Cómo es el conjunto que proyectaron los argentinos de Bus Architektur en las afueras de Viena.
ESPACIO INTIMO. CONTIENE UNA BUCOLICA PLAZA PUBLICA
Espacios controlados. La escala del conjunto esta bien balanceada con el espacio público que conforma. Tres bloques de planta baja y tres pisos altos envuelven a una plaza de 50 metros de largo por 30 de ancho.
DESDE LA CALLE EL CONJUNTO SE MUESTRA COMO UN VOLUMEN CERRADO.
ARQUITECTURA: PROYECTO INTERNACIONAL / VIVIENDA SOCIAL EN AUSTRIA
Una mirada porteña para un barrio vienés
Cómo es el conjunto que proyectaron los argentinos de Bus Architektur en las afueras de Viena.
Puede sonar exagerado, pero me atrevo a decir que en el conjunto Hoffmann Geht Spazieren de Viena se nota la mano argentina, en el mejor sentido de la palabra. Tal vez sea en los balcones o en la articulación de sus tres volúmenes donde una buña alberga las escaleras. Hay algo de universidad porteña en ese patchwork de materiales que define cada pieza como si tuvieran entidad funcional diferente. En todos lados se percibe algo de "Escuela de Buenos Aires".
Lo cierto es que los argentinos del estudio Bus Architektur se dieron el gusto de construir en las afueras de Viena y se les nota el barrio. Claro que no es la primera vez que lo hacen. Pero, en esta oportunidad, como si fuera poco trabajar en una país que revolucionó la vivienda social a principios del siglo XX, el equipo liderado por Laura Spinadel diseño tres edificios junto al Sanatorio Purkersdorf de Josef Hoffmann, uno de los padres de la Secession Vienesa.
Radicados en Europa hace más de 14 años, los porteños de Bus Architektur ganaron el derecho de diseñar este conjunto en 2001 a través de un concurso privado. Pero, su trabajo fue mucho más allá. "También elaboramos la estrategia de comunicación del proyecto como paso previo a la comercialización", aclara Spinadel.
El conjunto de 29 unidades es parte de una urbanización mayor que completa 130 viviendas. La construcción de los argentinos opera como tapón acústico al separar el complejo de la calle Wiener Strasse. Con un largo cuerpo principal y dos laterales más cortos que completan la forma de una letra U, ancha y baja, el conjunto encierra espacio público y verde que Spinadel define como "una circulación común sobredimensionada". Lo cierto es que el esfuerzo de los proyectistas se centró en alimentar los espacios públicos y darles una entidad que no se ve en el resto del conjunto (diseñado por otros arquitectos locales).
Los Bus pusieron mucho énfasis en garantizar buenos espacios exteriores y lugares semipúblicos. Además de la plaza central tapizada por un deck de madera, cada edificio tiene balcones generosos (algo muy porteño si se quiere), terrazas accesibles y circulaciones anchas y vidriadas para promover la comunicación vecinal. En la planta baja, los proyectistas desarrollaron equipamiento y espacios de uso comunitario como gimnasio, sauna, confitería y una sala de reuniones que se puede utilizar como depósito de bicicletas.
En el cuerpo central, las unidades son de 3 ambientes, con jardines en la planta baja y balcones en los niveles superiores. Por su parte, los dos edificios de los extremos contienen lofts. Para llegar a los departamentos de los distintos niveles, los vecinos tienen que transitar por pasillos ubicados en el lado norte del edificio (la cara que da a la calle ruidosa y con la peor orientación). Esta espalda funciona como una membrana de cristal que protege las entradas de todos las unidades. Hacia ese frente también ventilan la mitad de los dormitorios y todas las cocinas gracias a que así lo permite la normativa vienesa. Para asegurar la privacidad de cada unidad frente a la gente que circula por el pasillo, los arquitectos dispusieron grandes huecos que permiten la entrada de luz y separan a los visitantes de las ventanas.
Marketing locacional. La cercanía del edificio de Hoffman tuvo sus consecuencias en el proyecto: orientó la entrada y salida al espacio central del conjunto y estableció una continuidad de espacios públicos que llega hasta una pequeña plaza elevada frente al sanatorio (hoy convertido en asilo de ancianos). Pero, sobre todo, la influencia del legendario arquitecto austríaco dejó su huella en el trabajo que los proyectistas llaman "marketing locacional", una tarea para que combinó arte y comunicación para mostrar las ventajas del nuevo emprendimiento.
Spinadel y su equipo imaginaron a Josef Hoffmann visitando Purkersdorf hoy en día y escribiendo postales a sus amistades. "12 de Agosto. Ayer tuvimos un fiesta de jardín. Festejamos el primer aniversario de nuestro conjunto habitacional. En el encuentro tocó una joven banda con talentosos músicos jóvenes...", así empieza una de las postales de este imaginario Hoffmann complacido por su vida en el complejo. Las postales con fotos del conjunto y los textos apócrifos son entregadas a los compradores potenciales de las viviendas.
Las pretendidas esquelas de arquitecto austríaco ilustran sobre las actividades que el conjunto brinda a sus habitantes: paseos entre la plaza y la reserva ecológica; relax y salud, en el sauna y en el gimnasio; diversión, en los conciertos que permite organizar la plaza interna; alegría, en las fiestas que se pueden realizar en las terrazas y sociabilidad, en las reuniones que propone el salón de planta baja.

