“Ferrocarril de la Muerte” en Birmania

A principios de 1942 Thailandia y Japón ocuparon Birmania tras una asombrosa victoria contra los británicos en esa región del Imperio que provocó la retirada hasta más allá de la India.
Finalizada la conquista de Birmania, esta fue independizada del Imperio Británico y pasó a ser aliada del Eje bajo el gobierno nacionalista de Ba Maw. El nuevo Estado no tardó en colaborar con Japón y con Thailandia a quién tuvo que ceder algún territorio, convirtiéndose en un títere de sus dos ocupantes. Como habían hecho ya los thailandeses, los birmanos de Ba Maw represaliaron a todo movimiento disidente por medio de ejecuciones o cárcel, especialmente a los miembros del Partido Comunista Birmano y la Liga de la Libertad Popular Anti-Fascista. La fuerza del Estado en el que Ba Maw se sostuvo para llevar a cabo la política bélica contra sus enemigos fue el recién fundado Ejército Independiente Birmano que actuaría durante toda la Segunda Guerra Mundial.
El principal problema al que se enfrentaba el Eje en Birmania era en la necesidad de construir un ferrocarril desde Thailandia hasta Rangún, capital birmana, para facilitar la invasión de la India. Otro inconveniente añadido eran la gran cantidad de prisioneros aliados y chinos que había en Birmania y con los qué había que hacer algo. Entonces los japoneses se dieron cuenta de que una cosa solucionaba la otra, es decir, emplear a los prisioneros como mano de obra esclava.
Se escogieron más de 300.000 prisioneros de guerra y esclavos para trabajar en el ferrocarril. Apróximadamente 200.000 eran asiáticos de China y Birmania, 30.000 eran prisioneros de Gran Bretaña, 18.000 de Holanda, 15.000 de Corea, 16.000 de Australia y 700 de Estados Unidos.

Las obras para el “ferrocarril de la muerte” comenzaron el 22 de Junio de 1942 con prisioneros chinos, británicos, indios, estadounidenses, australianos, holandeses y disidentes birmanos. El tendido ferroviario empezó desde la ciudad de Ban Pong en Thailandia mientras los reos eran vigilados por guardianes japoneses y thailandeses que desde el principio no dudaron en maltratar a los trabajadores, todo ello supervisado por el comandante Hiroshi Abe. En un tiempo récord consiguieron construir 415 kilómetros de tendido ferroviario y 8 puentes de acero. Durante las obras murieron los primeros 1.414 prisioneros occidentales.
