Aunque la Real Academia prefiere “cebiche” las tres formas están reconocidas y consideradas correctas. Mientras no escribas “zebiche”, todo está bien. Tampoco te pases de rosca.

Con B de Baca
La próxima vez que quieras distinguir entre “b” y “v” evita decir “con v de vaca”, dado que la palabra “baca” también existe. ¿Has visto los portaequipajes con forma de parrilla que hay en los toldos de algunos coches? Ésas también son conocidas como bacas, queridos amigos. Un dato que SEGURO no te servirá para ligar, pero nunca está de más conocerlo.

Las boronas que se desmoronan
A pesar de que el verbo “desmoronar” está reconocido por la RAE, el producto de un desmoronamiento no son moronas, sino boronas. La palabra “morona” sí existe, pero no se refiere a estos pequeños trocitos de pan, sino al femenino de morón (sinónimo de idiota). Así, morona no es una migaja, sino una mujer no precisamente brillante.
¿Lamer o lamber?
Ambas. Aunque seguro en la primaria te repitieron hasta la saciedad que no se dice “lamber” y hasta te hicieron escribir varias planas con la letra derechita, “lamber” también está reconocida como una forma correcta. Inclusive tiene un adjetivo derivado: “lambiscón”. Esta palabra, que significa “adulador”, no puede escribirse como “lamiscón”, no te quemes.

Las mayúsculas SÍ se tildan
Un mito urbano (y rural) bastante extendido es que las mayúsculas no deben tildarse. ¿Cómo nació esta leyenda que hasta hoy afecta a muchos escribientes del español? Esto se debe a que, antiguamente las máquinas de escribir y las imprentas no contaban con tipos en mayúsculas que tuvieran tildes, por cuestión de espacio y legibilidad. Sin embargo, en los manuscritos las mayúsculas siempre se han tildado. Así que ya sabes: eso de escribir en mayúsculas para evitar aprenderte las reglas de acentuación gráfica está muy chafa y es incorrecto.

Arte: esa palabra hermafrodita
Hay palabras que admiten un doble género. Azúcar (el azúcar, la azúcar), mar (el mar, la mar) y sartén (el sartén, la sartén), entre otras. Sin embargo, hay una palabra que cambia de género dependiendo de si se le escribe en singular o plural: arte. Así, mientras en singular se considera un sustantivo masculino (el arte del buen decir, el séptimo arte), en plural muta a femenino (las bellas artes, las artes menores). Digamos que “arte” es algo así como el Ranma de las palabras.
Palabras que NO se pluralizan
Las siguientes palabras se escriben igual en singular que en plural: tesis, oasis, test, crisis, súper, CD, km, lapsus, salud, dosis. Aunque algunos escriban CDs, esto se considera una incorreción, debe escribirse “los CD”. Si ya de plano te suena muy raro y sientes la cosquilla de pluralizarlo, se sugiere “los discos compactos”. “Km” (kilómetro) tampoco debe pluralizarse. Algunos lo hacen influenciados por el inglés, donde “kms” sí es una pluralización válida. Sin embargo en español la forma “km” debe mantenerse invariable.
Verbos que NO existen
Por más que tu mamá te diga que se “apanicó”, apanicar no existe. Por más que los técnicos en computación insistan en que van a “particionar” un disco duro, eso tampoco es correcto. Se prefiere “fragmentar” o “dividir”. Tampoco el verbo “direccionar” es correcto, sino dirigir. Por último, “accesar” también es un verbo inexistente. Es un mala castellanización de “to acces”, lo correcto es “acceder”.

Ojalá
Pocos lo saben, pero cada vez que expresamos nuestros anhelos con la palabra “ojalá”, estamos invocando a Alá. Se trata de una evolución de “lawsha’aAllah”, que se castellanizó como “oxalá” antes de adoptar su forma actual. Como recuerda Irazusta, los casi ocho siglos de dominación árabe nos han legado más de 4.000 palabras (alrededor de un 8% de nuestro vocabulario actual).
Errores aceptados
Aunque muchos se lleven las manos a la cabeza, la RAE admite un amplio abanico de palabras que suenan absolutamente incorrectas a nuestros oídos. “Abundosa”, “interromper”, “zabullirse”, “soñolencia”, “hacera”, “perene”, “podrirse”, “prolífero”, “rencontrar”, “mariguana”… Sin embargo, a juicio de los autores, “la RAE llega demasiado lejos en su empeño de evitar ser elitista y recoge verdaderas ‘joyitas’ del lenguaje justificándose en el uso que de ellas se hace”.
Dar abasto
Mucha gente cree que el origen de la expresión “no dar abasto” proviene de los bastos de la baraja española –y, por ello, escriben la forma incorrecta “no dar a basto”–, pero no tiene nada que ver. El “abasto” es la “provisión de cosas necesarias” (de ahí surgen palabras como “aprovisionamiento”), y también, “dar o ser bastante, bastar, proveer suficientemente”.
CURIOSIDADES DEL IDIOMA ESPAÑOL
El vocablo reconocer se lee lo mismo de izquierda a derecha que viceversa.
En el término centrifugados todas las letras son diferentes y ninguna se repite.
En aristocráticos, cada letra aparece dos veces.
El vocablo cinco tiene a su vez cinco letras, coincidencia que no se registra en ningún otro número.
El término corrección tiene dos letras dobles.
Las palabras ecuatorianos y aeronáuticos poseen las mismas letras, pero en diferente orden. A esto se le llama anagrama.
El término estuve contiene cuatro letras consecutivas por orden alfabético.
Con nueve letras, menstrual es el vocablo más largo con solo dos sílabas.
Mil es el único número que no tiene ni o ni e.
La palabra pedigüeñería tiene los cuatro firuletes que un término puede tener en nuestro idioma: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, la tilde del acento y el punto sobre la i.
La palabra euforia tiene las cinco vocales y solo dos consonantes.
La palabra oía tiene tres sílabas en tres letras.
Hay cuatro palabras que tienen cuatro consonantes seguidas, Transplantar, substraer, abstraer, abstracto.
Noveno es la única palabra de tres sílabas que a la que se puede quitar la del medio sin que pierda significado. Noveno – nono.
La única palabra con cinco erres: ferrocarrilero.
Les dejo unas imágenes!



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