El proyecto data de principios de la década del 90. El Ejército Argentino evaluó sus posibilidades y en los últimos años le hizo tomar impulso para dotar a sus Grupos de Artillería. Se trata del lanzacohetes CP-30. Fue diseñado entre CITEDEF y la fábrica militar Fray Luis Beltrán, de Santa Fe. Son tres módulos lanzadores de nueve coheteras cada uno. Por lo tanto, pueden lanzar 27 cohetes en 18 segundos, de a uno por vez o todos en ráfaga. En pocos minutos pueden ser reemplazados. Son accionados por un propulsante compuesto que permite mayor energía y alcance. El vuelo es de 70 segundos a unos 1800 km/h y en su trayectoria de caída, una vez que supera la altura máxima, puede alcanzar una velocidad Mach3, o sea, unos 3600 km/h.
“Al llegar a un determinado lugar con una misión de fuego, el operador en la cabina del vehículo carga en la computadora las coordenadas y la distancia sobre el blanco asignado. Cuenta con una tabla de tiro y automáticamente el sistema posiciona el lanzador en alza y deriva, para eso tiene un GPS, un compás magnético y una estación meteorológica portátil que marca la velocidad del viento, humedad, temperatura y presión atmosférica. Así, hace las correcciones al cálculo original y efectúa el disparo”.
En pocos minutos los módulos son reemplazados para que el sistema sea operativo otra vez. Una grúa autoportante instala los cohetes sobre la plataforma de tiro. Están montados en camiones con tracción 6×6, porque el valor agregado de los lanzacohetes es la alta movilidad. Necesitan salir rápidamente para no ser batidos por las contrabaterías porque son detectables por el humo, el ruido, etcétera.
En 2010, fue creada una unidad operativa que es el Grupo de Artillería de Junín, con la idea de que los primeros cuatro lanzadores, que produce Fabricaciones Militares, integren su dotación. Con dos más, formarán una batería.
En la región no muchos países manejan esta tecnología, sobre todo el propulsante compuesto, que se desarrolla en el departamento de Química Aplicada del organismo”.
Este sistema puede disparar hasta 27 cohetes en 15 segundos, con un alcance de 30 Km de alcance y una carga de 20 kg de explosivos en su cabeza de guerra.


“Al llegar a un determinado lugar con una misión de fuego, el operador en la cabina del vehículo carga en la computadora las coordenadas y la distancia sobre el blanco asignado. Cuenta con una tabla de tiro y automáticamente el sistema posiciona el lanzador en alza y deriva, para eso tiene un GPS, un compás magnético y una estación meteorológica portátil que marca la velocidad del viento, humedad, temperatura y presión atmosférica. Así, hace las correcciones al cálculo original y efectúa el disparo”.


En pocos minutos los módulos son reemplazados para que el sistema sea operativo otra vez. Una grúa autoportante instala los cohetes sobre la plataforma de tiro. Están montados en camiones con tracción 6×6, porque el valor agregado de los lanzacohetes es la alta movilidad. Necesitan salir rápidamente para no ser batidos por las contrabaterías porque son detectables por el humo, el ruido, etcétera.



En 2010, fue creada una unidad operativa que es el Grupo de Artillería de Junín, con la idea de que los primeros cuatro lanzadores, que produce Fabricaciones Militares, integren su dotación. Con dos más, formarán una batería.



En la región no muchos países manejan esta tecnología, sobre todo el propulsante compuesto, que se desarrolla en el departamento de Química Aplicada del organismo”.



Este sistema puede disparar hasta 27 cohetes en 15 segundos, con un alcance de 30 Km de alcance y una carga de 20 kg de explosivos en su cabeza de guerra.

