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Gente Andina descendientes del imperio Tiwanaku e Inca, culturas andinas ansestrales
















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Ubicación

Se encuentra ubicada en un lugar desértico, a una altura de 3844 mts. sobre el nivel del mar, al sudeste del lago Titikaka y a 72 Km. de La Paz.

Historia

En Bolivia, a unos 70 kilómetros de La Paz, hay unas ruinas llamadas Tiwanaku. Ruinas que atestiguan que ya en el altiplano andino existía orden entre los humanos antes de la clásica Grecia. Culturas que sólo se pueden comparar con las de la Mesopotamia olvidada.

Tiwanaku fue una ciudad, es posible que fuese capital, de una civilización que surgió en el valle Pampa Koani, al sur del lago Titicaca, en la presente Bolivia. Se estima que esta ciudad ya existía cinco siglos antes de Cristo y perduró por más de 1500 años.

Edificaciones

El Acapana:la más grande construcción, es el vestigio de una pirámide con terrazas de 15 metros de altura y 152 metros por cada lado.
El más famoso monumento es la: Puerta del Sol, colosal escultura tallada en un bloque de piedra de nueve toneladas y decorado con un friso en bajorrelieve con la figura de un dios rodeado de cabezas humanas y de cóndor que miran hacia él.
Las Chulpas: eran construcciones funerarias de piedra, donde enterraban a sus muertos.
El Kalasasaya: Es un templo construido con grandes piedras de cinco metros de altura. Este centro ceremonial mide 126 metros de largo por 117 de ancho.
En su interior existe un gran patio rectangular hundido (templo subterráneo) al que se desciende por una escalinata labrada en una sola roca de seis peldaños. Ingresando por la puerta principal del templo, se encuentra la “Estela” o el "Monolito Ponce", que representa a un sacerdote.

Monolito de Ponce

Monolito de Ponce
Monolito Ponce. Se encuentra en el interior del "templo subterráneo". Es el más grande de todo Tiwanaku y mide 7.30 m de alto por 1.20 m de ancho. Esta tallado en un solo bloque, tiene forma rectangular y se apoya en un pedestal.
En realidad Tiwanacu no son sólo ruinas que visitan los turistas. Es un templo vivo donde se congregan cientos de personas en los días sagrados. El Año Nuevo de la cultura aymará, predominante en esa región, se celebra el 21 de junio. Ese día los rayos del amanecer penetran por la puerta del templo Kalasasaya e iluminan al magnífico Monolito de Ponce.

Tiwanaku, cuenta además con el Museo Tiwanacota, según opinión de M. Matilde Taborga Rivas, profesional en Conservación y Restauración de Material Arqueológico, Colonial y Republicano:
"ha sido tarea verdaderamente encomiable, pués nos permite contar nuevamente con espacios para miles de piezas trabajadas en cerámica, metales diversos y en piedra, desde tallas minúsculas hasta escultura de diferente peso y toneladas (monolitos, estelas y otros), asi como en materiales óseos , cuero y textiles. El investigador, científico, historiador y el turista nacional o extranjero, tienen ahora ocasión cierta para admirar esta invalorable riqueza andina".
La Litoescultura e Iconografía

La litoescultura Tiwanaku, en la cual se representa un Personaje Frontal flanqueado por Personajes de Perfil, todos ellos sobre un especie de plataforma llamada por nosotros "Banda Faja".

El sistema, por lo tanto, se encuentra compuesto por dos clases de representaciones biomorfas, más o menos humanas o animales, que se definen por su visualización de frente o perfil, y por una tercera clase de representación más bien geométrica, pero que incluye los elementos de las anteriores. Todos ellos se ordenan de manera jerarquizada, destacando como figura central el Personaje Frontal, también conocido como "Señor de los Cetros" que se identifica por su tocado, adornos faciales, vestimenta, su actitud erguida sobre un pedestal y portando objetos en las manos, construidos con elementos esencialmente geométricos aunque también biomorfos (aves, felinos, peces, humanos). No obstante, la figura numéricamente más representada es la de Perfil, la que además tiene una historia mucho más antigua, ya que se remonta a la iconografía Pukara (Cook 1996).

Secuencia estilística de la iconografía lítica Tiwanaku

Secuencia estilística de la iconografía lítica Tiwanaku
Casi siempre aparece con dobles opuestos no idénticos y/o asociados o relacionados de manera asimétrica con un personaje frontal; se reconocen por la visión lateral de su cabeza, adoptan rasgos completamente humanos, de ave, de felino o llevan cabeza o máscara ornitomorfa, en tanto que tampoco están ausentes las figuras zoomorfas de perfil. Sin embargo, estas últimas tienden a ser más antiguas y la mayor representación corresponde a las humanas con o sin rasgos de otras especies, las que además se definen por su tocado, la presencia o ausencia de vestuario (túnica sólo en los humanos) y una enorme gama de elementos que ayudan a potenciar la variabilidad de las imágenes, pues aunque destacan los elementos geométricos no son exclusivos de ninguno. Finalmente, la Banda Faja no se corresponde con un personajes determinado, pero incluye imágenes como estas, por lo cual se trata de una representación que combina elementos geométricos y biomorfos, que actúa como plataforma o sustrato (Puerta del Sol), faja (monolitos) o figura en sí (Puerta de la Luna) dentro de distintas composiciones o contextos. Sin duda, la mayor parte del tiempo aparece como faja, pero en todos los casos se representa implícita o explícitamente como una banda zigzagueante o meandro con otras figuras antropomorfas o geométricas rellenando los espacios dejados por su sinuosidad, las que siempre se visualizan de modo frontal y se entienden como análogas aunque con diferencias temporales.