ESPACIO INTIMO. CONTIENE UNA BUCOLICA PLAZA PUBLICA

Espacios controlados. La escala del conjunto esta bien balanceada con el espacio público que conforma. Tres bloques de planta baja y tres pisos altos envuelven a una plaza de 50 metros de largo por 30 de ancho.

DESDE LA CALLE EL CONJUNTO SE MUESTRA COMO UN VOLUMEN CERRADO.
ARQUITECTURA: PROYECTO INTERNACIONAL / VIVIENDA SOCIAL EN AUSTRIA
Una mirada porteña para un barrio vienés
Cómo es el conjunto que proyectaron los argentinos de Bus Architektur en las afueras de Viena.
Puede sonar exagerado, pero me atrevo a decir que en el conjunto Hoffmann Geht Spazieren de Viena se nota la mano argentina, en el mejor sentido de la palabra. Tal vez sea en los balcones o en la articulación de sus tres volúmenes donde una buña alberga las escaleras. Hay algo de universidad porteña en ese patchwork de materiales que define cada pieza como si tuvieran entidad funcional diferente. En todos lados se percibe algo de "Escuela de Buenos Aires".
Lo cierto es que los argentinos del estudio Bus Architektur se dieron el gusto de construir en las afueras de Viena y se les nota el barrio. Claro que no es la primera vez que lo hacen. Pero, en esta oportunidad, como si fuera poco trabajar en una país que revolucionó la vivienda social a principios del siglo XX, el equipo liderado por Laura Spinadel diseño tres edificios junto al Sanatorio Purkersdorf de Josef Hoffmann, uno de los padres de la Secession Vienesa.
Radicados en Europa hace más de 14 años, los porteños de Bus Architektur ganaron el derecho de diseñar este conjunto en 2001 a través de un concurso privado. Pero, su trabajo fue mucho más allá. "También elaboramos la estrategia de comunicación del proyecto como paso previo a la comercialización", aclara Spinadel.
El conjunto de 29 unidades es parte de una urbanización mayor que completa 130 viviendas. La construcción de los argentinos opera como tapón acústico al separar el complejo de la calle Wiener Strasse. Con un largo cuerpo principal y dos laterales más cortos que completan la forma de una letra U, ancha y baja, el conjunto encierra espacio público y verde que Spinadel define como "una circulación común sobredimensionada". Lo cierto es que el esfuerzo de los proyectistas se centró en alimentar los espacios públicos y darles una entidad que no se ve en el resto del conjunto (diseñado por otros arquitectos locales).
Los Bus pusieron mucho énfasis en garantizar buenos espacios exteriores y lugares semipúblicos. Además de la plaza central tapizada por un deck de madera, cada edificio tiene balcones generosos (algo muy porteño si se quiere), terrazas accesibles y circulaciones anchas y vidriadas para promover la comunicación vecinal. En la planta baja, los proyectistas desarrollaron equipamiento y espacios de uso comunitario como gimnasio, sauna, confitería y una sala de reuniones que se puede utilizar como depósito de bicicletas.
En el cuerpo central, las unidades son de 3 ambientes, con jardines en la planta baja y balcones en los niveles superiores. Por su parte, los dos edificios de los extremos contienen lofts. Para llegar a los departamentos de los distintos niveles, los vecinos tienen que transitar por pasillos ubicados en el lado norte del edificio (la cara que da a la calle ruidosa y con la peor orientación). Esta espalda funciona como una membrana de cristal que protege las entradas de todos las unidades. Hacia ese frente también ventilan la mitad de los dormitorios y todas las cocinas gracias a que así lo permite la normativa vienesa. Para asegurar la privacidad de cada unidad frente a la gente que circula por el pasillo, los arquitectos dispusieron grandes huecos que permiten la entrada de luz y separan a los visitantes de las ventanas.
Marketing locacional. La cercanía del edificio de Hoffman tuvo sus consecuencias en el proyecto: orientó la entrada y salida al espacio central del conjunto y estableció una continuidad de espacios públicos que llega hasta una pequeña plaza elevada frente al sanatorio (hoy convertido en asilo de ancianos). Pero, sobre todo, la influencia del legendario arquitecto austríaco dejó su huella en el trabajo que los proyectistas llaman "marketing locacional", una tarea para que combinó arte y comunicación para mostrar las ventajas del nuevo emprendimiento.
Spinadel y su equipo imaginaron a Josef Hoffmann visitando Purkersdorf hoy en día y escribiendo postales a sus amistades. "12 de Agosto. Ayer tuvimos un fiesta de jardín. Festejamos el primer aniversario de nuestro conjunto habitacional. En el encuentro tocó una joven banda con talentosos músicos jóvenes...", así empieza una de las postales de este imaginario Hoffmann complacido por su vida en el complejo. Las postales con fotos del conjunto y los textos apócrifos son entregadas a los compradores potenciales de las viviendas.
Las pretendidas esquelas de arquitecto austríaco ilustran sobre las actividades que el conjunto brinda a sus habitantes: paseos entre la plaza y la reserva ecológica; relax y salud, en el sauna y en el gimnasio; diversión, en los conciertos que permite organizar la plaza interna; alegría, en las fiestas que se pueden realizar en las terrazas y sociabilidad, en las reuniones que propone el salón de planta baja.