
No se trata de un nuevo plato italiano, sino de un fenómeno de Internet que aúna la pasión por el terror, las leyendas urbanas y la esencia de la cultura actual (manga, falso documental, redes sociales…) en microrrelatos amateurs.

El término viene del inglés: Creepy significa escalofriante, y Pasta hace referencia a la herramienta Copy + Paste (Copiar + Pegar), tan utilizada hoy en día para copiar un texto rápidamente. Porque estas historias corren como la pólvora en el ciberspacio, y generan cientos de seguidores, comentarios y debates, muchos debates.

No sólo porque circulan muchos plagios (es lo que tiene el abusar del Ctrl C + Ctrl V), sino porque la calidad de estos relatos es muy irregular: lo mismo te topas con una historia realista, perfectamente escrita y que te hace cagarte en los pantalones, que te tragas un bodrio repleto de clichés y faltas de ortografía, claramente escrito por un adolescente adicto al Whatsapp.

Pero no deja de ser una estupenda ventana para los aficionados a la escritura, un espacio donde compartir sus creaciones y establecer una relación directa con sus lectores. Los temas son muy variados, no hay cortapisas ni directrices, aunque abundan las historias en primera persona, y las de temática cultural: la niña de la curva, Slenderman, muñecos diabólicos, posesiones demoníacas, etc.

Basta con tener un poco de ojo crítico para cribar rápidamente las buenas historias de la porquería, y disfrutar de un buen y terrorífico rato: creepypastas.com y WikiCreepPasta