Los Textiles Tiwanaku

Túnica y bolsas de estilos Tiwanaku III

Túnica y bolsas de estilos Tiwanaku III
Las conexiones entre textiles y dicha iconografía (Collins 1976; Oaklan 1986), lo cual ha quedado confirmado en nuestro caso gracias a la revisión de gran parte de las colecciones arqueológicas del ámbito Tiwanaku, correspondientes a las depositadas en Moquegua e Ilo en Perú; La Paz, Tiahuanaco, Cochabamba y Sucre en Bolivia, y Arica, San Pedro de Atacama y Santiago de Chile.

A pesar de su aparente baja cantidad en comparación con la cerámica, los tejidos fueron representados en la litoescultura, al mismo tiempo que se constituyeron en un soporte para su imaginería. Lo anterior no sólo ocurre con las prendas de vestir (túnicas, fajas y mantas), sino que también comprende los gorros y las bolsas (Berenguer 2001; Sinclaire 2000).

El estudio de éstos implicó un análisis tecnológico e iconográfico que en el caso chileno cubrió casi la totalidad de los materiales conocidos hasta el momento (incluyendo también lo no decorado aunque técnicamente Tiwanaku), redefiniendo de esta manera lo que se entiende por su estilo. Según las características textiles Tiwanaku, las tapicerías pertenecerían a las fases III a IV del desarrollo lacustre, por lo tanto en ellas se representaría iconografía temprana de la secuencia escultórica, diferenciándose de acuerdo al tipo de enlace con respecto a aquellas con representaciones más tardías dentro de dichos momentos. En este caso, además, los bordados no tendrían un papel central, y la faz de urdimbre se realizaría con una trama continua, por lo cual la textilería de este tipo que aparece en Cochabamba y San Pedro no sería Tiwanaku del altiplano (Uribe y Agüero 2001). Por lo tanto, se afinó el estilo textil altiplá-nico, se precisaron los estilos locales como Cabuza (Agüero 2000) y San Pedro (Agüero 1998), y se definió otro nuevo como el Cochabambino (Agüero 1999). Asimismo, se concluyó la existencia de dos grandes áreas de distribución de los textiles ubicadas al norponiente (valles occidentales) y sur oriente del altiplano circumtiticaca (subáreas valles orientales y circumpuneña), las cuales sugieren al menos dos modos de relacionarse con el núcleo tiwanakota.

Los textiles y su iconografía se distribuyen de manera diferencial a través del espacio y del tiempo 37 en San Pedro de Atacama y 34 en Arica), pues durante Tiwanaku III a IV habría principalmente túnicas en los valles occidentales, y bolsas en los valles orientales de Cochabamba y San Pedro, donde predominarían los personajes de perfil aunque en distintas versiones y agregándose meandros y pedestales en el último caso. Su estandarización sugiere que se confeccionaron en un solo centro de producción, probablemente en el altiplano, donde estaban los modelos escultóricos a los cuales se apega su iconografía. Durante la Fase V, los tejidos propiamente Tiwanaku se concentran en los valles occidentales y altiplano meridional, con túnicas y paños sin diseños necesariamente figurativos; en tanto surge un estilo provincial en ambas áreas (Moquegua y Cochabamba), hecho con tecnologías locales o que reinterpreta los modelos altiplánicos, donde mantas y túnicas con iconografía sólo parecida a la anterior aparecen en los valles occidentales y bolsas con imágenes geométricas entre Cochabamba y San Pedro. En consecuencia, si bien existe una hegemonía Tiwanaku, dichas áreas presentan fuertes diferencias con el núcleo circumlacustre, mostrándose en este contexto Arica como satélite de Moquegua y San Pedro siempre como una excepción aunque conectado con Cochabamba (Uribe y Agüero 2001).

Alfarería

Vaso kero de tipo Tiwanaku

Vaso kero de tipo Tiwanaku
Se caracteriza por una elaborada producción técnica, formal e iconográfica donde destacan vasos, tazones y jarros por su frecuencia como grado de estandarización, lo que a su vez sugiere cierto control de dicha producción. Aparece la decoración pintada y modelada, sobresaliendo la policromía de la primera aunque también los otros adornos y efectos provocados en las superficies. Iconográficamente, los diseños pintados se concentran en el exterior de las piezas, dividiéndose entre figuras geométricas y naturalistas en proporciones semejantes, o apareciendo combinados, pero siempre en una relación más conceptual -convenciones representacionales- que icónica con la litoescultura. Esto porque dentro de las figuras naturalistas también se encuentran las categorías antropomorfas y zoomorfas, pero en muy pocos casos corresponden exactamente a las figuras de la escultura, ya que si bien aparecen de frente o perfil lo hacen de manera más esquemática o abstracta.

Por lo tanto, la alfarería en cuestión sugiere tanto una jerarquía en la producción cerámica, así como cierta distancia y/o independencia de las producciones locales y sus portadores por sus características intrínsecas como contextuales (por ejemplo bienes exóticos y/o de prestigio), lo que se hace extensivo a los modos de integración de las poblaciones dentro de su órbita en un plano espacial y temporal.